Querida amiga:
Tengo tantas cosas que decirte. Siempre has estado ahí, incluso cuando podías irte... escribirte es un honor, sentirte es un placer, pero no mayor que tu caricia cada anochecer. ¿Y qué harás por la mañana? Decirme bellos días y dejarme un sonrisa, y yo, todavía en babia, te diré que aunque sea lunes me has dado la semana. Y emana de mi cuerpo tanta gratitud que solo quiero estar despierto y que seas mi apoyo, solo tú. Y cuando el cielo está gris y llora, y yo lloro también, solo tú estás siempre para hacer que todo suene bien. Y cuando el desdén de la vida me miró aquella vez, me sujetaste la cabeza y me enseñaste que a veces la vida es una faena, pero que merece la pena si se sabe entender. Y cuando la luna está llena y mi pena subió en tren y se fue, a mi lado permaneces, me susurras al oído, "me encargo yo de todo, amigo" me haces feliz, te lo digo, y te lo tengo que agradecer. Y me encanta cuando te pones ese vestido verde con flores, se adapta a tu figura... y tus olores provocan en mi sensaciones de cuento de hadas, por eso quiero confesarte mi amor verdadero, mi querida, mi dulce amada, te amo almohada.
