7 de agosto, 2017

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Deja que mis dulces palabras te arrullen cual armonioso canto de áureo ruiseñor,

abrazarte hasta que la distancia se derrumbe en esta inmensa alegría,

punto final del dolor.

Fabián Ruiz.

***

Su corazón late cada vez más rápido, y no es precisamente por haber corrido casi todo el camino desde su casa.

Después de tantos días, por fin está frente a la entrada del Cricket Club y no puede dejar de sonreír.

Hoy podrá ver a Yuzuru nuevamente, oler el delicioso aroma que transpira su cuerpo y lo mejor de todo, abrazarlo.

Saluda a todos a su paso tratando de acortar las conversaciones de aquellos quienes le preguntan sobre sus días libres en España: el clima, el jet lag, sus días en la playa, la comida hogareña... Nada de eso importa ahora, solo tiene un objetivo en mente: ver a Yuzuru.

Las breves conversaciones le hacen recordar los momentos que compartió con su familia hace poco, estuvo tan feliz y a pesar de todo, se sintió incompleto. Tuvo la sensación de que algo faltaba, y ahora ese sentimiento se desvanece cuando ve a la persona que está frente a él, patinando como si no hubiera un mañana.

—¡Javier, qué sorpresa! Pensé que llegarías después de la práctica pública. —Comenta Brian algo sorprendido pero con una amena sonrisa en su rostro.

— Así era, pero ya quería volver. —Responde Javier, quien inconscientemente dirige su mirada a Yuzuru.

—Umm... bien. —Brian sonríe de forma disimulada y se aleja para dejarlo haciendo una de las cosas que más ama: ver a Yuzu patinar.

La música fluye y con ella el cuerpo de Yuzuru. El japonés está inmerso en la secuencia coreográfica de su free skate pero algo llama su atención y se detiene de forma abrupta para asegurarse de que sea él.

—¡Javi! —Alza su voz sobre la música que se reproduce en el club, recibiendo la hermosa sonrisa de Javier como respuesta.

«¿Desde cuándo ha estado allí?»

Yuzuru siente una especie de electricidad recorriendo su cuerpo y no puede evitar deslizarse hasta el sitio donde está Javier.

—¡Javi, volviste antes! —Dice Yuzuru con emoción, sonriendo de una manera tan inocente que el español no puede resistir aprisionarlo entre sus brazos con la esperanza de nunca tener que soltarle. Esa era sin ninguna duda, su sonrisa favorita. El radiante brillo de sus ojos se ocultaba detrás de sus pestañas al sonreír de esa forma, sus oscuros ojos rasgados irradiaban felicidad en su estado más puro.

—Javi... ¿Javi? —Le repite Yuzuru, al ver que el contrario no le responde con palabras, solo con suspiros cerca de su cuello que provocan que su piel se erice.

Javier se aleja un poco, acunando la mejilla del menor y deleitándose con la suavidad de esta, la bonita forma de las cejas, sus ojos rasgados rodeados de esas lindas pestañas, el lunar en su párpado, sus labios rosas, su pequeña nariz y el lunar entre sus clavículas que anhela ver... Siempre estaba maravillado por cada detalle en elcuerpo del menor.

— Te he extrañado... mucho. —Javier hace énfasis en ello antes de dejar un beso en la frente de Yuzuru.

—¿Estás preparado para mañana? —Pregunta Javier antes de que Yuzuru pueda reponerse de su sonrojo. Sus reencuentros siempre son así, aunque deban abstenerse a excesivas muestras de afecto cuando están rodeados de reporteros.

— Sí, estoy emocionado. Mañana todos van a saber sobre seimei. —Responde Yuzuru con una pequeña sonrisa.

— Y así van a dejar de preguntarme sobre tus programas en Instagram. —Dice Javier mientras empieza a hacerle cosquillas a ese cuerpo tan conocido para él.

— No es mi culpa. —Responde Yuzuru entre risas. —Quiero que estés conmigo mañana.

—¿Estás seguro? Con tantos reporteros va a ser difícil para ti tener que mantener tus manos lejos de mi cuerpo. —El tono bromista está muy claro en la voz de Javier pero internamente está un poco preocupado por eso.

«Será difícil para mí»

— Muy gracioso. ¡Javi, hablo en serio! Quiero que estés aquí. —Responde con un gesto en su rostro. Ese gesto al que Javier no le puede negar nada, y Yuzuru lo sabe.

—Está bien, estaré aquí para ti.

«Después de todo, por eso he regresado antes»

— Y luego de todo esto, me pondré algo lindo para ti... Onii-chan... —Le susurra Yuzuru al oído, quien poco después se dirige al centro de la pista, dejando a un Javier muy despierto, y necesitando un baño de agua fría.

***

Sí, esto es algo que se me ocurrió en un momento de aburrimiento y sin internet.

*Huye antes de que le tiren tomates (si me van a lanzar helado me dicen y busco una cucharilla)*.

Edit: Corregí algunas cosas.

ReencuentroWhere stories live. Discover now