"Estúpida Sonrisa"

   Decir que Hinata respiraba hondo era poco. Prácticamente obligaba al aire a ingresar a sus pulmones. Encorvó la espalda para atrás, sacando pecho, exhaló el oxigeno y se concentró en mirar al otro lado de la red.

   El partido no podría ir mejor, el Karasuno estaba ganando por 31-30 en su tercer set decisivo. Sin mencionar que, a pesar de lo duro que estaba siendo, aún pareciera que tenían energía para jugar tres partidos adicionales.

   Un punto más y significaría la derrota para el Aoba Josai, pero para variar, le tocaba sacar a Oikawa.

   Pero esto no importaba, Hinata estaba justo al frente, en su posición de bloqueador central, a su derecha a Kageyama, y al otro lado, al intrépido Tanaka que no paro de gritar en ningún momento. Nishinoya detrás suyo, más que concentrado para hacer una perfecta recepción del monstruoso saque del Gran Rey. Además tenían a su confiable capitán y como no, a la mejor estrella, Asahi. No podía haberles tocado mejor rotación en este momento, no había forma de que no pudieran devolver el balón, golpeando el suelo de la cancha del otro lado de la red.

   Pero eso no sucedió.

   El balón había logrado ser recibido por el increible y confiable Libero, Nishinoya. Lo había salvado sin dificultad, lanzándolo directamente encima de la posición del armador. Asahi, Tanaka, Hinata y Daichi se movieron a la vez, en un ataque sincronizado. Todo indicaba que el balón sería tomado por el As de Karasuno, pero la pelota ni siquiera llegó a elevarse hacía algún rematador.

   Kageyama había elevado los brazos y sus manos estaban listas para recibir la pelota y colocarla, pero el balón se limitó a ir directamente a su rostro, rebotando para caer al suelo.

   Se produjo un silencio de muerte. Nadie se esperaba algo así, Kageyama había estado jugando increíblemente desde el primer momento, ¿Por qué ahora se equivocó? Nadie lo entendía. El silbato sonó dándole el punto al Aoba Josai, no interesaba, era solo un partido de práctica. Pero todo el mundo se lo estaba tomando tan enserio que pareciera que jugaran por el torneo nacional, incluido Kageyama.

   La risa Hinata y los comentarios burlones se escucharon por todo el gimnasio del Karasuno. Nadie llegó a unirse a sus bromas, ni siquiera Tsukishima, quien disfrutaba molestar a Kageyama. Y es más, algunos lo retaban para que se callara.

   En eso, el capitán se acercó a Kageyama a ver como estaba, pero antes de que pudiera decir nada, salió corriendo del gimnasio. Eso desconcertó a todos aún más.

_¡Cambio!-grito el entrenador Ukai mientras le hacía extrañas señas a Sugawara, que le decían, de alguna manera, que tenía que entrar a la cancha.

   Pero no solo eso, también hizo entrar a Ennoshita en lugar de Hinata.

_¡¿¡Eh!?! ¡¿¡Porqué!?!-gritó el pelirojo desconcertado.

_Porque tú irás a ver que le sucedió a Kageyama.....-le respondió el capitán en un tono amenazante, quien comprendía las razones del entrenador.

   Hinata hizo caso omiso, no se atrevía a desafiar a su capitán y menos cuando lo amenazaba de ese modo.

   Fue directamente a la sala del club, y efectivamente, ahí se encontraba Kageyama; sentado en el suelo de espaldas a la puerta, con su botella de agua en la mano y una toalla en la cabeza.

_¿Kageyama, que rayos fue lo que te paso allí?-le preguntó.

_No te importa.-les respondió en un tono frio y cortante, sin mirarlo.

   Hinata se molestó. ¡¡Le habían sacado del partido sólo para ver cómo estaba y recibía ese tipo de trato!?! Eso era imperdonable, y el hecho de que no lo mirara, le molestaba más.