sueño de un admirador

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Choromatsu recorría con sus dedos su propia virilidad, gimiendo contra la almohada que evitaba que soltara algún ruido extraño. No sabía cómo había pasado de estar sentado a terminar casi acostado en el suelo mientras se tocaba y levantaba el trasero. Si alguno de sus hermanos lo veía así, definitivamente iba a morir. Por eso se alegraba de que todos hayan tenido planes para salir hoy, podia estar solo y tranquilo, sumirse en su propio placer sin tener que preocuparse por nada ni nadie...aunque le avergonzaba haber tenido que utilizar el letrero que el estupido de Osomatsu le había hecho, pero preferiria esa avergüenza a lo que realmente estaba haciendo y por qué lo estaba haciendo.

-n-nh..-

Continuó moviendo sus manos, brindándose el placer que nadie más le podía dar. Pronto su respiración estaba demasiado agitada, mientras observaba aquellas fotografias delante de él en el suelo de la persona que idolatraba a un punto tan desastroso que había terminado tocandose en su nombre.

-Ah...hah...y-ya casi...asi...- susurró.

Sus manos se movian con más rapidez, solo dejaba a su imaginación encargarse de la idea de que esas manos no eran las propias y le pertenecian a otro hombre, el que se había convertido en dueño de sus fantasias, fantasias que nunca pensó tendria por alguien de su mismo sexo. Mordio suavemente la almohada, estaba llegando a su limite, sentia que iba a dejar salir todo en cualquier momento.

-Más...necesito...más...-

Una de sus manos se dirigio a su zona trasera, donde inevitablemente introdujo un dedo con lentitud, ahogando sus gemidos nuevamente en la almohada. Hacer algo como eso rompia una gran parte de su orgullo, pero no podia evitarlo, entre más se acercaba al climax más necesitaba tocar mas partes de su cuerpo. Pronto fue envuelto en un inmenso calor, antes de que hiciese algo más tomo una de las toallitas y cubrio con ella su miembro, justo a tiempo para correrse y no manchar nada.

-A-ah....hah...- jadeo, intentando recuperar la respiración.

Se giro para recostarse en el suelo, mirando hacia el techo. Sostuvo una de las fotografias que estaba al lado suyo arriba de él, mirandola con las mejillas totalmente sonrojadas. La unica persona por la que había hecho algo como eso en un pasado había sido Nya-chan pero...sabia que este sentimiento era más fuerte desde el momento en que se sintio atraido por un hombre. Nunca pensó que algo asi le sucederia...las chicas lo enloquecian y bueno, que decir de que amaba cada parte de ellas pero...había caido rendido ante los pies de este hombre.

Un idol que no tenia mucho tiempo de haber alcanzado el existo, pero que de inmediato había subido su fama hasta el tope. Con un estilo genial, una voz poderosa y canciones estupendas, era imposible no haber podido alcanzar la fama de inmediato. Choromatsu recordaba la primera vez que escucho una de sus canciones cuando en el club de admiradores de Nya-chan uno de los chicos comento acerca de él y despues puso un video de su primer concierto en vivo...era increible como siendo un cantante reciente tuviese tanto grado de admiradores. Y no le sorprendia, pues este mismo le había hecho romper lo que el consideraba una perfecta heterosexualidad.

Llevaba aproximadamente 8 meses siguiendo a ese artista y nunca había tenido la oportunidad de verlo en vivo por lo excesivamente demandante que son los boletos de sus conciertos y lo costosos...sin mencionar que se acaban en cuestion de minutos. Definitivamente uno de sus sueños más grandes era poder ir a uno de sus conciertos.

-Red Fujio...- dijo, aun admirando la fotografia que sostenia entre sus manos. -Yo ire a uno de tus conciertos, tengo que verte en persona, tengo que conocerte...-repitio, luego coloco la fotografia en su pecho y ambas manos sobre la misma, cerrando los ojos y dando un suspiro.

Despues de ello, recordo que estaba en casa y cualquiera podia llegar en el momento que sea, por lo cual se dedico a guardar todo y tirar a la basura las toallitas que habia utilizado. Nadie tenia que enterarse de lo que acababa de hacer, y mucho menos por quien lo acababa de hacer.

Sueño de un admirador - Osochoro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora