Capitulo 1

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Narra Kamina

- Papá, por favor no lo hagas... ¡No lo hagas! - le rogué a punto de romper en llanto. Pero sabía que él no cambiaría su decisión, después de todo era un yakuza muy decidido, y por eso era reconocido.
Ese hombre tenía una sonrisa tan malévola, que hasta al propio Satán le darían escalofríos... De seguro mataría a mi padre aunque así no lo quisiera.
- Kamina, sabes que no cambiaré mi forma de pensar. Hijo, ya estoy bastante viejo, y no quiero seguir así. No quiero mentir más, pero necesito que tu continúes por mi. Por favor... No te entrometas. - dijo él, serio como siempre, pero esta vez noté algo distinto en sus ojos... ¿era miedo? ¿Mi padre tenia miedo? Imposible.
- Vete, niño. Ya es hora. - dijo aquél hombre. Frente a mi padre portaba el arma mas letal, y sus alhajas no quedaban muy por detrás... Ese tipo tenía muy en claro el modo de asesinarnos. Pero de todos modos, lo ignoré y le hablé a mi padre.
- Pero... Hay otros modos. Por favor... - no me dejó terminar la frase, ya que hizo una señal con la cabeza, y Nikiro me tomó del brazo y me llevó a un auto que esperaba en frente de la casa. Lo último que escuché de mi padre fue un grito... Ese hombre había asesinado a mi padre, claro que él así lo quería... ¿Verdad? Me siento culpable, después de todo, nos descubrieron por mi culpa. Mi padre murió por mi culpa... ¿yo maté a papá?
- Ya deja de pensar en eso, Kamina. - dijo Nikiro, un hombre delgado y alto, con gafas y cabello negro.
- No puedo... Todo fue mi culpa. - las lágrimas estaban a punto de salir, pero luego recordé que mi padre jamas había llorado, ni tuvo miedo, ni siquiera cuando sabía que iba a morir... "Seré fuerte como tú, padre" pensé. Esa es una promesa que jamas romperé. Las lágrimas desaparecieron, y tomé el rol de líder yakuza que había dejado mi padre.
- ¿A dónde vamos? - pregunté frío.
- A un lugar donde estará seguro, señor. - respondió Nikiro. Aún me cuesta comprender cómo es que un policía se volvió sirviente yakuza... Por motus propio.
- Especifica. - le ordené.
- Nueva York, Estados Unidos, señor Okumura. Allí la policía no lo encontrará jamas. - respondió el ex-policía serio. Asentí, y no volví a hablar en todo el trayecto hasta el aeropuerto.
Este sería mi nuevo comienzo, pero aunque no estaría en Japón, continuaría con el legado de mi padre. Sería un yakuza norteamericano, quién lo diría...

Narra Keyla

Estaba en los pasillos, buscando mi libro de física, cuando lo vi pasar...
Scott Fry, el chico mas guapo del instituto. Su rubia cabellera encantaba a todas las chicas, y sus verdosos ojos hipnotizaban a todos. Claro que ese no es el tipo de chico que se fijaría en mi: una nerd sin remedio. Aunque me encantaría que alguna vez algún chico me hablara, y no para pedirme la tarea.
Cerré mi casillero al sonar la campana, y me dirigí a mi clase.

La profesora estaba tomando lista, y por un segundo me desconecté de la realidad, y me perdí en el cielo azul por el cual en ese momento pasaba un avión.
- Keyla Mayer. - dijo la profesora Ramirez.
- ¿Qué? - dije, volviendo a la realidad.
- Señorita preste atención - dijo ella bajándose los lentes hasta el tabique de la nariz.
- Esta bien.

Ya habiendo terminado la hora de clase, acompañé a mi hermana menor a su clase de Ballet. Fue muy interesante ver cómo niñas entre siete y ocho años bailaban todas del mismo modo y muy, muy lento.
Al terminar la clase, por fin, nos fuimos a mi casa.
- ¡Llegue! - grité para que mi mama me escuchara.
- Estoy en la cocina, cariño. - respondió ella, con una melodiosa voz. Mi madre, una mujer de 40 años, rubia y de un cuerpo envidiable (aunque haya tenido 2 hijas), es una persona cariñosa y comprensiva. No podría querer a otra madre.
- Voy a mi cuarto. - dije, y corrí hasta allí. Me lancé a la cama, y tomé mi móvil.
Tenía varias notificaciones de Facebook, pero solo una logró captar mi atención. Ésta decía que un chico nuevo entraría a la escuela, aunque ya estemos a mitad de año. No daba muchos detalles del chico, solo que venía de Japón y tenía 17 años.
Mañana lo conocería... De seguro no me prestará atención, al igual que todos, y todas las chicas se le irán encima (si es que es guapo). Solo espero que sea... Diferente.

His SecretWhere stories live. Discover now