Una peligrosa situación hara que Riccardo se de cuenta de cuanto significa Gabi para el.
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Dolor, un gran dolor en el pecho era lo que el pelirrosa sentía en ese preciso momento.
Apenas si podía ocultarlo tras el cansancio habitual de un partido caluroso.
Insolación tal vez, eso no lo sabia, solo sabia que ese dolor crecía rápidamente. La cabeza le bombeaba y le retumbaba por el dolor.
Sentía todo su cuerpo hervir.
Todo su ser esperaba con ansiedad el final del partido, esperaba poder tener la energía suficiente para correr a su casa y meterse a la ducha de agua helada sin desmayarse en el camino.
Otra punzada directo en el pecho.
Agotamiento, calor, sudor, dolor. El pobre defensa no aguantaría mucho más, y su cara lo demostraba por más que el tratara de ocultarlo.
El "virtuoso" centrocampista ya lo había notado, estaba seguro de que algo le pasaba a su amigo pelirrosa.
En su rostro se notaba, y Riccardo conocía a Gabi demasiado bien.
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Ocultaba su notorio dolor y cansancio tras una capa de seriedad que no causaba muchas sospechas ya era propio de el estar así de serio.
Pero para el castaño es jamás pasaría completamente desapercibido.
El último gol arcado por el talentoso lobo solitario del equipo (Victor) dio fin al partido con el raimon triunfando una vez más.
Gabi agradeció de corazón que ya hubiera terminado.
Todos estaban aun en sus posiciones, detrás de Gabi, el portero Samguk sonreía con satisfacción.
Esa sonrisa se borró de inmediato cuando vio como el pelirrosa se tambaleaba hacia atrás y se agarraba del poste izquierdo del arco respirando con fuerza.
-Gabi!- grito Samguk llendo a prisa a ver que le sucedía, y de paso, llamando la atención de todos.
El portero agarro al pelirrosa por los hombros con suavidad mientras lo miraba con extrema preocupación, y como para no estar preocupado, su compañero estaba ardiendo y le costaba respirar cada vez más.
Aitor, el travieso y odioso peliazul fue el primero en llegar.
-Eh Gabi, aguanta- le dijo preocupado.
El peliazul, aunque no lo demostrara, quería a Gabi como a un hermano mayor al cual admiraba.
Ricardo llego solo unos segundos después, seguido del resto del equipo.
De pronto, Gabi se desvaneció en los brazos de Samguk.
El entrenador llego corriendo.
-Tiene un golpe de calor, llamen a una ambulancia!- exclamo con firmeza.
La ambulancia no tardo en llegar, tuvieron que ponerle un respirador y lo subieron a prisa en la camilla.
Ricardo subió con el entrenador, tenia el pecho apretado.
Era Gabi, su dulce pelirrosa que a pesar de estar muriendo por dentro, le dedicaba una calida sonrisa a quien lo necesitara.
Va aestarbien, vaaestarbien....Se repetia mentalmente el castaño tratado de relajarse sin resultado alguno.
(......)
Dos horas, quince minutos y treinta y cuatro segundos habían pasado exactamente. Ricardo llevaba la cuenta, preocupado cada vez mas por el estado de si amigo.
Gabi aún no daba señales de despertar.
Recordó entonces la sonrisa tan pura y perfecta que su amigo le había dedicado esa mañana.
Esa sonrisa que le provoco mil sensaciones de un solo golpe.
¿Acaso amaba a Gabi como más que un amigo?. Si, asi era, y ahora estaba seguro.
Otra vez las lágrimas se derramaron por sus mejillas, mientras le suplicaba a una fuerza invisible por la salud de su "amigo".
Teamo, era lo que más deseaba decirle, no le importaba nada más, simplemente le bastaría por observa sus grandes orbes azules y esa sonrisa brillante.
Deseaba fervientemente decirle cuanto le importaba.
(.....)
Tres horas, veintisiete minutos, dos segundos y contando.
Gabi aún no despertaba y esto preocupaba cada vez más al castaño.
-Despierta-le susurro con lágrimas en los ojos, y como por arte de magia, el pelirrosa abrió los suyos con lentitud.
Lo primero que sintió al despertar fue una punzada de dolor en su cabeza.
Se veía algo desconcertado pero sonrio al ver a Ricardo junto a el.
El castaño no se lo pensó dos veces, sin importarle nada se lanzó sobre el pelirrosa y le beso apasionadamente, beso que le pillo por sorpresa a Gabi, pero que no tardo en corresponder.
-Lo siento, no debi....- se disculpo Ricardo pero fue callado por los labios del pelirrosa.
-Te amo- le susurro Gabi y Ricardo sonrió.
-Y yo a ti- contesto Ricardo.
Pasaron mucho tiempo abrazados, acostados en la camilla del hospital hasta que el castaño rompió el silencio.
-Tu me importas mucho, ¿lo sabes verdad?- le pregunto el castaño con dulzura.
Gabi asintió sonriendo divertido.
-Y tu a mi- le respondió.
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Este es One-Shot que hice hace algún tiempo y quise compartirlo con ustedes, me gustaría saber su opinión ya que es mi primer One-Shot.
Espero que les haya gustado, voten y comenten!!! 💖💖
