Masterpiece

812 98 99
                                    

Se revolvió el cabello, el cual había teñido días atrás de un anaranjado brillante —razón por la cual habían empezado a llamarle Zanahoria— y sonrió al ver que su mejor amigo acababa de llegar. Siempre con su carita tierna y su cabello castaño y esa adorable nariz que le hacía dar ganas de achucharlo y hacerle mimos hasta el cansancio. Pero Jungkook odiaba eso, siempre acababa dándole un buen golpe en protesta.

—Hey, Jimin, buenos días —saludó su amigo palmeándole la espalda. Llevaba en la mano su block de dibujo, ese que todos los estudiantes de Artes usaban para la clase de Dibujo II.

—No son buenos días, son buenas tardes —le corrigió sonriendo y acomodando su respectivo block bajo uno de sus brazos—. Son las doce, es por la tarde.

—Buenos días, dije.

Ambos rieron y el pelinaranja golpeó suavemente el estómago de su amigo, ese niño nunca mostraba respeto hacia él y eso que era dos años mayor; merecía al menos que agregara el «hyung» después de su nombre, sonaría adorable con esa vocecita tan suave que tenía Jungkook. Ah, amaba a Jungkook, era tan lindo, como un hermanito que siempre quiso.

—¿Qué creen que hagamos hoy? —preguntó un chico, se había centrado tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que se habían juntado en círculo y estaban conversando hace un buen rato.

—Retratar, supongo —respondió Jungkook con una encogida de hombros.

—Espero que no sea otro estúpido bodegón —suspiró una chica bajita.

—U otro estúpido desnudo con la anciana gruñona de la otra vez.

Todos bufaron al unísono y compartieron una corta risotada. A la distancia, vieron llegar a su maestro de Dibujo, el mayor los saludó y abrió la puerta para dejar pasar a todos los estudiantes del curso, luego se retiró rápidamente, avisando que dentro de un momento volvería y que fueran preparando todo el material para trabajar. El aula de clase era un amplio espacio de tonalidades grises, ocupado de bastidores por un lado, caballetes, uno encima del otro, reposados en una pared más allá; cuadros o bocetos pegados en otras paredes con tableros, y un enorme ventanal por el que se filtraba la luz del día. El aire siempre estaba cargado con un olor parecido al del óleo mezclado con productos de limpieza, pero siempre era agradable.

Cada uno tomó un caballete y empezaron a organizarse y repartirse por toda el aula, rodeando una mesa y una silla que habían en el centro cubiertas por una manta blanca, lugar en el cual solían ubicar los bodegones, modelos u objetos que los mandaban a dibujar en el curso. Jimin se ubicó detrás de su mejor amigo, quien había decidido sentarse al frente. Algunos estudiantes tomaron sillas para sentarse y otros se quedaron de pie porque así lo preferían, cada quien tenía su forma de trabajar más fácil. Apoyaron sus bitácoras y blocks de dibujo en el caballete y se quedaron conversando mientras llegaba el maestro.

—¿Por qué tarda tanto? —Jungkook se giró para mirar al pelinaranja.

—Quizá se le olvidó lo que tenía planeado para hoy, sabes lo descuidado que es el señor Jung —respondió sonriendo mientras pulía las puntas de sus lápices de dibujo. No sabía cómo hacían algunos de sus compañeros, Jungkook incluido, para lidiar con la barra de carbón, él las detestaba.

—¡Buen día, alumnos! —el maestro entró al aula y Jungkook le dedicó una mirada de «¡Te lo dije!» a su amigo, retomando el saludo de hacía minutos atrás—. Bien, para el día de hoy preparé algo especial, ¡una clase de modelo en vivo!

Los estudiantes guardaron silencio, ya suponían que eso sería lo que harían. El señor Jung pareció decepcionado con la no reacción de sus alumnos y bufó, decidiendo vengarse.

[BTS] MasterpieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora