12

4 0 0
                                    

Cuando queremos a alguien lo damos todo por esa persona, damos incluso cosas que quizá no tenemos, pero nos da igual. Somos capaces de hacer todo porque esté bien, porque sepa que estamos ahí. Hasta que un día te despiertas y ves que ya no es algo mutuo, que hace tiempo que dejó de sonreír cuando te miraba sin que te dieses cuenta, hace días que ya no te dice lo bonita/o que estás, hace demasiado que no te demuestra que eres la única persona capaz de hacer que sonría por cualquier tontería. ¿Qué se supone que tenemos que hacer en estas situaciones?

Lo lógico sería darnos cuenta de que las cosas cambian y nada dura para siempre, pero si siempre hiciésemos los que debemos la vida no tendría ni la mitad del poco sentido que tiene. Lo que hacemos, es seguir ahí, solos, para nadie. Para nadie porque esa persona no se da cuenta de que tú sigues ahí, no se da cuenta de que sigues sintiendo y te duele demasiado. Pero somos así, nos hacen daño, vemos venir los desastres y no hacemos nada porque, nosotros siempre hemos sido un desastre que solo ha sido capaz de arreglarse con una persona, y esa persona ya no está ahí. Hace tiempo que dejamos de arreglarnos, hace tiempo que empezamos a crecer, y este desastre ya no tiene arreglo. Porque tú te has ido y no tiene pinta de que vayas a volver.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Umbría Donde viven las historias. Descúbrelo ahora