Como recuperar tus colores

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La rutina diaria puede llegar a ser monótona y aburrida. Así es la vida de nuestro personaje, Jacob, un trabajador de oficina, o al menos lo era antes de que todo cambiara. Todos los días, él se levantaba para ir al trabajo, cada día con menos energía, ya que odiaba su trabajo, y para sus compañeros era un fantasma. Al llegar al trabajo, se sentaba en su pequeño cubículo a trabajar horas sentado en su computadora, mientras escuchaba a sus compañeros reírse a espaldas suya, justo en el tanque de agua, que estaba literalmente a 10 pasos suyos. Después de un extenuante día de trabajo, volvía a su pequeño y solitario apartamento, a beber de su botella de alcohol, su única amiga. "¿Cómo llegue a esto?", Jacob se preguntaba después de cada sorbo, pero él sabía la respuesta, sólo que no quería admitirlo, él mismo no podría soportarlo.

Hace años, su obsesión con la bebida y su soledad empezaron, cuando Jacob descubrió que su esposa había huido con otro hombre, y lo había dejado solo, sin importar que hubieran estado juntos desde hace muchos años, que había sido amigos en primaria, en secundaria, y que siempre habían gustado el uno del otro. Debido a todos sus sentimientos de tristeza, faltaba muchas veces a su antiguo trabajo, y las pocas veces que iba, generaba un ambiente inapropiado para este. Gracias a esto, fue forzado a renunciar, y perdió a sus compañeros, con los que mantenía una estrecha relación y a los que les tenía mucho respeto. Decidió encerrarse en su casa y no abrió la puerta a nadie, y por eso, todos decidieron dejarlo a un lado y seguir con sus vidas. La bebida se había convertido en su compañía, y siempre tenía una botella dispuesta a ser abierta en su sala de estar.

Después de meses, se dio cuenta de que su salud empeoraba, y empezó a hacer ejercicio y encontró un nuevo trabajo de oficina, el cual odiaba, pero le permitía mantenerse y sobrevivir. Así pasó varias temporadas, y él sentía que su vida se iba haciendo cada vez más gris y oscura.

Un frío invierno llegó, y tuvo la cita médica que estuvo aplazando durante mucho tiempo, y el médico le dio una noticia que fue el detonante, que lanzó su vida en picada y volvió su visión completamente en blanco y negro. Jacob tenía cáncer y estaba en su etapa terminal. Al recibir esta noticia, se deprimió más de lo que ya estaba, agradeció al doctor y salió de la oficina con la cabeza mirando al suelo, una mano en su bolsillo y la otra sujetando su maletín en su espalda.

Volvió a casa y abrió la botella que estaba bebiendo el día anterior y en lugar de servírsela, tomó directamente de la botella un gran trago. Se fue a dormir unos minutos después, con la botella vacía en su mano. Al día siguiente, volvió a su trabajo, a vivir la "misma mierda de siempre", como a él le gustaba llamarle a su rutina. Días pasaron, y nadie notó que ya no tenía su larga cabellera castaña de siempre, que le cubría la nuca y la frente.

Después de unos meses, en el otoño siguiente, volvió a su casa pero se detuvo un momento a apreciar las hojas caer de noche. Suspiró y entró a su apartamento. Notó que ya no le quedaban más botellas, y decidió por primera vez en su vida, ir al bar que estaba al final de la calle. Al entrar, sintió el olor a cigarrillo y a bebida que supuso que era habitual en ese bar. Se sentó en la barra y pidió de la bebida que siempre tenía en casa, pero por su estado actual olvidó comprar. "Por fin te encuentro, Jacob, después de tantos años has estado aquí, ¿Verdad?", escuchó una voz familiar dirigirse a él desde su lado derecho. "Nunca pedí que lo hicieran", contestó de forma fría y siguió bebiendo. "Mira, Jacob. Sé que has pasado por mucho, pero yo...". Jacob le interrumpió, "Por favor, no sigas", ella continuó, ignorando sus palabras. "Yo siempre he querido estar contigo", y le sonrió, aunque sabía que no la estaba mirando. Jacob pagó y salió del bar, con lágrimas en sus ojos. Ella le siguió y cuando lo vio, lo abrazó. Al Jacob verle sus radiantes ojos, se dio cuenta de que poco a poco estaba volviendo a ver el color que había perdido ya hace años. Y la abrazó de vuelta.

Ella siempre había tenido un lugar en su corazón, era la persona que más apreciaba. Era su amiga y "vecina", en su antigua oficina, con la que siempre disfrutaba pasar el día, era su razón de trabajar. El alcohol había borrado esos recuerdos de su mente, y solo había dejado lugar a su horrible pasado y a su horrible presente. Cuando recordó su nombre, sonrió, después de tantos años. Lo que le hizo llorar con más fuerza, y abrazarla con más fuerza. "Gracias, Sam", dijo entre lágrimas. Fueron juntos a casa, y tuvieron una noche bastante larga.

Al final del día, Jacob encontró lo que llevaba buscando mucho tiempo, una razón para vivir. Samantha le había dado lo que necesitaba, y eso lo llevó a recuperarse de muchos de sus problemas, y juntos, lucharon contra el cáncer que atacaba a Jacob.

Juntos sobrevivieron a todo lo que el mundo les arrojaba, juntos y con una sonrisa en sus rostros.

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⏰ Last updated: Jul 17, 2016 ⏰

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