Luz

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La cegadora luz del sol se cuela por mis parpados, no sé bien donde me encuentro, mi cuerpo se siente liviano, en paz, cómo hace mucho tiempo no lo hacía, pero sintiendo una opresión en el pecho, un vacío desgarrador se siente en mi interior, no soy capaz de detenerlo, es áspero, no lo puedo controlar, llena mis sentidos, inundándome de una inquietud inigualable y tragándome en su obscuro abismo. Abro los ojos con pesadez, los cierro nuevamente, la radiante luz no me permite acostumbrarme a ella, como puedo, cierro con esfuerzos la cortina, dejándome con un leve rayo de sol que se cruza por una esquina de la ventana. Estiro mi cuerpo, el cansancio, la ansiedad y el estrés siguen consumiendo mi cuerpo. Restriego mis ojos con el dorso de mi mano, tratando de desperezarme, bostezo fuertemente para volver a acomodarme en mi mullida cama. Giro mi cuerpo poniendo una mano debajo de la almohada, mis ojos relucen, destellan al poder ver nuevamente aquella figura lechosa que duerme junto a mí, cabellos azabaches perfectamente desordenados que le dan un toque de inocencia, esos labios rosáceos, abultados y delineados como si hubieran sido tallados por los dioses. Las largas pestañas asomándose sobre los ojos cerrados, esa nariz respingona que tanto me gusta, simplemente la mejor obra de arte que cualquier artista quisiera tener y es mía, esta perfecta escultura, este precioso ángel es mío. Completamente mío.

Sonrío inconscientemente al percatarme de sus débiles ronquidos, acaricio suavemente sus mejillas, con miedo a despertarlo, quiero que siempre este así, tranquilo, en calma, sin ningún rastro de preocupación en su bello rostro, sin esas ojeras que denotan todas las noches que ha pasado en vela y esa sonrisa forzada que le dedica a todos a su alrededor. Excepto a mí, porque yo sé que es frágil, es un cristal que con cualquier movimiento en falso puede llegar a romperse, romperse aún más. En su pequeño corazón no existe más que dolor, a veces se ríe sin saber porque, el llora sin saber porque, solo ve dolor, rencor, sufrimiento, está hecho pedazos por dentro, con cada decepción, cada engaño, cada traición, cada lagrima, cada llanto, cada golpe, han ennegrecido su alma un poco más cada día dejándolo encerrado en un laberinto, perdido, perdiéndose a sí mismo. Pero, aun así, lo único que puedo ver en su interior es luz, una cegadora y deslumbrante luz. Que llena mis días de alegrías, hace mis noche inolvidables con cada "Te amo" con cada suspiro y gemido otorgado por mí. Me brinda lo que otras personas nunca me pudieron dar, la confianza para desenvolver mis sentimientos, dejar de lado la decepción y la agonía. Ayudarme a ver las pequeñas pero encantadoras cosas de la vida, sacándome de este vacío abrasador aunque él se esté quemando por dentro. Es mi ángel, mi pequeño y frágil ángel de alas rotas. La luz, mi luz que llego a encandilarme la vida, un desconocido para convertirse en mi todo.

Las negras pestañas revolotean para dar paso a mostrarme esos iris color chocolate, que para el resto del mundo pueden ser normales pero para mí, son el universo mismo. Las pupilas se dilatan al momento que puede enfocarme correctamente, un suave sonrojo aparece en sus mejillas y cubre parte de su rostro con las sabanas. Algo que me parece adorable.

—Deja de mirarme, es vergonzoso —Suelto una risita ante su comentario y sigo acomodando su cabello.

—¿Cómo no mirarte? Si eres hermoso—Me acerco un poco más a él, poniendo mi mano derecha en su delineada cadera, acariciando el hueso sobresaliente de esta y la otra mano se posa en su mejilla.

—Tonto—Susurra a centimetros de mis labios, nuestras respiraciones se mezclan, su olor a vainilla y almizcle se funden en mis fosas nasales permitiendome embriagarme con su delirante aroma. Me mira dulcemente, nuestras narices se juntan de apoco, rozandose delicadamente, sin restricciones, sólo nosotros dos, disfrutando de la efímera paz de nuestra habitación, calida y llena de amor.

—Soy un tonto, sí, porque sólo los tontos caerían por ti—Le recito calmadamente, aún perdiendome en su mirada, mi corazón se estremece cuando sonríe de oreja a oreja, sueño con verlo siempre así, soñador, que nunca pierda la esperanza, que se quede conmigo, que tome mi mano, buscando lo que necesitamos y siendo estrellas perdidas en un caos de galaxías-pero sería más tonto sino estuviera tan enamorado de ti porque, cariño, cada día me enamoras más, con tus gestos, con cada palabra, cada pensamiento, me enamoras cada día un poco más por el simple hecho de ser tú. Estoy rendido a tus pies, me tienes nadando, perdido, quedandome sin control, completamente hundido en el abismo de tú ser. Y sería un placer caer en ese abismo.

❝ luz; minvWhere stories live. Discover now