Capitulo I. Siempre juntos y prometido

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Cuando aquellas personas habían entrado a la escuela, había agradecido a los dioses que justo ese día se le hubiera ocurrido haber ido a la escuela, aquella aburrida y grisácea torre.

Esas personas eran los maestros de la Lugnus Magnus, la academia donde solo los más fuertes podían pertenecer. 

Ese día, los maestros estaban para reclutar nuevos miembros, haciendo evaluaciones a todos los estudiantes de todos los grados, aunque solo se le permite la entrada a los mayores de 9 años.

Volvió a agradecer a los dioses cuando le dijeron que había entrado a la academia junto con sus dos mejores amigos.

Y ahí estaba Damian Hunith, un chico de 17 años con cabello negro y tez bronceada, con sus excitantes ojos violeta y su metro noventa, caminando hacia la entrada de su antigua escuela, con sus maletas y sus amigos; un chico con el nombre de Liu Balinor, de cabello castaño y ojos color miel, metro ochenta y siete y tez blanca; luego esta la otra, Bianca Ealdor, con ojos verdes y cabello rubio, metro setenta y cinco y tez morena.

-¡¡Por los dioses!! No puedo creer que nos hayan aceptado en Lugnus Magnus, no estoy soñando ¿verdad?-dijo Bianca eufórica y brincando.

-Por enésima vez Bianca, no, no estas soñando, esto es real-respondió cansado Damian.

-Lo siento estoy muy emocionada, jamás pensé que me aceptarían, de ustedes me lo esperaba, ¿pero yo?, sigo sorprendida.-dejó de tronarse los dedos cuando notó un pequeño calambre en el dedo anular, riendose dejo sus mano quietas.

-Bianca, ya te hemos dicho que tu no eres débil, que seas una sirena no significa que solo sirvas para.....eso.

Porque si, Bianca pertenece a la raza de las sirenas, con sus habilidades de cambiar sus piernas a una cola de pez, respirar bajo el agua, manejarla y seducir a los hombres, pero horriblemente, las sirenas solo eran vistas para dar placer a los hombres y para trabajar como sirvientas. Por eso, Bianca, que desde pequeña sus padres la animaron, entrena muy fuerte para romper esos mitos de su raza.

-Gracias, aunque ustedes siguen siendo más fuertes que yo.-respondió con un puchero típico de la chica.

-Oh ¿pues que te creías? Claro que sigo siendo más fuerte que tu, soy un brujo.-dijo Damian mientras levantó la mano en forma de triunfo.

-Bueno, ya no será el más fuerte, puede que en Lugnus Magnus haya alguien que le patee el trasero y nos de nuestra venganza.-Damian fulmino con la mirada a Liu, mientras este tenía en el rostro una sonrisa de inocencia fingida.

-Cállate salvaje cachorro de vampiro.

Liu hizo una mueca al escuchar ese apodo. Lo había escuchado por primera vez cuando le contó acerca de lo que le pasa al Damian inocente, su único amigo desde que tiene memoria, ya que desde pequeño ha sido malo en tener compañeros por su incapacidad y sus errores en la magia común.

En cambio, Damian es muy habilidoso y parece no tener ningún limite, digno de su raza, los brujos, que no son nada comunes pero nadie le ha explicado el porque, Liu y Bianca siempre lo han admirado y eso ha provocado un increíble ego en su amigo. 

Liu tenía preparado un nuevo comentario hacia su compañero cuando la exlamación de Bianca provoco una oleada de emoción en los dos chicos.

-¡¡Ahí esta!!- el pensamiento de Damian de que se escucho hasta el otro lado del pueblo le hizo sacar una sonrisa mientras corría siguiendo a Bianca que igualmente iba hacia un carruaje.

Cuando Damian estuvo frente al carruaje se dio cuenta que los caballos son unicornios normales salvo por la cabellera que no es de arcoíris como muchos especulaban, sino más como de un material que parece masa de pastel color caqui. 

-Bien, aquí empieza nuestra nueva vida, la que siempre deseamos.-dijo Liu con un pan de fresas en la boca.

-Hay que prometer que estaremos juntos pase lo que pase allá-dice Bianca con su dedo meñique levantado.

-Salvo si se vuelven unos raritos, ahí acaba la promesa, no dejaré que mi popularidad se arruine por ustedes.-argumentó Damian con una expresión de arrogancia para después cambiarla a una cálida- Lo prometo.

-Lo prometo-responde inmediatamente después Liu.

-Prometido, los quiero chicos.-terminando el trato, Bianca engancho su meñique con el de los otros dos, y en su corazón se impuso una nueva meta, al que incluye el chico que esta enfrente suyo, ese con los seductores ojos violetas.



Lugnus MagnusWhere stories live. Discover now