La heredera

Me voy.....

Ahora estoy en el hospital tratando a un enfermo. En media hora termino. Mi nombre es Arriana Pillamonte, estoy trabajando en el ''Hospital Universitario Quirón'' de Madrid. Hace tres años terminé la "UCM'', y me casé con Severiano Pillamonte. Mi padre me lo presentó y nos enamoramos. Bueno, yo me enamoré de el. Al principio creía que me amaba pero no fue así. Ni me amó ni me amará jamás, el sólo quería mi fortuna, es un arribista. Me pega y abusa de mí sin piedad. Sólo durante el trabajo escapo de él. Mi amiga, Rosa que también es doctora y la única persona que sabe de todo esto, me aconsejó divorciarme. Pero lo veo imposible porque amenazó con hacerle daño a mi abuela y a mí.

He terminado con el último paciente del día y me he encontrado con Rosa en el vestíbulo. Ella me ha invitado a tomar un café a su casa antes de volver a la mía.

-Lo siento Rosa, pero hoy no puedo. Severiano debe llegar más tarde junto con unos amigos suyos y tengo que preparar la comida y limpiar la casa.

- Por favor Arri, trabajas demasiado, tienes que relajarte. Seguro que puedes beber un café conmigo antes de hacer tus deberes como esposa.

- Vale, pero si se entera quedará en tu conciencia.

Fuimos a casa de Rosa y nos pusimos a charlar. Le confesé sobre la infelicidad que vivo junto a mi esposo y sobre de el estado de salud de mi abuela. Graciela Rodríguez, mi abuela, está delicada de salud y no le queda mucho tiempo. Ella es mi único pariente en la vida y la que me crió desde que era una niña. Mis padres murieron en un accidente hace mucho tiempo.

-Oye, mañana por la noche me voy de vacaciones a Lisboa para visitar a mi padre. Si quieres, ¡acompáñame!

- Me gustaría, pero no quiero molestar a tu padre, es más, Severiano no me va dejar ir.

- No es ninguna molestia, a mi padre y a mi nos encantaría recibirte, y con tu esposo, intenta convencerlo. Si no acepta, ¡huye conmigo!

-Muy hermoso de tu parte Rosa, pero no creo que voy a poder venir.

- Piénsalo un poco. Es una buena idea.

-Supongo. Gracias por el café, nos vemos mañana. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego amiga! ¡Y piensa en lo que te dije!

La idea de Rosa no era mala, podía ir de viaje con ella y relajarme un poco. Si Severiano no aceptase, podría huir de casa. Cuando regrese, estaré preparada para enfrentarme a él. Llegué a casa, preparé la comida para los invitados y me vestí con el vestido más hermoso que tenía. Los invitados y mi esposo llegaron y toda la noche estuvieron en el despacho jugando y apostando. Después se que se fueron, me fui al salón como me pide siempre el, para que me humille y se burle de mi:

-La comida fue buena pero deberías comprar más vino. Y del vestido, podrías encontrar uno más decente, pareces una sirvienta.

-Es el más hermoso que tengo.

- Claro. Me olvide que tú de verdad eres una sirvienta. ¿Cómo podría saber una cómo tú qué significa el estilo? ¿Sabes? Si tú no fueras tan rica, no me hubiera casado jamás contigo. ¿Cuánto tiempo le dan a tu abuela?

-No mucho.

-¡Que alegria! por fin recibiré mi herencia.

-¡Querrás decir mi herencia!

-¿Tu herencia? No seas tonta, tú no tienes nada que hacer con ella.

-Cambiemos de tema. Hay algo más.

-¿Qué?

- Rosa me invitó a Lisboa para pasar con ella unos días. ¿Puedo ir?

- Unos días sin ti... ¡es una buena idea! Escaparme de ti unos días... Sí, puedes irte.

-¿En serio?.... Por primera vez, Severiano me hacía feliz.

El día siguiente pasó muy rápido, a las 9 de la noche llegué a Lisboa. El padre de Rosa nos estaba esperando en el aeropuerto y nos llevo a casa. La casa de Rosa era grandísima, ¡todo un palacio! Rosa quería dar un paseo por los alrededores, pero me encontraba cansada por el viaje, y me fui a dormir .

Teneis la casa de Rosa y la vista de Lisboa

Espero que os guste.