Es pa' mí, es pa' más nadie

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El primer pensamiento que me vino a la mente fue es pa' mí, es pa' más nadie. Mas es claro que no he dicho eso a él.

La primera vez que o he visto fue en la conmemoración de cincuenta años de mi empresa. Él usaba un traje negro que le dejaba aún más bello. ¿Como esto es posible? Hermoso, esbelto y alto. Deberías estar a soñar! Al contrario de él, yo ciertamente no estaba en mi mejor día. Usaba un vestido que encontré por si acaso en mi armario y he hecho un peinado más fácil que sabía hacer.

— ¡Wendy, mira allí! Que cosa bonita — dijo a mi amiga que bebía un vaso de agua para no emborracharse hasta el final de la noche. Ella se volvió hacia mí, buscando con los ojos lo que yo apuntaba — Allí, aquel hombre.

— ¿Tu quieres decir aquel niño? — había una risa en su voz al hablar. La miré un poco sorpresa.

— ¿Él es un niño? — miro el más una vez — ¡No creo. Mire la barba! ¿Cómo puede ser sólo un niño? Tu estas a bromear conmigo.

— Créame, no estoy bromeando contigo, Emma, hablo en serio cuando digo que es un niño. Es amigo de mi hermano. Tiene solo veinte años... — Wendy me mira juguetona — ¿Ya tu tienes cuantos años? ¿Cuarenta y cinco? ¿Cincuenta?¿Eres una anciana?

— ¡Tengo treinta años, su idiota! Lo sabes — entorné los ojos, ignorando su discurso — ¿Cuál es el problema si él es más nuevo? La edad no me importa.

— ¿En serio? — Wendy he sostenido la risa — ¿Y a él lo importa?

— Tu acabas con toda mi voluntad de ir hasta él.

— ¡Ahora estoy solo a bromear contigo, Emma! — un camarero pasa, Wendy toma un vaso y me entrega — ¡Toma esto! Un mojito siempre es bueno para animar las cosas.

He bebido el mojito y seguí mirándolo. Tan alto y hermoso. Con certeza es un sueño. Él debe tener una novia, tiene cara de quien tiene una novia. Fue volver a Wendy para hablar que es un pecado un niño como aquel estar solo en una fiesta como esta, pero, no la encontré. Había sumido.

Decidí que iría por lo menos divertirme un poco, ya que probablemente no era su estilo y no tendría ninguna oportunidad con él. La pista de baile estaba llena — diferente de las otras fiestas de la empresa — y Gangnam Style tocaba animando a todos. Bailé sin importarme con que los otros piensan, aprovechando la única fiesta que conseguiría ir en aquel mes.

Una de las funcionarias de la empresa se acercó a mí en cuanto bailabamos.

— Mira, aquel hombre no quita los ojos de ti — susurra Irene en mi oído. Miro la persona que Irene he dicho y me sorprendo en ver el niño de antes mirándome. Una sonrisa adorna su bella boca cuándo se da cuenta de que lo observo.

Siento las manos de Irene empujándome y no dudo en continuar la caminata hasta él.

—¿Puedo pagarle una bebida? — puede hacer o que quiseres conmigo, pensé.

— Sí — él pide una bebida al camarero y entonces sus ojos vuelven a observarme — ¿Puedo preguntar su nombre?

— Ryan.

— Encantada de conocerte, Ryan.

— ¿Créame cuando digo que el placer es todo mío...? — pienso que voy a infartar con su discurso por un tiempo. Siento mi cara quedándose caliente y agradezco a Dios por él estar distraído congiendo las bebidas que ya estan listas.

— Emma.

Emma — él entregame mi bebida — El placer es todo mío.

— Ah...Gracias — wow, estoy realmente sin práctica en cosas como esta.

— Tu bailas muy bien — Ryan bebe un poco do que descubro ser un mojito, creo que es algo que es famoso ahora en las fiestas, mientras me quedo solo mirando mi bebida. ¿Será que yo soporto beber más un mojito?

— Tu tienes una barbita muy linda — las palabras salieron antes de que me di cuenta. ¡Idiota! Los ojos de Ryan arreglaron y su hermosa boca redonda se abrió. — Disculpame, no sé lo que me dio en mí. La verdad es que sólo quería saber si tu tienes una novia... — ¡Dios mio, alguien cala a mi boca!

— No tengo una novia — Ryan parece sostener la risa. Bueno, ahora soy motivo de broma — Pero a mí me gustaría mucho tener una. Principalmente se ella es pelirroja y tiene una facilidad para decir las cosas que vienen a la mente.

Espera un momento, él me describió ahora mismo, ¿no?

Pienso que voy a me enamorar por él. ¡¿Qué?! Estoy diciendo cosas sin ningún sentido.

Ryan sigue mirándome mientras parece esperar una respuesta. Su pelo rubio cae levemente por su frente, sus ojos azules me miran intensamente y sus labios poseen una sonrisa travieso. Y su barbita que adorna su cara realmente se queda bien en él. Ryan se acerca más a mí y finalmente me doy cuenta de que él es muy alto. Probablemente pasa de los 1.80 metros.

— Vayámonos conociendo — dijo, después de tragar el mojito de una sola vez — Es lo único que voy a dicer.

— Yo te acepto el trato — he escondido la voluntad de de saltar en él. Solamente abrí una sonrisa.

— Eso no es un trato, y aunque si fuera un trato tu no tienes cara de quien cree en tratos.

Ryan se baja un poco a mi lado y susurra en mi oído: — Y tu menos. Es tu que estas proponiendo. Pero debo decir que todo nos va resultando.

— ¿En serio? — no aguanto y suelto la pregunta, la duda que está en mi cabeza desde el instante en que lo vi — ¿Tu realmente se fijaste en mí? No creo.

— ¿Porque no? Pensé que había dejado claro que eres mi tipo.

— Emma! — Wendy apareció, un poco jadeante — Ya me voy, ¿vendrá conmigo?

Sentí los ojos de Ryan observándome mientras analizaba la pregunta de Wendy.

— No, puede ir. Creo que voy a quedar otro ratito.

La primera vez que o he visto fue en la conmemoración de cincuenta años de mi empresa. Él usaba un traje negro que le dejaba aún más bello. Su nombre es Ryan y él estaba allí sólo porque el hermano de Wendy lo había invitado. Es músico y pretende abrir su propio club de jazz dentro de unos años, le gusta el café, la noche, los coqueteos, el calor, es un gran apreciador de conversaciones y le gusta chicas pelirrojas y que tienen una facilidad para decir las cosas que vienen a la mente.

Afortunadamente, me encajo en el último caso.

Me EnamoréWhere stories live. Discover now