sobreviviendo

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La alarma suena. Siento mi almohada húmeda y mi rostro hinchado, la cama está mojada, mi hermano se volvió a orinar. Me levanto y me miro en el espejo, tengo unas notables ojeras así que busco en mi cajón maquillaje y  unto crema, luego corrector para disimularlas.     <<porqué no te vas de una maldita vez de la casa y nos dejas en paz>>                           Son las 7:05 y ya están gritando nuevamente, brotan lágrimas de mis ojos pero las retiro rápidamente. Levanto mi mochila y cojo dinero, necesito irme ya, sí, sin comer. No me importa pero prefiero salir así a que desayunar oyendo sus griteríos. <<mis hermanos>> mis pensamientos están en ellos, pero no puedo traerlos conmigo, no puedo aunque quisiera... Subo al autobús y como siempre nadie me nota, pero yo los noto a todos en especial a Flicson Pettsvan, ese chico de ojos marrones que forma parte de mis mejores sueños, pienso en sentarme junto a él, pero no, aún no.                 ¿qué les parece la historia? Les gusta? Cuentenme

Corazones de aluminioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora