El sol se abría paso en la ciudad de El Cairo, capital de la República Árabe de Egipto, los comerciantes empezaban a abrir sus negocios, pero muchos se preparaban para darle sus rezos a ala, en una casa muy elegante y bastante grande en la que vivía un hombre llamado Mustafá que estaba casado con una mujer llamada Aaminah, ellos tenían a su disposición dos sirvientas que les ayudaba, una se llamaba Bashira y la otra era una sirviente joven llamada Azhaar.
Especialmente, Azhaar era muy maltratada por Aaminah y por Mustafá, quien más la maltrataba por razones que Aazhaar desconocía, aquella mañana, mientras Mustafá y Aaminah rezaban, Bashira y Azhaar que ya lo habían hecho y estaban preparando el desayuno:
Bashira: es mejor que terminemos lo más rápido posible, ya que los señores después de rezar quieren desayunar
Azhaar: lose Bashira, si quieres yo puedo empezar a poner las cosas en la mesa
Bashira: muchas gracias Aazhaar
Ante esto Aazhaar empezó a poner la comida y los recipientes en la mesa, entonces entraron Mustafá y Aaminah:
Aazhaar: buenos días señor Mustafá y buenos días señora Aaminah
Aaminah: veo que esta vez no te tardaste tanto en preparar el desayuno
Aazhaar: no señora, pero siéntense que en un momento les traigo el desayuno
Ante esto Aazhaar le trajo el desayuno y después se dirigió a la cocina para hablar Bashira:
Bashira: ¿ qué te pasa Aazhaar ?
Aazhaar: es que no sé si es verdad lo que me han dicho en cuestión a mi mama
Bashira: ¿ y qué te han dicho de tu mamá ?
Aazhaar: pues el señor Mustafá como la señora Aaminah me han dicho que mi mama trabajaba con ellos y que se enamoro de alguien y la embarazó y cuando me tuvo a mi y me abandono
Bashira: tú no te tienes que preocupar Aazhaar es mejor que no pienses aquello así no te podrás dañar a ti
Aazhaar: creo que tienes razón Bashira
Las horas pasaron en la ciudad donde los egipcios se alegraban de su pasado glorioso y esplendoroso.
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Amor Musulmán ( primera temporada )
RomancePodrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡ todo sucederá ! Podrá la muerte Cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mi podrá apagarse La llama de tu amor.