Escape with me

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Uno no debe meterse en la relaciones de los demás...

Pero qué pasa si, ¿Esa persona es la que te busca?

Y tú, desgraciadamente terminas enamorándote de esa manzana prohibida,
sin poder retroceder y convirtiéndote adicto a ella,
algo así como una droga, que al principio la puedes controlar,
pero llega un punto en que la necesitas siempre,
a cada hora, a cada minuto, a cada segundo y con cada latido de tu corazón.

Así era como me sentía cuando lo miraba y él se devolvía a observarme también,
por milésimas de segundo. ¿Por qué no podía observarme más?.

Siempre me preguntaba lo mismo, la respuesta era automática; tenía novia.

Eso estaba mal, desearlo como yo lo deseaba estaba realmente mal.

¿Por qué mis amigos me decían que permaneciera lejos de las cosas que no son mías?

¿Es por ti?

Pero, ¿Por qué tengo que permanecer lejos de ti, si tú me deseas tanto como yo a ti?

Fue así como empezó toda nuestra historia, con una conexión casual, con miradas fugaces, como el brillo de tus ojos cuando me veías; con los encuentros discretos, con el descubrimiento de nuestros gustos y la compatibilidad que teníamos, llevándonos a algo más que un simple roce de manos. Pero, ¿Por qué lucias tan cansado? ¿Es por ella?, solo de ver que estaba en lo cierto me ponía los nervios de punta, como si fuera un botella de soda que es agitada y después abierta sin preámbulos, así me sentía cada vez que me contabas sobre ella. Sin embargo, todo cambio cuando decidí dar el primer pasó.

-Escapemos juntos -eso fue lo que salió de los finos labios del pelinegro-

El castaño impactado a más no poder, pero con una felicidad que empezaba a brotar desde su interior como las flores en primavera, solo asintió y tomo las manos del pelinegro para salir de lugar donde estaban y caminar rumbo a su departamento.

Una vez dentro del apartamento, aun con las manos juntas, el pelinegro observó con detalle y percatándose que definitivamente una pareja vivía ahí. Sin poder contenerse y no dejando que el castaño siguiera su rumbo, lo jalo del brazo y lo apretó contra sí.

-Yo-yoonGi -dijo el de mejillas regordetas con un tartamudeo evidente ante el contacto repentino.

-Quiero que seas mío esta noche -contesto el pálido sin muestra de vergüenza.

-Pe-pero ella, podría venir en cualquier momento, tenemos que salir lo más rápido de aquí - mencionó el de labios gruesos, ahora enfocando su vista hasta la del mayor-

-La idea que me vea haciéndote mío es completamente tentadora, Park -el menor supo que ese tren no iba a parar en ningún momento desde que le hizo aquella insinuación, pero él quería detenerlo, al menos intentarlo, ya que el anhelaba al pelinegro desde la primera vez que lo vio.

YoonGi, sin dudarlo tomo la quijada del menor con suma delicadeza, como si fuera porcelana, para después acercar los labios del contrario contra los suyos por primera vez.

El primer choque fue eléctrico para ambos y se separaron al instante, pero no despegaron sus cuerpos. El segundo, ya tenía movimiento, uno suave como el algodón de azúcar, pero tan impactante como las olas del mar estrellándose contra las piedras, al menos así lo sentía el pálido. El tercero, ya estaba tomando más movimiento e intensidad, como cuando ves una carrera de caballos y esperas a hagan el disparo para que empiece y cuando lo hace, tu corazón va mil, porque no sabes quien ganara.

Pacify herWhere stories live. Discover now