En un corazón de semana la dejé, el cielo era completamente gris, pequeñas gotas de agua descendían del cielo rosando suavemente mis mejillas y manchando mis lentes, sentía el equipaje más pesado con cada paso que daba, recordando cuando llegué, cuando la conocí, sin arrepentirme de nada más que de haber llegado con la actitud "conquistadora" con la que lo hice. -«De por sí, era fría, no me extrañará» pensaba mientras recorría la calle con la vista buscando un taxi. Para cuando se levantara el sol, yo ya no estaría allí y ella no se daría cuenta de que alguien más faltaba en su interior, muy probablemente ni siquiera se percataría que ya no estaba con ella hacía mucho tiempo atrás. Yo, había decidido que no me dejaría absorber por nada nunca más y ella no era la excepción, muchos se lo permitieron y jamás lograron salir emocionalmente de allí, lo cual significó su perdición.
No encontré taxi, viajé en un bus sin vida, su conductor era simplemente otro robot de esos que uno se encuentra en todos lados y por cada calle de la ciudad, concentrado en hacer lo mejor posible, un gran trabajo para otra persona, ayudando a cumplir un sueño externo mientras sus propios deseos ardían en la oscuridad y el olvido. No tenía a nadie con quien hablar, hacía mucho tiempo atrás que la humanidad había desaparecido dejando en su lugar a crueles seres sin ideales que se torturaban así mismos día y noche, el sadismo realmente había encontrado una razón de ser en aquellos que la habían perdido. No había aves cantando, a la lejanía lo único que se podían escuchar eran los típicos zanates trinando entre los campos solitarios, un mal augurio definitivamente. De cuando en cuando podía verse por la calle una sombrilla de color negro que seguramente cubría la cabeza de alguna otra alma en pena, a ambos lados de la carretera se extendían los inacabables cañales que dejaban ver por encima suyo apenas nada, la neblina era gruesa y pesada, aun la luz luchaba por pasar entre ella en un patético intento, no existían montañas, no existían humanos, no existían seres vivos o inteligentes, no existía ya casi nada.
Podía escuchar el grito de los congos en medio de las montañas invisibles más allá de los campos tenebrosos que rodeaban el paisaje. «¿Qué ha pasado a la humanidad?» pensé, «¿en qué momento dejó de existir?, ¿y los niños que jugaban en sus calles? ¿Acaso todos fueron tragados por los dragones que escupen humo por su nariz y tienen los pulmones negros de tantas sustancias oscuras? ¿Acaso las niñas y niños fueron devorados por cada lagarto en la tierra que desde las sombras aguardaba por un cuerpo o una cara bonita para humillar entre tres o cuatro simultáneamente? ¿Acaso fueron llevados no nacidos a ver un doctor y conocer el dolor como nunca más alguien lo ha experimentado? ¿Fueron arrancadas cruelmente cada una de sus partes porque un humano cobarde no pudo tener la capacidad de amar a un ser que no podía defenderse solo? ¿A precio de qué? Ninguno tenía la culpa, ninguno más que aquel ser podrido por dentro que llevaba inseguridad a su familia, ninguno más que aquel ser asqueroso que veía lascivamente a niños y niñas como un negocio, ninguno más que aquel que cada vez que su esposa le decía "te amo" la golpeaba por sentimental, ninguno más que aquel que veía con indiferencia, asco o desprecio a todos los anteriores, tu y yo, año tras año, generación tras generación, hemos sido los culpables que cada una de estas situaciones ocurra.»
