Cuántas veces hemos visto el atardecer con tristeza y dolor
recordamos aquello que con anhelo y recelo se nos ha sido arrebatado,
quitado, robado, perdido etc. Y cuantas veces nos hemos sentido golpeado
por la ira de un divino que no vemos en tanta oscuridad.Oh. Dios mío, ya entiendo todo.
Comprendo que siempre hay oscuridad pero es esta tan pesada
cuando conocemos de ti, que no vemos el sentido de aquellos que perdimos,
ya lo entiendo que cada noche cuando dormimos apagamos la luz deseando
morir, con el interés de que todo dolor desaparezca,
pero cada mañana que preparamos un café lo hacemos desinteresadamente,
y ahí estas tu en todo, preparándonos y haciendo un plan que nos recordara
porque estamos vivos en el hoy.