Introducción.

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La noche siempre ha sido mi mayor fuente de inspiración.

Por alguna razón, que va más allá de mi conocimiento y entendimiento, mis mejores momentos conmigo misma han sido cuando cae el sol. Y digo "conmigo misma" porque es el momento más solitario, más silencioso, y más emocionante del día.

¿Cuántas personas no le tenemos miedo a la penumbra? Nos recuerda a la tristeza, a la muerte, al miedo y al peligro. A la soledad.

Pero, mi amigo, no estamos solos. La luna nos mira desde arriba. Los espíritus de todos los que estamos despiertos en ese momento se conectan. Las estrellas nos guían.

Por eso me gusta pensar que en la noche, el alma se abre.

Siempre me ha gustado salir de noche, pero verás, en mi país no se puede. Hay muchas sombras acechándonos. Sin embargo, las pocas veces que lo he hecho, me he sentido viva.

No hay nada mejor que observar a la humanidad prepararse para volver a casa. O sincronizar la música de la radio con la carretera. O ver las luces de la calle resplandecer a tu alrededor.

Lo he visto todo, y a la vez nada. Siempre hay algo nuevo por descubrir.

El ser humano se transforma a través de las horas. En el día, recolecta el conocimiento nuevo; pero es en la noche cuando verdaderamente lo absorbe. Cuando se renace.

¿No es en la noche cuando se forman las rebeliones, se caen los imperios y se destruyen los muros?

Y digo esto: no soy escritora, no sé escribir, y nada aquí contado será mentira. Después de todo, nunca supe escribir ficción, pero puedo intentar acumular datos.

Este es mi pequeño portal al mundo exterior. Todo lo que callo, bien podrías encontrarlo aquí.

Después de todo, estando en la oscuridad, siempre podrás ver salir la luz.

Cartas de medianoche.Where stories live. Discover now