Prólogo.

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10 años atrás. 

Mi aburrimiento había sobrepasado los límites de estar sentada sobre el jardín de los amigos de mamá, todo era habladuría entre ellos y nada más, ¿acaso así era la vida de un adulto? Vaya, si era así, mi deseo de crecer no debería de cumplirse. 
Mientras escuchaba algunas palabras a lo bajo de aquéllas personas que apenas conocía, miraba mis zapatos y me preguntaba, ¿alguna vez tendría amigos? ¿Alguna vez tendría a alguien con quien hablar como lo hacía mamá con la señora Charlotte?
Esas preguntas retumbaban una y otra vez dentro de mi cabeza, cada día, cada hora, cada segundo.
Mamá decía que era porque no sabían cómo acercarse a mí, ya que era muy reservada y no me agradaba compartir cualquier suceso con alguna persona, y tal vez tenía razón, yo era la del problema. 
Seguía mirando aquéllos zapatos que ya se habían llenado de tierra debido a mi gran inquietud de jugar con ella, de pronto, al ver otros zapatos delante de los míos, por inercia mi vista se alzó para ver quién estaba dañando mi espacio personal, cuando miré, pude observar con detenimiento a un niño con una gran sonrisa en su cara, y en su mano izquierda tomaba una pequeña flor que apenas y él podía tomarla con los dedos.

Me sonrió y se sentó a mi lado, por primera vez en mi vida nunca me había sentido tan incómoda por alguna presencia así de extraña.

— Hola, me llamo James. —dijo extendiendo su pequeña mano, que aún así, era más grande que la mía.
La observé por un momento y después volví a verlo a la cara.
Con timidez, extendí mi mano y lo saludé.

— Hola, yo soy Sam.

— Bien, ¿te gusta estar sola Sam? ¿Por qué no hablas?

No supe que responder, por un momento, volví a quedarme callada. Sus ojos color miel, me observaban de una manera extraña, también me sonreía, ¿qué clase de niño es éste?

— De acuerdo, veo que no quieres hablar eh. —soltó una risita que por alguna razón, me agradó escuchar. —Toma, es una flor que arranqué de un jardín, mi mamá dice que a las niñas les gustan, ¿te gusta?

Observé la diminuta florecita y sonreí, era muy bonita.

— ¡Sonreíste!, ¡Por fin!  —exclamó alzando la voz y haciendo movimientos con sus brazos de alegría.

Ésta vez, reí por lo bajo por lo que estaba haciendo.

— Gracias por la flor. —lo miré.

— Es igual de bonita que tú, bueno, tú lo eres aún más. —susurró haciendo que mis ojos se abrieran de par en par. 

Nunca me habían dicho algo parecido, así que lo único que hice fue regalarle una sonrisa, y con apenas audibles palabras, dije:

— Gracias.

Y así, había comenzado todo lo que alguna vez nunca imaginé.





Hola, ¿qué tal? Espero les haya gustado el "prólogo" si fue así, por favor voten para saber si les gustó, me harían más feliz con algún comentario, ¡gracias por leer!

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⏰ Terakhir diperbarui: May 14, 2019 ⏰

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