parte única ;

1.1K 199 98
                                    

Noches sin café;;

La primera vez que te conocí, estabas tomando de tu café solo. Nunca te había visto y eso que yo siempre iba allí todas las noches a las 7 en punto. Pensé que tal vez eras nuevo por aquí o tú siempre venías más temprano y por eso no te había visto.

Una semana, todos los días a la misma hora, yo llegaba y tú estabas allí, solo.

Conté los días que llevaba de conocerte como un loco y no porque estuviera «enamorado» de ti. No, fue sólo porque me dabas demasiada curiosidad... Eso y que de todos los cafés de allí, tú tenías que llevarte el mío.

Nunca me preguntaste el por qué yo siempre llegaba a esa hora y te diré, fue porque justo a esa hora, ya mi tipo de café favorito se había ido, sólo quedaba un último vaso, ese que me robaste de las manos desde que llegaste.

Así que cambie mi rutina, ya no llegaba a las 7 como siempre, comencé a llegar a las 6:30... Pero tú ya estabas allí.

Llegué a las dos semanas sin tener mi café, 14 noches exactamente.

Debía tomar medidas, así que por primera vez en dos años, llegué en la mañana. Le hablé al joven que atendía la caja, y le pregunté sobre ti, dijo que eras un misterio.

«Él siempre viene a las 6 en punto, una hora antes que tú. Primero pide sólo el vaso, y a eso de las 6:30, pide su café, aunque no lo bebe. Espera hasta las 7:00 y cuando ya debe de estar frío, toma sólo la mitad.»

Mi cara tuvo que ser de idiota, ¿Quién hacía algo así? ¿Quién desperdiciaba MI café así? ... Por eso me diste curiosidad, así que le hablé al joven, le pregunté si él trabajaba allí todo el día y dijo que sí, excepto el medio día, pero eso no importa... Le dije que apartara dos cafés, los últimos: uno mío y el otro tuyo. No podía quitarte el café, sé lo delicioso y adictivo que es, así que te comprendía en ese tema.

Volví a mi rutina tranquilamente, volví a tener mis noches de café. Y por un mes, volví a pagar dos cafés.

El primer día que supe de ti, irónicamente fue por medio del café. Esa vez tú no estabas allí, pero cuando le pregunté al joven me entregó tu vaso, vacío. Él sólo se rió de mí, ¿Por qué me dejaste esto? Fue hasta que él lo puso frente a mis ojos que noté tu: «Gracias». Él sólo se encogió de hombros, yo pedí mi café y cuando volvía a pagar los dos de adelantado, él dijo que tú ya los habías dejado pagados. Le reclamé por haberte aceptado el dinero y él dijo que tú le habías amenazado con decir que tuviste mal servicio si no lo aceptaba. Así que, le dejé el dinero para los dos próximos cafés.

Esa noche fue él quien me reclamó por no hablarte y sólo jugar a eso. Le hice caso, así que al día siguiente, por segunda vez volví en la mañana y le pedí que apartara los dos vasos desde ya. Pedí uno y un marcador, te respondí un simple "De nada" y él chico estaba feliz, hasta que vio mi respuesta, dijo que era muy simple y que debía escribir más, pero no lo hice. Él se convirtió en buen amigo, es Seokjin de quién hablamos al final de todo.

Dos meses más tarde y volví a estar sin mi café, habían despedido a Jin, por culpa de una chica que se quejó diciendo barbaridades, cuando la verdad fue que él no quiso salir con ella. Un rencor nació hacia esa chica ese día, pero a Jin lo que más le molestó, fue que ya no podría apartar nuestros cafés. Fue un lindo detalle que se preocupara por eso.

No haré más larga la historia, ya voy comenzando la segunda hoja.

Ese mes en que atendió la nueva persona, fue el mes que comenzamos a hablar. La primera vez fue cuando llegué a las 6:30, tenía la fe de encontrar aún de mi café... A la vez sí fue así, pero a la vez no. La joven dijo que ya alguien se había llevado los últimos cafés, me preocupé por ambos, era nuestro café y no lo teníamos. Me senté en una mesa frustrado, pero apareciste tú con dos cafés en las mano, me entregaste uno y yo te invité a sentarte.

Me contaste que Jin habló contigo (no lo negaré, sentí una pizca de traición), yo no sabía nada. Pero resulta que él te dijo quién era yo. No ibas a tener una plática con un desconocido así como así, debías saber algo.

Cuatro meses después, y empezamos como novios, saliendo en la tarde, y a la noche, yendo por nuestro café.

Unos cinco meses más tarde, te dio esa extraña enfermedad. Tú odiaste esos momentos, ¿Porqué no nos decían que era y ya? Y yo, al igual que tú, odié esa noticia, odié ése hospital, odié todo; pero lo que tú más odiaste, fue dejar el café por órdenes del doctor.

Yo estuve contigo en esa lucha, si amaba todo contigo antes, no te imaginas cuando amaba esos momentos en ese tiempo.

Llegamos a conocernos de tal manera, que vaya... Me quedo sin palabras para describirlo; pero... hay algo que nunca dije.

Las cosas cambiaron, tú eras quien peleaba ahora por el café y yo, peleaba por ti. Una noche dijiste «No soporto más, quiero café, dame mi café. Ya son muchas noches sin café. Es un antojo que tu amado te pide, no me lo negarás... -pusiste cara de cachorrito, casi me convences con tanto «café» que pronunciaste; pero fuiste valiente, más que yo- No, no, no, no; no me des nada. Tú no me ayudas así, el doctor me prohibió el café y siempre que pienso en él, tú sólo me ves sin pegar tus labios a los míos para distraerme. No, así no puedo -y lo hiciste, pegaste nuestros labios en un tierno beso-»

Desde esa noche, el café pasó a cuarto, quinto, sexto, último plano. Ya no despreciaba esas noches, me gustaban las noches sin café... esas noches eran en las que tú eras mío y nada se interponía... Ni siquiera nuestro café.

Atentamente: Min Yoongi, el chico del café.

Me duele la cabeza y es casi la una de la madrugada. Necesitaba subir esto antes de volverme loca. Las historias de Ally me tienen así, lo siento. Y sí, yo soy la encargada de editar las historias y subirlas, ella solo me las manda. So, todos los créditos a ella por escribir este hermoso one-sot. Btw, quería aclararles cómo va a funcionar esto. Allyson se encargará de los one-shot y yo me encargaré de las historias largas. Aún no subo ninguna porque inútil se nace, ahre. Espero subir alguna de mis historias pronto, so, sigan esperando (?)

❝coffee❞ // yoonkookWhere stories live. Discover now