El Diario De Una FA

01/04/02

Hae!!

Weno, pues empecemos con esto :v

Ayer fuí a una feria (más específicamente, la primera feria del taco en mi municipio). La verdad, creí que solamente probaría unos cuantos tacos y después me iría... Sin embargo, la vida me dió una linda sorpresa.

Justo cuando esperaba mi taco al carbón de cecina adobada con salsa y limón, llegó un chico que de inmediato capturó mi mirada:
Aquél chico casi de mi edad era de tez blanca, ojos café-verde claro, alto (más que yo seguramente), pero sobretodo... Gordito.

Así es, el era gordito, le calculo unos 100 kg o un poco más, para su estatura que más o menos era de 1.79 mts. Algo muy atractivo para mí.

Por eso, todo el rato no pude apartar mi mirada de él; de como su barriga resaltaba en su playera turquesa, de como sus manos regordetas se movían en señal de nerviosismo, de como sus cachetes se movían ligeramente cuando sonreía.

Era como ver una obra de arte, justo en frente de mí, algo tan hermoso que no podía dejar de ver. Esto provocó que a pesar de la gran cantidad de gente en la feria, los olores a carne frita, tortilla y carbón fueran algo irrelevante para mí.

Luego de unos minutos, el chico se sentó en la mesa, casi enfrente​ de mí (y a lado de mi hermano), por lo cual, ese era un punto estratégico perfecto para admirarlo aún más.

Hasta ahora podría decirse que sólo me gustó por su físico; y que probablemente la lujuria comenzaba a consumirme cuando locamente empecé a desear tocar sus pechos de hombre y estrujar su barriga en mis brazos como si de masa para pan se tratara.
Pero no, no solamente me atrajo por su físico.

Cuando comencé a prestarle atención a sus padres, también ví la manera en la que interactuaba con ellos: de forma modesta, respetuosa y amable, pistas que me daban a entender su comportamiento social.
Pero aquellos rasgos no hicieron más que me enamorara muchísimo más de él.

Porque bueno... Como sabrán, una de mis debilidades son los chicos tímidos, amables y respetuosos... Tal como era él.
Eso, mezclado con sus rasgos físicos, fueron equivalentes a una bomba nuclear de amor para mí.

Pero lo mejor era su apetito voraz. Obviamente por ser una feria de comida y estar en un puesto de tacos específico, tenía que comer. Sin embargo como era de esperarse no sólo comió uno o dos tacos; se comió cuatro, todos llenos de carne.

Justo cuando me sentía en el jardín del Edén o en el mismo Nirvana, la voz de mi madre resonó en mis oídos:

"Tenemos que irnos." Dijo de forma tajante y algo molesta, debido a que odiaba las multitudes, y el lugar comenzaba a llenarse más.

Pero yo no quería irme. No me importaba el olor a carbón, ni la multitud de gente, o la molestia de los padres. Yo quería quedarme ahí por siempre, que el momento fuera eterno y que siempre pudiese admirar a mí chico.

Jeh... Sólo que eso es imposible, no tengo poderes para detener el tiempo, así que cuando me acabé mi bebida (que por cierto me la tomé muy lento para hacer más largo el rato), nos fuimos.

Así que al dejar el lugar, una terrible melancolía se apoderó de mí. Nunca más volvería a verlo, no sabría su nombre, sus gustos o si yo también le gusté... Sólo sería un encuentro efímero.
Sin embargo, para nunca borrar aquel agridulce recuerdo de amor, decidí ponerle un nombre: Alonso Turqueso. (Porque su cara iba bien con el nombre y porque su playera era turquesa).

Entonces, me alejé más del lugar, hasta que llegamos a un puesto de tortillas de espinaca y pedí una quesadilla. Y cuando la preparaban, aproveché para mirar el mar de gente... Esperando encontrar a Alonso.

Justo cuando mi esperanza de encontrarlo se desvanecía como cenizas al viento, una playera singular de color turquesa resaltó entre el montón: efectivamente, era el chico.

Así que lo seguí con la mirada, con mi mirada alocada de amor, durante todo su camino hasta que quedó enfrente del puesto en el que yo estaba.

Entonces, sonreí de la forma más linda que pude y si mal no recuerdo, creo que también le mandé un beso.

Él obviamente sólo me miró con desconcierto, pero no me importó, ya que probablemente jamás lo volveré a ver.

Sin embargo, ahora que lo pienso... Daría lo que fuera para admirarlo de nuevo, hablarle de forma profunda e inclusive tocarlo.

Supongo que esto es todo, gracias por leer mis humildes pensamientos 7u7

-FlanLover-