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En ocasiones en medio de su ajetreado modo de vida, podía encontrar la calma en la noche, detenerse en una cafetería y tan solo dejar que el sabor semi amargo de la cafeína pasando por su garganta tuviera la imaginaria decencia de llevarse sus problemas hasta el fondo de su estómago, si es que aquello de verdad fuera posible, los ojos cansados de Jackson se deslizaron de nuevo hasta la taza acomodada frente a él y cuyo contenido había bajado apenas un poco, un sutil trago que aún no era suficiente, la temperatura caliente haciendo contraste con el frio que empañaba ligeramente las ventanas.

- Hermosa noche... ¿No lo crees? -Replico la voz con aquella dulce melodía que pareció serle conocida, Jackson sonrió con la posibilidad de encontrarse con un viejo amigo o quizás uno posiblemente nuevo-

- Vaya que lo creo. -Su voz se hizo notar respondiendo a la voz, educación, la primera buena cualidad que se da a notar en un encuentro, mirada arriba y al frente... A los lados... Oh, no.

- Deberías estar en casa ¿No lo crees? -El dulce tono de voz volvió, dejándose notar aquella ligera de la burla, la parecía gracioso el hecho de que Jackson no pudiera encontrarle, que escuchara su voz de forma clara y no de donde podía provenir a pesar de ser tan vivida e inteligente como para mantener una conversación.

Era divertidísimo.

Entonces el leve suspiro lastimero se dejó oír.

- Oh, ¿Te pondrás a llorar? -Pregunto de nuevo aquella voz mientras ahora sonaba ligeramente preocupada "Mentiras... ¡Mierdas y más mierdas!" Pensó Jackson ahora cubriendo sus oídos, aunque sabría que aquello no tendría resultado- ¿No más has extrañado? Yo te he extrañado... De hecho....

- ¡Callate! -Grito Jackson más fuerte de lo que hubiera querido ganándose la vista de la poca gente en la cafetería ¿Cómo se estaría viendo? No quería saberlo, apretaba los ojos tan fuertes que temía ponerse a llorar, la manera en las que sus manos apretaban con furia sus orejas daba la impresión de querer arrancárselas mientras que los temblores en su cuerpo provocaban que sus codos se movieran levemente sobre la mesa.

Esto no podía estar pasando.

No de nuevo... ¿Por qué? ¿Por qué de nuevo?

¿Por qué a el?

- ¿De verdad esperabas que me fuera para siempre? -

- . . .

- Tienes que estar bromeando~

- Silencio...

- Ríndete.

- No.

- Ríndete...

- Eso jamás.

- ¡RINDETE!

- ¡BASTA YA!

- ¡JACKSON!

Un nuevo espasmo se hizo notar, más rápido, más notorio, lo suficientemente fuerte para despertarlo de su martirio y levantar la mirada a quien ahora lo llamaba y tomaba sus mejillas con angustia repitiendo el sentimiento en sus iris junto con una interrogante "¿Me olvidaste?" ¿Acaso... Acaso era un extraño?

- Jackson... Mírame... ¿Estas bien? -Pregunto el mayor frente a él sin dejar de tocar sus mejillas ahora dejando que sus pulgares se deslizaran con suavidad sobre estas- Sabes... ¿Quién soy? -El miedo se hizo presente en la voz mientras su cabeza se quedaba quieta en el momento- Ja... Jackson...

- Mark... Tu eres Mark.

Un profundo suspiro salió de los labios adversos antes de dar paso a una calma sonrisa, todo estaba bien, no lo había perdido, no lo había perdido de nuevo.

- Mis disculpas, el no... Él está bien ahora. -Murmuro el mayor llevando ahora su mirada a las personas que solo habían podido ser espectadores en el ataque que había sufrido en el menor, sin saber cómo ayudarle, solo habían podido alejarse aquellos que habían estado demasiado cerca de su mesa, todo antes de que el mayor apareciera claramente asustado, haciéndolo reaccionar con apenas el toque de sus manos.

Entonces Jackson lo supo, era un ángel, Mark tenía que ser un ángel.

- Mi ángel. -Dijo la voz del menor mientras se pegaba un poco más a el ahora dejando que las lágrimas cayeran libres por sus ojos- Mark... Lo siento... Lo escuche, solo lo escuche de nuevo, yo... ¡Perdóname! ¡Perdóname! -Volvió a gritar, ganándose ahora que los brazos a su alrededor lo estrecharan con fuerza- ¡Por favor perdóname!

- Shh...Esta bien, todo está bien -Sus dígitos se hundieron un poco en los cabellos del menor mientras Mark suspiraba más aliviado que resignado-

No era la primera vez que había tenido que salir a altas horas de la noche a buscarlo solo porque había salido de la cama a saber Dios que, el miedo, el terror que llegaba a invadir cada uno de sus nervios suprimía cualquiera otro sentimiento, teniendo como prioridad solo tomar su abrigo para cubrirse apenas un poco de las temperaturas comenzando una búsqueda que, en cada ocasión, esperaba no fuera inútil.

No quería imaginar el día en que quizás...

- Vámonos a casa. -Dijo el mayor ahora apartando sus propios pensamientos, no quería pensar en eso, no podía; ayudo al menor a levantarse y lentamente comenzó su caminata afuera, la calefacción del auto les haría bien a ambos- Te falta un baño caliente... El amanecer se acerca ¿Quieres que te prepare tu desayuno favorito?

No obtuvo una respuesta a su pregunta, apenas un leve asentimiento de cabeza y eso de por lejos lo hizo sonreír.

- Cafeína... -Murmuro la voz del menor ganándose que se detuviera en medio de la calle sin importarle demasiado, la mirada curiosa se colocó sobre este antes de que Jackson volviera a hablar ahora mirándolo a los ojos- Cafeína. -Dijo más seguro que antes-

- Si... Supongo viniste por cafeína. -Volvió a sonreír el mayor, era probable que el menor estuviera poniendo en orden sus ideas, o al menos tanto como podía-

- No... Tu. -Respondió el menor- Tienes cafeína en la mirada... Me despertaste.

- Jackson... -

La rapidez con la que sus brazos envolvieron el cuerpo del menor no le dio a este suficiente tiempo de reaccionar, aunque a los pocos momentos pudo sentir la calidez apoderarse de su pecho, sabía que las cosas con Jackson jamás serian fáciles, aun podía escuchar la voz de sus familiares y amigos prácticamente suplicar, rogándole que Jackson debía ser internado, que era un peligro para sí mismo y para los demás, que era inestable, que su mente solo iba a deteriorarse cada vez más, que las voces serian peores, que Jackson dejaría de auto lastimarse para lastimar a otros, que las convulsiones en su cuerpo se volverían incontrolables...

Que al final la esquizofrenia paranoide de su mente lo acabaría a él también.

Pero Mark no podía, él no podría alejarse de la persona que más amaba, jamás podría internarlo, sabía que el único destino de Jackson seria internarlo de forma definitiva... Eso sería jamás volverlo a ver.

Quizás estaba algo roto, pero era el ser que más amaba.

- Te amo Mark. -Murmuro de nuevo la voz del menor provocando que lo estrechara aún más contra el-

No... Jamás se alejaría de él, y contra todo pronóstico, se quedaría con él, hasta el inevitable fin.

- Yo también te amo Jackson. -

Cafeina [Markson]Where stories live. Discover now