Tu, yo, ¿un nosotros existirá en el destino?.
Sinceramente yo no creo en el destino, mi vida se volvió tan aburrida y predecible desde que mamá murió cuando yo tenía 6 años, dejándome sola con mi padre y aunque es una gran persona no es lo mismo. T...
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ELENA
Sonó mi horrible despertador y abrí los ojos de golpe. Me levanté a apagarlo, arreglé mi cama y escogí mi ropa; hoy iría a recoger un sobre de información a la preparatoria. Un poco estúpido teniendo en cuenta que ya hasta me había graduado de la universidad, pero ahí estaría el encargo de mi padre y probablemente la misión más aburrida de la historia. Después iría a la agencia a dejar el pedido y entrenar un rato, no era un día muy ocupado para mí, según mi padre, me estaba castigando por rehusarme a tener un compañero.
Me metí al baño y me di una ducha de 5 minutos, se me estaba haciendo tarde; me vestí rápido con el uniforme negro de la agencia y encima me coloque la ropa normal, me solté el cabello y agarre mi mochila junto con mi credencial para poder sacar el paquete de la caja fuerte, tomé las llaves de mi auto y fui en dirección a la escuela.
Estacione mi auto y entre a la escuela hasta llegar al baño de chicas, aún recordaba este estúpido lugar a la perfección, irónico cuando mi intención al graduarme era olvidarlo por completo. Le puse seguro a la puerta del baño e ingrese el código secreto en un panel escondido que se descubrió cuando escaneé mi rostro, después coloque mi tarjeta al centro y la caja la escaneo para después abrir la pequeña compuerta, agarré el sobre y la cerré, quité el seguro a la puerta del baño y salí con cuidado de que nadie me viera, caminando lo más natural posible en dirección a la salida.
Cuando estaba dando vuelta en uno de los corredores, choque con alguien y caí al suelo junto con lo que tenía en las manos, bendita mi suerte.
—¡Cuidado inútil!
—Lo siento, no te vi—me arrodille en el suelo, pero el idiota que estaba dándome una mala mañana, se agacho al mismo tiempo y nuestras cabezas chocaron, me sobé en el lugar del golpe y tomé las cosas que se habían caído. Él extendió su mano para ayudarme a levantar pero lo ignore y me incorporé sola, una vez de pie lo miré por primera vez a la cara y sus bellos ojos azules se clavaron en los míos, no me gusto admitirlo a mi consciencia, pero quede algo atontada. Este chico era sumamente atractivo, tipo modelo de Calvin Klein, ay dios mío ¿porqué lo estaba imaginando de esa manera? claro que ese porte tan sensual que tenía y esos lentes que lo hacían ver como Clark Kent no ayudaban en dada a imaginarlo de otro modo...
No, basta ya de pensar cosas así, Elena. Debes concentrarte a lo que has venido, además es un niño de preparatoria, no quería ni me interesaba meterme en líos legales con chicos menores, la cárcel no estaba en mis planes.
—Deberías tener más cuidado por donde caminas, no tienes ojos en los pies — le dije conteste y comencé a caminar antes de que pudiera decirme algo, salí de la escuela y me subí a mi auto para ir directo a la agencia. Bien tal vez había sido muy grosera, pero me valía un bledo, nunca me había caracterizado por ser amigable con nadie.
Cuando ya estaba por llegar a la agencia, sentí algo muy común en mi pecho al ver el edificio de lejos, emoción. Aún si llevaba casi 6 años trabajando aquí, la emoción nunca se iba, por el contrario solo aumentaba con el pasar del tiempo.
