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*Narra Niall*

Desde que recuerdo mi hermana Joanna y yo siempre dormimos en la misma habitación.- Supongo que al tener una casa con tan solo dos habitaciones aquello no era opcional.
A mamá la situación nunca fue de su agrado, constantemente le escuchaba quejarse y lamentarse por no poder rentar una casa más grande donde cada uno tuviera su propia habitación pero creo que nunca entendí el porqué de sus preocupaciones hasta aquél año en que finalmente logró rentar un lugar más cómodo y grande.

Luego de mudarnos a nuestro nuevo hogar, mi madre decidió separarnos finalmente y yo, por primera vez en la vida, experimente las ventajas de dormir solo. Pero con dicha nueva experiencia también surgió un problema que hasta entonces no conocíamos en la familia: mi hermana sufría de problemas nocturnos.

Tal y como lo oyen, las pesadillas y terrores nocturnos comenzaron a hacer estragos a mi hermana Joanna quien a diario iba a visitar la alcoba de mi madre en busca de protección y alivio.
                           •••  
-Es que acaso no estas ya muy grande como para experimentar miedos nocturnos hija?- le reprochaba mi madre a mi avergonzada hermana.

Fue así que, días más tarde, mi madre decidió acompañar a mi hermana a su primera terapia psicológica y, orientada por la psicóloga, llegó a la conclusión de que lo mejor era prohibirle a mi hermana dormir con ella para, de esa manera, obligarla a afrontar sus miedos por sí sola volviéndola independiente y más segura de su persona.

Definitivamente Joanna no estaba al tanto de esta nueva medida pues, esa misma noche, cuando pretendía visitar la alcoba de mi madre, se encontró con la sorpresa de que mamá había echado llave a su puerta imposibilitándole la entrada.

Fue en ese momento que Joanna supo que la única opción que tenía era ir a mi habitación en busca de “refugio y protección” y medio minuto más tarde ya se encontraba ingresando a mi cuarto en medio de la oscuridad de la noche:

-Niall, estas despierto?- le escuché decir y en ese momento, abriendo los ojos, le vi acercarse a mi cama de manera lenta pero firme.

-Que sucede?- pregunté y de inmediato me pidió permiso para dormir conmigo.

-Qué hay de mamá?

-Me ha cerrado la puerta… y tengo mucho miedo de regresar a mi cuarto sola.

En un inicio me enfurecí pero era tanto mi sueño que decidí ceder y permitirle entrar en mi cama a cambio de poder retomar mi sueño lo más pronto posible. Y así lo hice pues medio minuto después ya dormía profundamente como antes.

Habrían pasado 2 o 3 horas cuando al darme ganas de ir al baño me paré y salí de mi cuarto. Y, al volver, me di cuenta de que mi hermana se había apoderado casi de toda mi cama dejándome tan solo un pequeño espacio junto a ella. No quise discutir así que, sin decirle nada, me subí a la cama y, como pude, me recosté junto a ella quedando en posición de cuchara con el pene pegado a su culo.

En ese momento me quedé inmóvil, no sabía qué hacer. Podía sentir el calor de su culo sobre la punta de mi pene tapado por un bóxer de tela muy ligera.

Nunca antes había pensado en mi hermana de una forma fuera de lo fraternal pero ahora, al sentir ese culo tan redondito sobre mi pene, hacía que mi pene comenzara a crecer y crecer hasta quedar erguido y clavado sobre sus dos nalgas. Pero eso no era lo peor, lo peor era que así inmóvil como estaba, podía sentir claramente cada movimiento del cuerpo de mi hermana que a ratos hacía por pegar más su cuerpo al mío y lo único que ganaba era restregarme el culo en mi pene con mayor claridad.

Claramente sabía que, si no hacía algo por evitarlo, tarde o temprano, como estaban las cosas, le rendiría tributo a su culo con una fuerte descarga de semen y eso me aterraba porque temía que mi hermana se fuera a despertar. Y fue precisamente por eso que todo lo que restaba de la noche la pase en vela deseando aguantar más tiempo mi descarga.

Finalmente lo logré y cuando sonó mi despertador, la única que faltaba por despertarse en la habitación finalmente lo hizo.

-Buenos días Nialler…- me dijo medio avergonzada al percatarse de lo cerca que estaba de mi cuerpo. De inmediato se alejó y, mientras salía de mi cama y se arreglaba un poco el cabello, me dijo: - Por favor, no le digas a mamá que estuve aquí o me llevará nuevamente con la psicóloga…

Mi hermana no abandonó la habitación hasta que le prometí no decir nada y, en seguida que ella se fue, no tuve otra opción que sacarme el pene y masturbarme frenéticamente pensando, por primera vez, en ella.

*Multimedia Joanna.*

|Sexo Con Mi Hermana|n.hWhere stories live. Discover now