| Única Parte |

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Mangel ~

Ahí estaba yo, paralizado, sin saber qué hacer. Una parte de mi me decía que salga corriendo, que me alejara todo lo que pudiera. Pero otra parte, esa maldita y masoquista parte, me decía que me acercara.

Despues de 5 jodidos años.

Mis ojos posados en el castaño que con sus ojos verdes me había atrapado y enamorado, aquel chico divertido que me había entregado todo de él, y yo no hice más que romper en pedazos su frágil corazón. Él estaba ahí, no había cambiado nada, tan hermoso como siempre.

Y dolía verlo.

Dolía mucho.

~

Abri los ojos lentamente y sentí como los rayos del Sol que ingresaban por la ventana de mi habitación atacaban mi rostro. Gruñí, y a tientas busque mi movil en la mesita de luz, una vez que mi mano lo encontró, me fijé qué hora era.

Eran las 12:30 y no había ido a hacer las compras para la semana. Tranquilamente podría pedir una pizza, pero en estas últimas semanas trataba de comer sano, mucha comida chatarra no le haría bien a mi salud, y ya me consideraba viejo, por lo tanto decidí cuidarme más.

Me quedé 15 minutos más en la cama, dando vueltas y quejandome como un niño que no quiere ir al primer día de clases. Johnny se encontraba a mis pies y más de una vez le di un leve empujón por moverme tanto, asi que decidió irse de mi habitación mientras me reía y me disculpaba como si fuera a entender lo que decía.

Me levanté, tendí mi cama, y me vestí para ir al supermercado. Por más que estuviera el Sol, hacía un frío que te cagabas, asi que no dudé en abrigarme bien. Fui a la cocina, en donde mi gato se encontraba comiendo de su tazón, para ver qué era lo que necesitaba. Luego agarré las llaves, acaricié a Johnny y me dirigí rumbo al super que se encontraba a 5 cuadras de mi departamento.

Todavía me sentía fuera de lugar en mi nuevo hogar,seguía viviendo en Madrid, pero me había mudado hace ya 5 años, después de todo lo que había pasado.

Y con "todo lo que había pasado" me refiero a una persona en específico:

Rubén.

Sacudí mi cabeza sacando todo pensamiento relacionado con él. No quería ponerme mal otra vez. Ya estaba acostumbrado a que el ojiverde viniera a mi mente en todo momento, pero era fácil olvidarme de él si me lo proponía.

Olvidarme de él por lo menos unas cuantas horas hasta que volviera a aparecer en mis pensamientos.

Sin darme cuenta ya estaba llegando a mi destino, asi que corrí hasta la entrada del supermercado antes de que me congelará en medio de la calle.

Una vez dentro me encontré con que el lugar estaba prácticamente vacío, asi que agradecí a todos los dioses. Una de las cosas que odiaba con mi vida era tener que hacer una larga fila para pagar las cosas. Rapidamente agarré un carro y me dirigí a la parte donde vendían mis cereales favoritos. Mientras iba hasta allí sentí como mi movil vibraba en el bolsillo de mis pantalones así que lo saque y me fijé que era una llamada de Alex.

— Alex, tío ¿Qué tal? - Sonreí, el niño y yo seguiamos siendo muy buenos amigos.

— ¡Mangel! Hostia, que bueno que contestas. Creo que si no respondías a la primera llamada iba a explotar. - Frunci el ceño, hablaba rápidamente y eso solo pasaba cuando tenía algo importante que contarme.

— ¿Pasó algo? Suenas alterado.

— No creeras lo que te voy a contar.

— Sueltalo ya, macho. - Le decía mientras seguía caminando con el carrito para buscar mis cereales, y es que el super era bastante grande.

| Recuerdo... |Where stories live. Discover now