Ghost

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Suspiros, gemidos ahogados, respiraciones agitadas y dos jóvenes tendidos en la cama al centro de la habitación del más alto. Nicolás lo miraba desde abajo sonrojado, pidiéndole con la mirada más besos, más caricias, que lo marcara como suyo.

Y Jaime estaba ahí precisamente para darle en el gusto.

El más bajo gimió al sentir los labios de su amado bajar por su cuello y su mano juguetear con el elástico de sus bóxers.

Lentamente pasó sus manos por debajo de la polera del menor y arañó suavemente la espalda de este cuando sintió una mordida en su clavícula, Jaime sabía perfectamente qué era lo que le encantaba.

La ropa fue desapareciendo de a poco en la habitación, los jóvenes se descubrían de a poco, sin ninguna prisa, con los nervios a flor de piel a pesar de no ser la primera vez que se unían en uno solo.

Jaime entró despacio, esperando a que el otro se acostumbrara a la sensación. Juntó sus frentes tiernamente, dándole un beso apasible y susurrando un suave "Te amo" sobre sus labios para comenzar a moverse suavemente.

El barbón negó con la cabeza, maldiciéndose a sí mismo por desenterrar una y otra vez los recuerdos de hace más de seis años.

I'm searching for something that I can't reach.
(Estoy en busca de algo que no puedo alcanzar)

El moreno despertó por la insoportable sed que le secaba la boca. Se levantó de la cama y recorrió la habitación desconocida, hasta la puerta que se encontraba en frente de la cama. Rodó los ojos al ver un armario lleno de ropa, se aventuró hasta el otro lado de la habitación y esta vez abrió la puerta del baño. Tomó agua, se lavó la cara y se miró en el espejo, detestando la imagen frente a él.

"¿Qué mierda te hiciste, weon?", pensó al ver su rostro afeitado por completo, su cabello muy corto, su rostro delgado, ni siquiera comparable a su rostro de niño, hace unos años. Parecía haber envejecido quince años, sus ojeras oscuras delataban sus noches en vela, pero nada de eso era lo que había desatado aquel pensamiento.

Su seño ahora la mayor parte del tiempo fruncido y sus ojos oscuros, duros, casi sin expresión alguna eran los que lo hacían querer volver seis años atrás, a los brazos de cierto joven enojón.

Presionó el lavamanos con fuerza y apretó los labios.

"Maricón de mierda."

No iba a malgastar sus pensamientos en un hijo de puta que lo había dejado solo y enamorado sin ninguna explicación aparente.

Salió del baño y fijó la mirada en la rubia recostada en la cama, ni siquiera recordaba su nombre. Recogió su ropa y salió de la habitación vistiéndose. Abrió la puerta de entrada del departamento sin poder evitar que la imagen de su amado durmiendo lo atacara.

My ghost, where'd you go? I can't find you in the body sleeping next to me
(Fantasma mío, ¿Dónde has ido? No logro encontrarte en el cuerpo durmiendo a mi lado)

Por su parte el ahora barbón se iba de la casa de una pelirroja bastante maraca. Recuerda con una sonrisa las primeras mujeres con las que tuvo sexo; Morenas, un poco más bajas que él, de ojos oscuros... Generalmente procurando no verles la cara.

Después de un tiempo dejó de ser tan exigente, todas las morenas que habían en la ciudad, o la mayor parte de ellas ya habían pasado por las sábanas del barbón, así que ya no tenía mucho de donde elegir.

Comenzó a bastarle acostarse con una mujer cualquiera, obviamente con protección. Necesitaba sacarse de la piel los besos del moreno, las caricias tiernas, necesitaba sacarse de la mente la sonrisa, los ojos, la voz y la risa del moreno.

Ghost |《Jainico》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora