Drama

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Al cruzar aquella puerta su vida cambiaría. No es que no hubiera cambiado en lo absoluto desde que comenzó su vida amorosa, sino que después de tantas dificultades y pesares, podía ver la culminación de su esfuerzo como una luz al final del camino.

A sus 25 años, Atsushi Otani no se sentía con el tiempo necesario para ver la vida con el drama de una película, sin embargo, aunque no le gustara admitirlo, se sentía nervioso y desesperado. Las cosas estaban tardando más de lo previsto y la incertidumbre que se apoderaba de su cuerpo era más que obvia.

Tenía miedo, pero sobre todo culpa.

Se mordió los labios con impaciencia y caminó a lo largo de aquel pasillo que ya se había aprendido de memoria. Paraba y miraba el reloj contando cada minuto que pasaba, pero aquello hacía lo contrario a consolarlo. Lo hacía sentir cada vez más miserable e incómodo por el hecho de haber llegado tarde, por haber estado en frente de una clase en lugar de con su esposa. Si todo salía mal, sería sólo por su ausencia.

Apretó los dientes cuando sintió el golpe de su cabeza contra un muro y trató de distraerse. Se sentía como una muestra de un experimento social en el que todos los miembros de su familia y amigos lo observaban con lástima, pero aquello poco le importaba a comparación de su espera.

La puerta se abrió y él corrió sin dudarlo, ignorando las palabras de todos aquellos que lo acompañaban.

-¡Risa!- gritó desde el marco de la puerta. Su corazón se detuvo por un momento y su cuerpo no pudo moverse. – Risa... te ves horrible...

-¿Esa es la forma de saludar a tu bella esposa? –bromeó, incluso ella sabía que se veía completamente demacrada

Él suspiró y un sonrojo dominó su rostro ahora lleno de ilusión. Sus cabellos pelirrojos cubrieron sus ojos por un momento y una leve risa fue emitida por este. Al subir la mirada, ahora a pocos pasos de la cama de su mujer, pudo reconocer una pequeña figura envuelta en una cobija color rosa, que hizo que una indescriptible sensación de felicidad se encendiera en su interior.

La examinó de arriba abajo una, dos, tres veces, y con cada repetición no pudo evitar pensar que aquella pequeña niña con la piel rojiza e hinchada era lo más hermoso y frágil que había visto en su vida.

-¿Qué te parece? ¿Acaso no es idéntica a mí?... –preguntó ella, sacándolo de sus pensamientos –

Atsushi desvió la mirada al darse cuenta de la mirada burlona de Risa, sin embargo, aunque quisiera, aquella ocasión no podía disimular sus sentimientos. Realmente estaba feliz.

-¿Qué te ha hecho la pobre para desearle algo así? –Respondió, burlón – obviamente se parece a su atractivo y genial padre

Ella rió, ya casi sin energías después del parto. Él se acomodó a su lado y hundió su rostro entre los dobleces de la cobija rosa sin hacer más que respirar el mismo aire que la pequeña, y comprobar que aquello no era un sueño.

En ese pequeño instante, perdido entre su calor, supo que toda la espera había valido la pena...

-Por cierto... llegaste tarde

...Y que un poco de drama no le caería mal a su vida.

DramaWhere stories live. Discover now