1. Una familia peculiar.

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El dueño de Industrias Robinson era un gran inventor a quien se le han atribuido muchos avances tecnológicos exitosos, pero su mayor aporte es la máquina del tiempo. Había recibido premios, reconocimientos y galardones por aquel invento. Y en teoría y a palabras del mismo Cornelius Robinson, solo había creado una máquina del tiempo.

¿De verdad podríamos creer eso?

Mucho se rumoraba y mucho se decía sobre la máquina, pero nada se comparaba a lo que se comentaba de aquel hombre y su familia.

La familia Robinson.

"Unos excéntricos, unos locos de atar".

¿Qué es lo que ocultarían las paredes de aquella enorme mansión?

Eso era un misterio para el resto del mundo.

Aquel hombre por muy inusual que pueda parecer, era el más normal de toda su familia, sí que lo era.

Claro, además de su esposa Frany, quien solo había hecho cantar a las ranas y las había hecho una gran banda de Jazz.

Los padres de Cornelius no eran tan excéntricos. Lucille, una mujer con el cabello color rosa y Bud o abue Bud como gustaba que lo llamaran vestía con la ropa al revés.

"Sé lo que piensas, pero es mi cuerpo es el que está al revés".

Era su frase cuando algún ajeno llegaba a ver su carita feliz pintada en la nuca.

Parece que la locura y la excentricidad venía de la línea del abuelo.

Fritz, el hermano de Bud, tenía como esposa a una... ¿Muñeca de ventrílocuo? Sí y se llamaba Petunia, con quién tenía dos hijos. Lazlo y Talulah que había sacado esa parte loca y maravillosa, Talulah al vestir de forma extravagante y Lazlo lo demostraba con una máquina que creaba pinturas en segundos.

Joe, el otro hermano de Bud, por el otro lado, era un hombre grande y obeso, que no hacía otra cosa más que ver televisión, sentado en un cómodo sillón reclinable, que no podía pedir más diversión o locura teniendo como esposa a Billy, una mujer apasionada de los trenes, que tenía de hecho uno de juguete tamaño real que recorría toda la casa.

La familia de Frany, la esposa de Cornelius, era feliz en esa casa, adoraban aquella atmósfera, era una gran fiesta a todas horas. Y gracias a ella es que su familia también vivía ahí.

Sus dos hermanos no podían pedir mas. Gastón, con sus prácticas peligrosas de acrobacia en un gran cañón y sus pequeños cañones para arrojar cualquier cosa que él deseara. Y Art, que con la exploración de los humanos a otras partes de la galaxia, tenía un empleo de repartidor de pizzas intergaláctico.

Los integrantes más peculiares de la familia, eran los gemelos Spike y Dimitri que en lugar de personas, parecían topos en la tierra. Ellos tenían una extraña competencia de ver quién tocaba más el tiembre del otro, pues habían dos timbres en esa mansión. Y era una competencia que parecía no tener final.

Y quien mejor para recibirte en la puerta a la hora de decidir que timbre tocar: Un pulpo gigante llamado Lefty era quien atendía la entrada y si no te asustaba, podía ser un agradable "mayordomo", o tal vez mascota...

Pero sin lugar a dudas, quien era sensación de ellos era el robot personal llamado Carl, flacucho y metálico que podía ser un gran amigo y confidente. Y un gran consejero y asistente y si, es considerado parte de la familia.

En serio que esto que les digo es verdad y las personas que de lejos conocían a Cornelius y que por mucho esfuerzo que hicieran, jamás lograrían acercarse a la realidad.

Todos ellos eran la familia Robinson y quien inició ese legado había sido el inventor Cornelius, él tenía una asombrosa historia que contar y de no ser porque quien se la mostró fue su propio hijo tiempo atrás y sí, sé que suena algo rebuscado, algo difícil de explicar, hubiera pensado que aquello solo fue un locura.

Pero esa historia ustedes ya la conocen. No estarían aquí de no conocerla.

Esa misma historia era la que todas las noches su hijo, el pequeño Wilbur le pedía contarle.

¿Es una paradoja? Sí pero todo tiene una explicación.

Y aunque Cornelius la contaba de la misma forma, alterando de vez en cuando el orden, Wilbur la escuchaba y Cornelius creía que solo él lo hacía, hasta que, aquella noche, en que por primera vez, Frany pudo ser testigo de aquel relato.

La hora del cuento para un viajero del tiempo.Where stories live. Discover now