Bakagami!

662 77 73
                                    

One Shot
_______________________________

Puedo considerarme una chica esbelta. Algo del promedio. Adoro estar bien en cualquier sentido, tanto físico como emocional.

Pero éste pelirrojo es un idiota.

—¿Cómo es posible que repruebes inglés si viviste en Estados Unidos? –reproché–.

—El significativo y simplicidad es más complicado aquí que en América –gruñó–.

Oh, por supuesto que es un idiota. Pero es tan simple el por qué de estar aquí ayudándolo a estudiar. Razón que no diré en voz alta porque mi sonrojo llegará a un caso de poca complicidad.
 
Desde un inicio le tenía miedo a Kagami Taiga.

¿Y quien no lo tendría? Para describirlo siento que debo escoger las palabras adecuadas pero al mismo tiempo tampoco valdría la pena. Es alto, pelirrojo, y sus cejas son tan peculiares con esa partidura por la mitad.

Su mirada me hace sentir tan pequeña e indefensa. Riko-chan tiene razón, es casi como un Tigre: acechando, capturando y desgarrando a su presa...

—¿Quedó bien? –interrumpiendo de forma abrupta mis pensamientos, tomé el cuaderno que me mostraba–.

Definitivamente era antes que daba miedo. A primera vista es una bestia intimidante, pero detrás de esa envoltura se encuentra un adolescente cualquiera, amargado e inocente. Y TONTO. Definitivamente bastante idiota.

—Te equivocaste en el tiempo verbal del tercer párrafo.

—¿Eh?

—Vuelve a desarrollarlo, ya te indiqué dónde es la corrección.

Trato de ser decente, equilibrada y serena. Kagami puede ser muy tierno en algunos sentidos, como ahora mismo: arrugando su frente tratando de entender qué piensa el protagonista de la novela que nos mandaron a leer, sobre las flores.

Quizás es considerado Lindo por algunas chicas adultas. Tal vez sea porque no parezca de su edad.

Cuando lo veo jugar me siento tan hipnotizada. Se encuentra concentrado, desechando cualquier movimiento innecesario. Es como si existiera un balón que fuera sólo para él. Y un gimnasio sólo para él. Adquiriendo rapidez, equilibrio. Tan salvaje y potente.

Pero sobre todo, cuando va a saltar, adquiriendo el pulso necesario. La tierra se puede mover, las luces lo enfocan. Y por un breve momento –aunque parezca eterno– todo cae en un profundo silencio, como si estuviéramos bajo el agua, haciendo temblar hasta el mismísimo mar.

Entonces encesta y vuelve a terminar en el suelo.

Increible, pensé la primera vez que lo ví.

Es el As, el número 10 de Seirin.

Y el amor platónico más absurdo que he tenido.

.·´¯'´¯'·. ۝.·´¯'´¯'·.


  —Kuroko-san. ¿Has visto a Kagami?

El pálido fantasma me miró asombrado.

No lo culpo. Jamás suelo preguntar por Kagami, además de que me suelo referir a él por “Bakagami”, nunca por su apellido.

Últimamente he tenido más oportunidades de hablar con él. Descubrí que sus padres tienen bastante dinero, que tiene una amplia colección de tenis para baloncesto y su cocina es muy deliciosa.

Ok, esto último lo sé ya que por ende en algunas ocasiones Kuroko y yo hemos pasado por su apartamento. No se hagan malas ideas. Eso significa nada.

Bakagami! ━ Kagami TaigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora