Engranajes

Era una noche oscura, serena, silenciosa y agradable para el, podía ser ya un adolescente a sus 13 años, pero adoraba aún hacer esas cosas que en alguna ocasión hizo con sus amigos, hacer una fogata en su patio, sacar una bolsa de bombones, salchichas, una manta y sentarse cerca del fuego para quemarlos con la ayuda de unas barras de bambú que compraba en la dulcería.

Pero esta vez estaba solo y era lo que más deseaba, por qué bueno de un tiempo hacía el mismo día, los poderes que había desarrollado en Perú estaban actuando con mucha más fuerza de noche, por el momento sus ojos solo estaban azules mientras se encontraban brillando, pero eso era normal... Muy, muy normal, tan normal que quizá sus padres ya ni lo notaban, lo malo eran las chispas que causaba al reírse o sonreír... Quizá de día también ocurria pero bajo la luz del sol no se notaba, lo que lo hacía y obligaba a quedarse en casa cuando el día era nublado y oscuro, sin mencionar que desde hace unas dos o tres semanas cuando se marchaba a su cuarto a dormir, veía el techo y paredes de su habitación adornados con estrellas fluorescentes, podía jurar que por un segundo su mente decía "adiós gravedad" y terminaba sobre la cama sentado en mariposa pensando en bajar después de unos minutos de juego y aunque lo consiguiera le espantaba pensar que algún día lo encontrarían de ese modo.

¿Quién entendería aquello? ¿Sus amigos? Seguramente se asustarían... Y no planeaba juntarse con los idiotas del team marsh ellos lo comprenderían si, pero no quería terminar desarrollando alguna mutación por juntarse con ellos.

Sin embargo aún había algo que lo tenía inquieto, sabía que alguien vendría, por qué eso siempre pasaba, cada que él hacía una fogata su súper mejor amigo sin importarle sus deseos de estar solo por las noches llegaba, se sentaba a su lado y terminaba haciendo de un momento solitario y deprimente uno memorable ¡digno de recordar!, y no pasó mucho tiempo para que esto ocurriera, un castaño entro a aquel patio sin avisar saltando la barda del jardín de su vecino, ya que bueno, realmente vivían el uno a lado del otro, era imposible que hiciera algo en el patio y que este no se enterara.

- ¡Hey! ¿Por qué no avisaste que harías fogata? Quizá podríamos llamar a Tweek, Kevin, Token y Jimmy - comentó mientras el castaño sacaba su móvil; no le sorprendía que él quisiera llamar a todos pero solo pudo suspirar y negar con la cabeza tratando de no mirar a Clyde, después de todo, esas chispas amenazaban con aparecer en cualquier momento y podía imaginarse la reacción de cada uno de ellos.

Token seguramente diría algo como "deberías ir al doctor, no es normal ¿si es contagioso? ¡Yo me voy!".
Tweek no sería muy diferente... Él estaba más acostumbrado a cosas raras, pero seguramente no sería capaz de guardar el secreto "¡no es posible hombre! ¡Yo no puedo guardar el secreto! ¡Es demasiada presión! "
Kevin... Bueno Kevin pensaría que era un alíen y seguramente comenzaría a llamar a organizaciones del gobierno para que lo revisarán...
Jimmy, el haría chistes que terminarían delatándolo.
Pero Clyde, no con el no corría riesgos tan grandes... Simplemente era "el".

-Clyde... No, el plan para hoy era estar solo- comentó mientras miraba al fuego atentamente haciendo una mueca triste, la verdad anhelaba esos días, pero justo ahora estaba corriendo peligro, en cualquier momento podrían salir las estrellas ¡o peor aún! ¿Qué haría si en un momento de los que él miraba al cielo pasaba un "adiós gravedad"?, si eso pasaba posiblemente su mejor amigo se sentiría extraño, no quería perderlo- si no te pido que te vayas es por que confió en ti... Más que en cualquier otra persona Clyde... Compréndeme por favor -susurro mientras aún mantenía la vista al piso y el castaño de inmediato se sentaba a su lado; desgraciadamente sentía que estorbaba, pero eso no lo haría marcharse, ¡no ahora! ¡No justo cuando por fin conseguía que no lo corriera! Menos ahora que estaba con él en una de las noches que desde hace tiempo había anhelado.