Like A Coffee

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|| Ensayo de literatura por Kim SeokJin ||

Kim Namjoon es como una taza de café en un día de invierno.

Es agradable tenerlo de la mano; es cálido y espanta los sutiles soplos de viento helado que se cuelan de entre los agujeros del suéter. Sujeta mi mano sin que se lo pida, en los momentos que más lo necesito. Y siento como mi corazón es un poco más cálido cuando lo hace. Es como si su mano y la mía hubiesen estado hechas para entrelazarse y no soltarse.

Lo hizo el día que nos conocimos en una cafetería. Me tomó de la mano el día que nos besamos por primera vez, me tomó de la mano cuando tuvimos nuestra primera cita oficial; me tomó de la mano cuando me pidió ser novios, me tomó de la mano en nuestras salidas a media noche, me tomó de las manos el día que nos convertimos en uno, y aún sigue tomándome de las manos por debajo de la mesa en esa cafetería, como si fuera el único que sabe que estamos juntos.

Siempre está cuando más lo necesitas; me acompañó en cada una de mis tardes sin sol, abrazándome y esperando todas esas horas donde no podía conciliar el sueño, y sin embargo, se quedó junto a mí de forma paciente, hasta que mi respiración se calmaba, y soñaba como un príncipe me acogía entre sus brazos y susurraba que me amaba.

Es igual de efectivo que un abrazo; es lo que descubrí el mismo día, me encontraba en -coincidentemente- una cafetería una tarde de Junio, hacia bastante frío pero yo insistía en pedir malteadas de frutilla. Con el sonar de la campanilla en la puerta del café, subía mi cabeza esperando ver a ese alguien que tanto esperé para que cruzara por el umbral, pero lo único que entraba era un fuerte viento que golpeaba mis mejillas y un rostro desconocido con la nariz roja por el frío del exterior. No sabía por qué seguí esperando después de una hora cuando era obvio que él me había plantado, otra vez.

No escuché ese último campaneo de la puerta, no escuché lo que pidió ese chico, no sentí como me miraba; no sentí como caminaba hacia mí con dos tazas de café, no sentí cuando se sentó a mi lado, no sentí como dejó una de las humeantes tazas frente a mis ojos- no vi quién era ese chico hasta que sentí como rodeaba mi cuerpo con sus brazos y me sacaba de ese trance donde tampoco me di cuenta que estaba llorando.

Entonces lo miré, pero él no era Jaehwan.

Era un chico de piel morena y cabello oscuro, me miraba y yo a él, se presentó como Kim Namjoon. En ese momento no pude reconocerlo por mi notorio estado de shock, pero él estaba conmigo y en esos momentos era lo único que necesitaba.

Una taza de café y Kim Namjoon.

A veces puede quemar; cuando se toma un café corres el riesgo de quemarte y pasa igual con Namjoon. Soy el que suele molestarse con él pero siempre queda en un abrazo y un beso, pero cuando él se molesta es un poco más complicado. Namjoon no me grita ni me golpea porque dice que le asusta el daño que puede hacer con sus manos y su palabras, pero eso no evita lo que haga con su corazón. Cada minuto que él se aleja de mi es como si se me olvidara respira, él solo desaparecía. Por un tiempo creí que me engañaba porque se enojaba y desaparecía por dos días, y creo que nunca en mi vida había llorado tanto como esos dos días donde no contestaba ninguna de mis llamadas ni mensajes, creyendo totalmente que había perdido a Namjoon para siempre, que no lo vería de nuevo y el día en que lo hiciera lo vería de la mano de otra persona, siendo feliz junto a otro corazón. Y eso era egoísta porque quería que fuera feliz solo conmigo.

 Hasta que lo descubrí gracias a un chico muy lindo llamado Jimin; él mencionaba que Namjoon se encontraba en la misma cafetería de siempre, sentado en una esquina de la habitación con una libreta y un bolígrafo, que solo pedía café del más amargo y pasaba todo el día ahí, garabateando cosas que después tachaba para volver a escribir, y a veces con lágrimas en los ojos, a veces con amor pero siempre con un sentimiento de que algo faltaba.

Entonces fui a ese lugar, y en efecto, mi chico de hoyuelos estaba ahí. Estaba mirando por la ventana la lluvia que nacía de entre las nubes, también estaba la taza vacía de café y una libreta casi tachada junto a un bolígrafo. Lo tomé con la curiosidad de saber qué tanto escribía. No noté cuando fue que comencé a llorar.

Razones del por qué amo a Kim SeokJin.

Cada una de las hojas tenía el mismo título y un listado de cosas que escribía sobre mí hasta que la hoja quedaba sin un espacio en blanco. Namjoon dejó de ver la ventana para levantarse y abrazarme mientras entre lágrimas le mencionaba cuanto lo amaba.

En este ensayo puedo concluir que Kim Namjoon es como una taza de café en un día de invierno; es algo totalmente necesario para el frío, los momentos de tristeza y lágrimas, suele ser un fiel confidente pero también tiene el poder de lastimar aunque es sin la intención de hacerlo. Lo último que uno siente de una taza de café es lo cálido de ese líquido aromatizado, sacando siempre una sonrisa por como ese último sorbo de café besó cada uno de los latidos del corazón.

Espero que Kim Namjoon nunca deje de besar mi corazón.



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-- Excelente Kim SeokJin, tiene un diez en su ensayo, como lo esperaba. Es bastante emotivo y cumplió con el formato de ensayo literario, no creo volver a tomar una taza de café sin acordarme de usted.

--Gracias, señor Jung.

SeokJin sonrió nervioso, tomó sus hojas de ensayo con un gran diez plasmado en la hoja y volvió a su asiento. Sonrió al ver el título y prontamente lo dobló, guardándolo en su mochila.

--¿Qué nota obtuviste, bebé?

--Un diez, Nam.

--¡Wow! Mi novio es tan listo y lindo. Creo que de verdad le gustas al profesor de literatura-; rió.-- Y ¿De qué era tu ensayo?

--Era sobre las tazas de café y una comparación del por qué es tan importante para mí.

SeokJin estaba rojo ante la atenta mirada del moreno que le sonreía mostrando esos hermosos hoyuelos a los costados de sus labios. Labios que se acercaron a los suyos cubriéndolos de forma suave y generando un chasquido al separarse.

--Entonces tomaremos café esta tarde, es una cita ¿sí?



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Coffee Cup || NamjinUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum