Un Malfoy y una Weasley [TERMINADA]

Mansion Zabbini

Yo, Rosebud Jean Weasley, siempre había odiado a Scorpius Malfoy. Era una de las personas más despreciables que habitaban la tierra.
Los Malfoy eran una familia juzgada por haber luchado al lado del señor tenebroso. Pero (a pesar de ser una Weasley) esas no eran mis razones para detestarlo. Malfoy era arrogante, iba por ahí con un aire de superioridad y una mueca en su cara como si nadie fuera digno de una mirada suya.

Me encontraba a punto de entrar a mi sexto año, en las vacaciones de verano. Mamá, papá y mis otros tíos saldrían a una importante reunión. Así que yo y mis primos nos quedaríamos en casa de Victorie y Teddy. Creía que iba a ser la noche mas aburrida de todas, pero me equivoqué.
En cuanto me despedí de mis padres, Victorie subió corriendo las escaleras y trajo cuatro lindos vestidos.
Le tendió uno a Dominique y otro a Roxane. Luego se acercó a mi.
- ¿Lista para una fiesta?
Dijo, luego me dio el vestido que quedaba. No entendí muy bien, pero una fiesta no sonaba nada mal.
- Quiero hacer algo con mis primas antes de...ya sabes...irme.
Me explicó en tono triste.
Ella y Teddy se habían casado el mes anterior y se irían un año de luna de miel.
Subí las escaleras y después de cambiarme Victorie me maquilló. Quedé muy linda (aunque lo diga yo) Mi cabello estaba alisado, mi flequillo pelirrojo ligeramente acomodado en un lado y mi vestido azul con negro combinaba muy bien. Victorie había ondulado su cabello rubio y se había puesto un lindo vestido rosa fucsia, mientras Roxane llevaba una trenza a un lado y un vestido rojo. Dominique usaba uno color verde esmeralda, y recogió su cabello en un molote. Bajamos las escaleras y todos nos miraron boquiabiertos
- Te vez muy hermosa...
Dijo Teddy a Victorie, antes de plantarle un beso.
Fred II se acercó a su hermana menor y le susurró un par de cosas que hicieron que ella se molestara
- Ya no soy una niña Fred...
Le dijo ella de vuelta.
- ¿Y tu a donde vas?
Me preguntó Albus confundido.
- La verdad no se, pero estaré bien, voy con Victorie.
Me fulminó con la mirada antes de darme un abrazo y susurrar
- Cuídate...
En un tono de desconfianza.
...
Aparecimos en un lugar muy bonito, había mucha gente. Entonces, pude ver algo que hizo que se me revolviera el estomago. Malfoy.
Estaba en la mesa de bebidas con su primo Nott. ¿Qué estaba haciendo aquí?, Entonces miré alrededor y reparé en que la mayoría de los invitados eran Slytherins, luego examiné el lugar, me era bastante familiar aquella sombría decoración, estábamos en la mansión Zabbini. Diablos Victorie. Me jaló hasta la mesa de bocadillos, sin darse cuenta de que él estaba ahí.
-Weasley...
Escupió
- Malfoy...
Contesté irritada, de pronto escuchamos un ruido y vimos a Dominique gritando como loca a la mitad de la pista.
- Será mejor que vaya a ver que pasa
Dijo Victorie, dejándome sola con el hurón.
- Así que...
Comenzó
- ¿Qué quieres?
Lo interrumpí
- Creí que no venias a fiestas...ratón de biblioteca
- Pues ya ves que si, serpiente asquerosa
Le respondí.
- Hagamos algo
Dijo él pensativo
- Juguemos un juego
- ¿Qué clase de juego?...
Me miró con una sonrisa malévola
- Te pongo un reto, y si lo haces yo tomo un sorbo y viceversa
Dijo señalando el whisky de fuego que tenía a un lado. Lo pensé un poco, no podía embriagarme, pero no quería que Malfoy me viera como una cobarde, unos cuantos tragos no harían daño...

No tenía ni idea de cuanto había bebido, pero me sentía bien. Me acerqué a Nott y le vacié un vaso entero con ponche.
- ¿Pero qué?... ¡Weasley!
Malfoy me tomó del brazo y corrimos de su primo. Yo llevaba mis zapatos en la mano (estaba demasiado ebria para caminar, mucho menos con tacones).
Entramos en una habitación, cerré la puerta y me tumbé en la cama, Malfoy se sentó a mi lado.
- ¡Casi nos atrapa!
Dijo él soltando una carcajada, también estaba ebrio.
- Aun tienes que darle un trago.
Dije señalando el vaso con alcohol
- No creí que lo hicieras pero, ¡A tu salud Weasley!
Y se bebió todo el contenido
- ¿Dónde tienes escondida a esa Rose divertida?
Preguntó acercándose un poco.
- ¿Y tu donde tienes al Scorpius simpático?
Respondí
- Soy así con quien lo merece...
Nos quedamos en silencio unos minutos, solo mirándonos a los ojos. Entonces, Scorpius se acercó a mí y unió sus labios contra los míos con fuerza. Al principio me
sorprendió, pero le correspondí, era el beso mas dulce que jamás había probado.
Scorpius pegó su cuerpo más al mio y, mientras enterraba una mano en mi pelo liso, apoyó la otra en mi rodilla.
Deslicé ambos brazos por encima de sus hombros y juguetee con su pelo, sin dejar de besarlo.

Poco a poco, los besos y caricias se fueron sucediendo. El besaba mi cuello mientras yo suspiraba. Lentamente, deslizó su mano desde mi rodilla hasta el muslo.
- Scorpius...
Lo detuve nerviosa y siendo consciente de lo que estaba haciendo.
- Tú solo relájate.
El rubio volvió a besarme y yo asentí.
De pronto se abrió la puerta y...
- ¡Rose!
Gritó mi padre.