Capitulo 1:

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*punto de vista de David*

Soy David Browning, un chico... Bueno, un hombre elegante que tiene la gran suerte de trabajar en la biblioteca más grande del pueblo, me encanta leer, soy algo... "Delicado" por así decirlo, no me gusta el desorden, ni el sudor, y soy alérgico a casi a todo, si, soy raro, más bien en pocas palabras soy un nerd pero sin lentes, algo que los demás consideran raro, incluso soy... Alguien sumamente bajito, es penoso, 1,69 no es un tamaño "considerable" para un hombre, y además es aproximado, pero así soy. Soy aficionado a la literatura, siempre quise ser un gran escritor de novelas e historias, pero tengo que empezar por lo más básico. caminaba por las calles de mi pueblo directo a la biblioteca, estos eran mis días favoritos, cada día leo un libro nuevo, ¿me pregunto que escogeré hoy?. Introduje las llaves en el picaporte de la puerta y la abrí, olía a libros nuevos, mi olor favorito, fui a por una escalera para colocar en su lugar el libro que había tomado ayer, pero... Me cuesta pues le temo a las alturas, así que con dificultad lo coloque en su lugar, no tengo a nadie quien me ayude por aquí, casi siempre estoy sólo, me vendría algo de compañía aveces, lo coloque con cuidado y baje tembloroso sin mirar abajo, soy algo débil así que subir, escalar o levantar cosas pesadas no es lo mío. Puse las escaleras en su lugar y volví a mi puesto, casi nadie va a la biblioteca, sólo vienen unos 10 o 20 por total, a veces son los mismo, no entiendo como hay personas que no les gusta leer, no las comprendo, ¡si leer es vida!.
Paso todo el día sentado en mi escritorio leyendo y escribiendo, la vida es un poco aburrida y solitaria aveces por aquí, es tranquila pero aveces creo que debe de tener un poco de diversión, diversión y la imaginación que hay en los libros, eso sería grandioso. Una chica que había llegado hace un rato vino a tomar prestado un libro, le escribí la fecha límite y se fue feliz con su libro, me alegra ver lectores satisfechos, hoy era un día soleado como cualquier otro, como todos los días, como siempre, como lo ha sido desde que tengo memoria. pero al escuchar algo esas creencias se fueron volando de mi cabeza, escuche ruidos de motos y risas grotescas, deben ser los motociclistas, siempre van de pueblo a pueblo a molestar nada más, no me atrevo a verles frente a frente pues me dan algo de miedo, nunca se sabe lo que puede pasar, mire por la ventana de la biblioteca y parquearon sus motos y fueron adentro de una bar, esa clase de personas nunca me dieron buena espina, quien sabe si han matado a alguien una vez, o cuantas veces lo han echo, siempre andan buscando problemas y peleas, y escuchan música ruidosa, eso me da escalofríos en la espalda, decidí quedarme allí hasta que se vayan, definitivamente ellos y yo no nos mezclamos, somos extremadamente distintos, no pienso salir de aquí por nada hasta que decidan irse. O mejor dicho, quien sabe cuando querrán irse, podrían ser días, o más sólo para molestar a la gente, ¡por que a mi!.

Di un largo suspiro y fije mi vista al reloj, eran ya las 4:34, acababa de terminar el décimo libro del día y estaba aburrido, no sabía que hacer y quería salir, pero no podía, escuchaba como se reían mientras golpeaban botellas de cerveza hasta que se rompieran, que molestos, nunca me caerán bien esos tipos, nunca.

Empece a tener hambre, así que saqué una manzana de mi mochila, pero antes decidí ir a por otro libro para matar el rato, otra vez. Ya casi he leído toda la biblioteca, así que tendré que integrar nuevos libros, ¿me pregunto cuanto tomara eso?. Me acerque a la ventana y no vi a nadie en la calle, todos los motociclistas estaban dentro del bar y los demás encerrados en sus casas... Quiero ir a mi casa... Me siento algo sólo... Pero no es que me sienta así siempre, ya estoy acostumbrado, en la escuela siempre fui el típico "bicho raro", por ser alguien intelectual, alguien aficionado a la tranquilidad y a lo bobo, siempre me molestaban y algunos ni se me acercaban, pero nunca me sentí inferior, bueno, quizás algunas veces pero nunca siempre, no me confundan con alguien grosero, soy muy amable con las personas a mi alrededor, no importa como se viera. Mi madre me decía que no escuchara lo que los demás decían de mi, que era alguien muy especial, pero aunque sabía que no era cierto me motivaba, aveces la extraño mucho, pero ahora estoy más o menos bien, por fin tengo una biblioteca y trabajo muy a gusto con algo que me gusta, y eso aunque me entristezca estar sólo, eso me hacer feliz.

Los opuestos se atraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora