Capitulo 1

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Había una vez en una cabaña humilde la cual vivía una hermosa familia conformada por cuatro integrantes, una dulce mujer de cabello negro y suave, sin ningún rastro de maltrato, ojos del color de un rubí, aquellos ojos que lograban cautivar a cualquier hombre mas solo uno logro ganar la atención de aquella mujer la cual se llamaba Kisami Orihara, lastimosamente esta hermosa dama fue traicionada por su primer amor y padre de sus hijos, aquel hombre que la había cautivado la dejo a su suerte una vez se aburrido de la pelinegra, dejando así que ella se valiera por sí misma...aunque para lastima o alegría esa pareja tuvo tres hermosos retoños antes de separarse, a esa mujer no le quedo mas que partirse la espalda trabajando para así ofrecer por lo menos una vida medianamente buena para sus hijos. Aunque aun amaba a ese hombre que la lastimo profundamente, se negó a que sus hijos llevaran el apellido de aquel hombre, eso no seria mas que un horrendo castigo para sus hijos.

Orihara Izaya, el primer hijo de aquella, ya extinta, pareja. Afortunadamente el había salido con el parentesco de su madre, así que poco tenia que preocuparse por llevar aquella "maldición" de levantarse todos los días y ver el rostro de su padre plantado en el, vaya que valoraba eso, la piel del joven era pálida y muy sensible, aunque esos ojos color rubí dejaban ver a ojos de cualquiera una nada cuestionable hermosura, el era atractivo aunque eso le molestaba en gran parte pues su rostro y su figura delgada no dejo que muchos de sus "clientes" le hicieran caso, mas gracias a su astucia la información que encontraba era bastante completa por lo cual poco a poco se fue ganando varios clientes, el mayor de los hermanos se había involucrado con lo que se le conocía "extorsionistas", no es que sea uno de ellos, el se había especializado en vender información por lo cual muchos pedían ayuda al pelinegro si tenían alguna duda de los antecedentes de sus negociadores. Fue un golpe duro para la dulce Kisami pues para ella, Izaya era aun su " bebé " y ver como se metía en problemas y arriesgaba su vida, pues, no le agrado para nada, mas sin embargo jamas dejó a su hijo solo, trataba de apoyarlo pues estaba primero la felicidad de su hijo.

Después de Izaya estaban nada menos que las traviesas gemelas, Mairu y Kururi Orihara, quienes mas de una vez sacaban de sus cabales al pobre Izaya, ellas siempre se la pasaban haciendo travesuras, desde joderle algún trabajo a Izaya como también molestar a algunas personas, ambas tenían personalidad algo peculiar, bueno en si los tres hermanos Orihara tenían personalidades nada comunes de unos "niños". Izaya era muy controlador y burlesco, gustaba plenamente de controlar a las personas, ese gusto lo desarrollo mientras iba a la escuela del pueblo, su madre aun no sabia con exactitud que había sucedido con su pequeño, pobre dama, ella no sabia que su hijo era constantemente molestado por su apariencia tan fina como si de una mujer se tratase, de esos problemas nació su tan difícil personalidad y su supuesta habladuría diciendo que era un " Dios". Mairu usaba lentes, faldas largas y camisas que no dejaban nada a la imaginación de muchos varones, mas ella era algo parecida a su hermano, una joven traviesa y atrevida aunque sus ropas no lo demostraran. Kururi era lo contrario a sus hermanos, ella era muy reservada y callada aunque sus ropas normalmente eran ajustadas. Ambas gemelas eran de cabello castaño y ojos marrones, iguales que su padre.

Muchos tenían miedo de esos tres.

Una mañana en la cabaña de la cálida familia estaba la pelinegra preparando una canasta llena de frutas, medicamentos y uno que otros pasteles, últimamente había escuchado que su madre estaba muy enferma por lo cual decidió llevarle algo a la mujer que le dio la vida, no diría que la relación con su madre era la mejor pero aun así seguía siendo aquella mujer que la trajo al mundo, estaba lista para salir hasta que escuchó el llamado de uno de sus retoños.

— Mama a donde irás? —Pregunto el mayor de sus hijos desde el sofá.

— Iré donde tu abuela — Respondió con tranquilidad la dulce mujer.

Cuento de Hadas [DURARARA!] [Shizaya/TWO-SHOT]Where stories live. Discover now