El Recolector

Parte 1

~Ven... es hora... la humanidad corre peligro...~

"¿Quién está allí?"

~Es hora... tu destino... la humanidad...~

"¡Deja de fastidiarme!"

~La humanidad... la espada... tu destino...~

Me encontraba en un lugar que aún no lograba reconocer, la espesa neblina que había en el lugar hacia casi imposible la visibilidad más allá de mi mano, la luz de la luna a duras penas lograba entrar a través de esta, un susurro insistía en lo mismo una y otra vez.

~La humanidad... peligro... espada... poder...~

"¡¿Quién eres?!"

~La espada... destino...~

"¡¿De qué espada hablas?!"

~Tómala...~

"¡Sal de donde sea que estés!"

~Voltea...~

Había visto suficientes películas para saber que voltear sería una mala idea, pero inconscientemente lo hice al voltear pude notar a un hombre vestido en una armadura plateada el sujeto no contrastaba nada con el ambiente, comenzó a dar pequeños pasos hacia y señalando hacia algún lugar entre la niebla, al voltear para tratar de ver el lugar que señalaba pero me fue imposible ver algo, gire la vista hacia el lugar en donde se encontraba el sujeto con armadura pero este ya no estaba.

~Ve... la espada... te espera...~

Comencé a caminar hacia donde había señalado aquel sujeto, la niebla hacía imposible ver lo que estaba delante de mí, llegue a un lugar entre la oscuridad en la que la niebla no estaba presente, era como encontrar el ojo de un huracán en el centro de este lugar estaba una estatua de un caballero sosteniendo una espada.

"¿Qué clase de broma es esta?"

~Tómala... apresúrate...~

Detrás de la estatua el mismo sujeto de antes salió empuñando una espada hacia mí atacándome sin tener la más mínima preocupación en lastimarme parecía como si quisiera matarme, no, estaba tratando de matarme.

"¡Maldición, ¿Quién eres tú?!"

"..."

Simplemente no respondía a mis preguntas solo seguía atacándome con la misma furia que el primero de sus ataques, decidí tomar la espada que él estaba protegiendo esquivando uno de sus ataques logre acercarme lo suficiente como para tomarla, en ese mismo instante un calor intenso recorría mi pecho, mi vista se nublaba y el sabor de la sangre comenzaba a cubrir mi boca, sin siquiera notarlo el sujeto había atravesado su espada en mi espalda en dirección al corazón.

"¿Qu... qué?"

"..."

Saco su espada de mi espalda a lo que caí al suelo como si fuese un muñeco de trapo, sin nada que poder hacer estaba tendido en el suelo, sin comprender el por qué estaba en ese sitio con una voz susurrando que tomara esa espada, no podía recordar cómo había llegado hasta allí, mejor dicho no podía recordar nada en lo absoluto, en ese instante sim fuerza alguna en mi cuerpo me desmalle.

"Hijo es hora de que despiertes"

"..."

"Apresúrate o llegaras tarde a la escuela"

Abrí mis ojos intentando reaccionar a lo que sucedía a mí alrededor, sin un momento de descanso mi madre entro por la puerta.

"¡Hijo...! O ya te has despertado"