Capítulo 38. Me asusté

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*MORID CON EL SEXY GIF*

David

—No puedo abrirla —se niega ella con el sobre entre las manos.

Gabriel, Gabi y yo nos encontramos en la consulta del doctor Rodríguez esperando a que Alex se digne de una vez a abrir el sobre que contiene los resultados. Sean positivos o negativos voy a seguir a su lado. El doctor Rodríguez llamó en menos de veinticuatro horas informando de que los resultados de las pruebas ya estaban disponibles, y no sé por qué, pero tengo un buen presentimiento.

—¿Puedo abrirla yo? —pregunta inocentemente Gabi.

La pequeña de un salto se baja de mi regazo, donde se ha encontrado sentada desde que me ha visto aparecer, y ahora corre hacia su hermana mayor y le tiende los bracitos para que la coja. Alex la sienta en su regazo y la pequeña quitándole el sobre juguetea con el sobre entre sus manos sin llegar a abrirlo.

—Vamos Alex... —la anima su padre.

Ella da un enorme suspiro. Tomando la carta de nuevo entre sus manos y con decisión comienza a despegar la solapa muy despacito. Poquito a poquito va deshaciéndose de la esta, y una vez que lo consigue saca la carta doblada de su interior. Alex comienza a desdoblarla esta misma con mucho cuidado. Juraría que se escuchan los latidos de mi corazón desde kilómetros, y que si sigue latiéndome tal y como lo está haciendo ahora acabará perforando un agujero en mi pecho, así que si yo estoy así no me quiero imaginar cómo estará ella en estos momentos.

—Estimada Alexandra Escudero Martínez, tras las pruebas realizadas en la fecha nueve de febrero de dos mil diecisiete... —Alex para un momento para dar un nuevo suspiro—. Le informamos de que estás han dado... —nuevamente se para—. Positivo —lee con la voz temblorosa.

No puede seguir leyendo en voz alta. Veo como sus ojos se encharcan en lágrimas, y como su mandíbula comienza a temblar al igual que aquel día lo hizo. No puedo sacar esa imagen de mi cabeza. Sin embargo; de un momento a otro, las comisuras de sus labios se elevan formando una enorme sonrisa y da un enorme grito, lo que hace que todos nos pongamos alerta. La pequeña, se asusta y vuelve corriendo hacia mí, pero finalmente se decide por ir hacia el otro lado y refugiarse entre los brazos de su padre. Veo con atención como Alex se levanta de la silla, grita a pleno pulmón y salta eufórica.

—¡Sólo existe un tres por ciento! —grita pletórica.

Alex corre hasta lanzarse a los brazos de su padre, quien la coge al vuelo y da vueltas con ella encima. ¿Por qué lo celebran cuando los resultados son positivos? ¿Qué significa ese tres por ciento? Gabi les mira con una sonrisa mientras da palmas sonoras, y más tarde, cuando los pies de Alex vuelven a tocar el suelo, ella se abraza a sus piernas hasta que Alex la coge en brazos y le besa frenéticamente el pelo. Miro la escena familiar emocionado desde el otro lado de la habitación esperando con ansias mi turno, ese de sentirla entre mis brazos. Siento como las comisuras de mis labios están curvadas formando una sonrisa. Y ahora, como pasa en los libros, se supone que es ese momento en el que ella me mira, yo le miro y sale a correr en mi busca hasta lanzarse a mis brazos, acabando por darnos un beso de lo más apasionado. Pero nada de eso sucede. Mis labios vuelven a su estado original formado una línea recta sin expresión cuando veo que mi turno nunca llega, cosa que me molesta.

—Remisión completa —pronuncia el doctor—. No existen ni signos ni síntomas de cáncer. ¿Has estado de exámenes verdad?

Alex asiente.

—¿Estresada?

Vuelve a asentir de nuevo.

—¿Has dormido bien?

La primera vez con mi peor enemiga.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora