Capítulo Único

188 23 38
                                    

Mi nombre es Camila.

Tenía unos seis años la primera vez que visité aquella fuente de agua. Era bonita, tenía un par de peces de los cuales salía agua, también tenía otros adornos, pero no puedo describirlos en detalle.

Estaba con ésta chica que tan maravillada me tenía. Si, con seis años. Aún recuerdo su nombre, no podría olvidarlo. Lauren. Tenía unos ojos verdes que marcaban tu alma. Al menos, marcó la mía.

Si, con seis años. Quizás con más también.

Estábamos hablando de su nueva pareja. Seis años. No sabíamos lo que significaba tener pareja. Tampoco lo supimos mucho tiempo después.

Sus labios eran tan rosados que llegabas a confundirlos con un dulce de fresa. Tal vez sólo yo los confundía.

«Lauren, ¿y una novia? ¿Has tenido alguna?», le pregunté.

Me dijo que no, y sonrió. También sonreí. Sonreía seguido, muy seguido. Supongo que después perdí la costumbre.

Me pidió ser su primera novia. Le dije que sí. Solía decir que sí a todo. Aún tengo esa costumbre.

Se sentó a mi lado, en la fuente de agua. Nuestros padres estaban lejos, no nos prestaban atención. No solían hacerlo.

Apoyó su mano sobre la mía y me dio un inocente beso en los labios. Sí sabían a fresa. Me pregunté a cuantos les había hecho lo mismo. Aún me lo pregunto.

Esa tierna y pequeña mano pasó de estar sobre la mía, a estar sosteniendo mi nuca. Mi mano pasó de estar bajo la suya a estar en su cintura. Nuestras manos ya no eran pequeñas. Nuestros besos ya no eran inocentes. Y ya no teníamos seis años.

Sus labios ya no sabían a fresa, simplemente sabían a Lauren.

Mis padres comenzaron a prestarme más atención desde mi salida del clóset. Aún no se si era atención o control sobre mis actos. Sólo sé que mi vida no mejoró mucho desde ese entonces. Al menos, cuando tenía seis años, no me daba cuenta de su ausencia en mi crecimiento. Creo que podrían haberme dicho cosas que luego me hicieron mucha falta, y no las sabía. Aún hay mucho que no sé, pero tendré que aprenderlo por mi cuenta. De todas formas, siempre me dije que hay casos peores. Por ejemplo, los padres de Lauren dejaron de existir en su vida, para resumir.

Cambiaron muchas cosas desde que éramos unas dulces niñas de preescolar.

Quizás lo único que no había cambiado era la fuente de agua. Sólo estaba un poco gastada, pero aún salía agua de la boca de los peces. Aún tenía esa magia que me atrapó a los seis años. Ella también la tenía.

Mi cariño hacia ella tampoco cambió, en ese entonces. Tal vez aún no cambia. ¿Y el suyo hacia mí? Bueno... nunca estuve muy segura de eso.

Luego de aquellos besos tan apasionados a las tres de la madrugada, me dijo que me quería. Creo que le dije que la quería también, estaba más concentrada en los hombres que pasaban a nuestro lado que en las palabras que salían de mi boca.

No era común estar sentadas junto a una fuente de agua a las tres de la madrugada, con dieciséis años.

Pero nada era común con Lauren. Tampoco lo es sin ella.

Solíamos juntarnos siempre ahí, en un horario en el cual nadie pudiese vernos. Era nuestro lugar seguro, a pesar de los hombres que se nos insinuaban. Ella era mi lugar seguro, a pesar de lo difícil que era verla. Nunca supe si fui el suyo. Quizás algún día se lo pregunte.

Estábamos discutiendo sobre un amigo suyo, si mal no recuerdo. Aquel con el cual salía la mayoría de las noches. Del cual me habló cuando teníamos seis años, antes de pedirme ser su novia.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 28, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

The Water Fountain ➵Camren OS Where stories live. Discover now