Diente de Leche.

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En la residencia Uzumaki, recostado en el tejado de este, se encontraba el Kyubi, dormitando, sin alterarse de que el cielo fuera gris, ya que pronto llegaría el invierno, y con eso, la nieve. 

El zorro se acomodó un poco, sin molestar al pájaro que dormía a su lado. Dio un gran bostezo, mostrando sin quererlo sus filosos colmillos, aunque eso no alteró al ave a su lado.

-¡Kurama-san!- ese llamado detuvo su bostezo, por lo que, chasqueando la lengua, molesto y fastidiado de que la mujer de su Jinchūriki lo llamara, se asomó del techo, para ver a Hinata.

Su somnolencia pasó al ver que estaba preocupada.

-¿Qué sucede, mujer?-preguntó, frunciendo el ceño.

-E-Este... ¿Naruto-kun sigue en el hospital con Bolt?- preguntó la pelinegra, preocupada.

- Te lo dije antes, no me hagas repetirte las cosas: Él se comunicará conmigo cuando termine el chequeo del mocoso- le repitió el zorro, fastidiado por recordar que Bolt, por haber exagerado con la cantidad de dulces que debía comer, terminó en el hospital, por bruto, o, como lo llamó cuando se enteró que iba a tener que ir al hospital por semejante estupidez, "So Boruto".

-Ya veo...- la pelinegra pareció meditativa, preocupada.

Kurama frunció el ceño, y se fastidio cuando Pájaro-chan se subió a su cabeza, para ver mejor a la pelinegra.

-Oye, consíguete otro zorro al que molestar- le gruñó al ave, que pió molesto y le picó la cabeza- ¡Maldito demonio...!-

-¿Eh? ¿L-Lo estoy molestando?- preguntó Hinata, pensando que las palabras del zorro eran dirigidas a ella, avergonzándola.

-¡¿Q-Qué?! ¡N-No!- negó Kurama, alterado, pero, tanto así, que se resbaló y cayó al piso frente a Hinata, mientras Pájaro-chan aterrizaba impecablemente en la cabeza de ella, que miraba preocupada al adolorido zorro.

-E-Este... ¿Kurama-san?- parpadeó Hinata.

-... Se lo decía al desgraciado de tu primo- murmuró Kurama, sentándose y sobándose la cabeza.

-Ah, perdón- se disculpó Hinata, algo aliviada.

-¿Y bien? ¿Por qué necesitas al idiota de tu marido?- preguntó Kurama, cruzándose de brazos- ¿Pasó algo?-

-Bueno... Sí- admitió Hinata- Hanabi me llamó hace un rato. Parece que mi padre tuvo un percance- explicó, nerviosa.

-¿Ese viejo decrepito?- Kurama alzó una ceja- Entonces, al fin va a estirar la pata- bostezó.

-... ¿Eh?- parpadeó Hinata, sorprendida- K-Kurama-san... ¿Q-Qué quiere decir con eso?-

-¿No es obvio?-le preguntó Kurama, rascándose la oreja-Ese humano es bastante viejo. Si se enferma a esa edad, y con el invierno a la vuelta de la esquina, es porque le llegó la hora- sentenció, hasta que escuchó un gemido.

El Kyubi se quedó quieto, y miró a Hinata, quien tenía sus ojos perlados llenos de lágrimas.

-E-Entonces... mi padre...- murmuró la mujer, tapando su rostro con sus manos, temblando.

-¡GHA! ¡NO! ¡NO!- la miró alterado Kurama, sudando a mares, mientras Pájaro-chan lo miraba reprovativamente- ¡DIGO...! ¡NO SEAS TAN ESCANDALOSA! ¡SOLO FUE UN COMENTARIO!-se defendió.

-S-Sí...- Hinata se restregó los ojos- P-Perdón-

"Maldición... Si Naruto se entera que la hice llorar..." pensó fastidiado Kurama, rascándose la cabeza, sacudiendo levemente su banda negra de Konoha.

Diente de leche.Where stories live. Discover now