«¿Cultura? Esto es parte de nuestra cultura, y no por el hecho de que ocurra cada vez con más frecuencia, sino porque lo hacemos posible cada vez más, en el camino de huida formamos humanos que siguen haciendo lo mismo de peores maneras; todos saben y son conscientes que tienen el poder, pero ninguno se atreve a empoderarse de él, y el que lo logra lo hace para su propio beneficio. Hablamos de humanidad y humanismo, buscamos un ideal que nunca ha existido y jamás existirá, todo por el hecho de estudiar el pasado para "mejorar" nuestro futuro, sin percatarnos que al estudiarlo, elegimos bandos de lo que nos parece "correcto", seguimos con la necedad por demostrar que otros se equivocan y que cada uno de nosotros tiene la razón, y es cierto, cada uno es sabio en su propia opinión pero ninguno tiene la razón de todo, ninguno sabe nada de mucho y aquel que se especializa y consigue un "título" ni siquiera de eso sabe algo, el conocimiento es infinito, nada ha sido creado aun, todo cambia el mundo para mal, lo sabemos pero no hacemos algo para cambiarlo con el pensamiento pesimista de "yo solo no puedo, pero no me quiero unir a nadie más porque nadie más trabaja como yo quiero", ahora pregúntate ¿Qué tan patético suena eso? ¿Pero cuantas veces lo has hecho?».
La carretera por la que pasé, todos la han recorrido en algún momento, sin importar las fronteras que de por sí fueron hechas por otro humano en un intento por liberarse que, lejos de lograrlo, esclavizó a otros. Bajo la palabra nacionalidad, se escondió el sentido de pertenencia, y no, no hablo de tu sentido de pertenencia, hablo de que le perteneces a alguien más, no más capaz que tú, ni más, ni menos, solo alguien más. Morir es cuestión de humanos, no esperes que las injusticias mueran porque son el efecto de todo lo que el hombre causa día a día. En el hoy para ti, el humano no existe, analízalo, cuidas de tus hijos, ¿Cómo? ¿Cuánto tiempo les dedicas? ¿Los conoces? Si todas tus respuestas son positivas piénsalo, si respondiste: "mucho, todo el que me es posible, como nadie más" a cada pregunta respectivamente, déjame decirte que no es así, ¿Cuál es su color favorito? ¿Cuál es su comida favorita? ¿Cuál es su mayor sueño? ¿Cuáles son sus aptitudes y por qué toma ciertas actitudes? Lo ves ahora, no lo conoces y aun cuando te duela la verdad, estas formando a los seres que destruyen este planeta y a esta sociedad cada día.
Cuando la abandoné sabía que era la mejor decisión que podía tomar, muchos me cuestionaron pero no entendían por qué no quería estar pegado de la teta social que me brindaba un abrigo y un subsidio, prefiero morir en el intento por crear un nuevo sistema que morir siendo tragado por el que ya existe, ¿Quién soy? Es sencillo, soy lo que tú quieres ser pero reprimes constantemente. ¿De qué huí? De lo que tú deseas dejar pero temes hacerlo. Soy un puñado de polvo estelar que recorre la galaxia a una velocidad descomunal e incomprensible para la razón humana, soy materia oscura, soy la energía expulsada por un agujero negro, soy el error en la ecuación de Einstein, soy el poema pensado y no escrito por Darío en su lecho de muerte, el sentimiento reprimido de Poe, la idea no comprendida de Coelho, el último suspiro de Sor Romero, el factor invariable de Schrödinger, soy tu, soy tus decisiones y abandoné la esperanza y seguridad que creíste tener más nunca poseíste, por el dolor y el anhelo por conseguir lo que nunca nadie logró, lo que nunca ningún ser humano alcanzó, lo que jamás fue diseñado por Dios porque esperaba que alguien lo hiciera para que llegara el momento final. Pero no te preocupes, al fin y al cabo sabemos que no lograré nada si no me lo propongo, si tú no te lo propones, porque soy tú, un puño de polvo estelar, no moriré jamás, no morirás jamás, tu cuerpo sigue las leyes de la física que el mismo Dios creó, "la materia no se crea ni se destruye, solamente se transforma". Existimos desde el principio de la expansión del universo y lo haremos hasta que cada galaxia esté tan lejos de otra, que será imposible creer que existieron otras galaxias o estrellas. Humanamente hablando, hasta que los seres humanos estén tan lejos emocionalmente unos de otros, que será imposible creer que existe la vida inteligente. Camina, camina e inmortalízate, inmortalizando a otros en el intento.
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Un Puño De Polvo Estelar
Short StoryRelato corto con carácter de critica social en un marco psicoanalítico sencillo, ¿Qué es lo que somos?