Técnica de seducción ❀ KaiSoo

❥ Panecito y donita

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🐻🍞🥐🥖🍩🐧

Las tardes solían ser muy aburridas para Kim JongIn antes de conocer a KyungSoo. JongIn estudiaba la universidad, siempre había sido un chico brillante, de esos que no necesitaban una memoria fotográfica, si no que más bien leía y entendía las cosas una sola vez y con eso le era suficiente para pararse frente a sus compañeros de la ingeniería que estaba cursando, y ponerse a exponer sobre el tema.

JongIn no era mucho de salir de su casa, porque sus padres eran muy estrictos y siempre le iban diciendo que lo primero eran los estudios, que se enfocara en ellos y que una vez terminada su carrera, con su título en mano, las cosas cambiarían.

Fue una tarde de verano, cuando JongIn regresaba a casa después de un arduo día de estudio, que se decidió a desviarse un par de cuadras para impedir que el sol le diera de lleno en la cara. El clima estaba un poco loquillo, porque en el horizonte los ojos del muchacho observaban que se avecinaba una especie de tormenta, o al menos eso era lo que él quería creer, porque todo el cielo estaba tan oscuro, que parecía sacado de alguna película.

ㅡ Es como si allá, detrás de aquellos cerros, estuviese Mordor.

JongIn parpadeó al escuchar aquella voz extraña, y se giró en automático solo para dar con una suave sonrisa en unos labios acorazonados. El extraño estaba detenido a su lado, observando el horizonte como si nada; JongIn tragó saliva porque nunca había visto algo similar.

El muchacho era guapo, demasiado si pudiera decirlo, sus mejillas estaban gorditas y él estuvo a punto de estirar su mano para ver qué tan suavecitas estaban. Pero el recién llegado comenzó a caminar nuevamente, pretendiendo irse así como había llegado... de la nada.

ㅡ ¿Dijiste Mordor? ㅡ JongIn tragó saliva y se apresuró a alcanzar al muchacho, porque simplemente asintió y siguió caminando.

ㅡ Sí ya sabes, de El señor de los anillos. Me encantan esas películas.

A mí me encantas más tú.

JongIn esbozó una sonrisa traviesa y después negó lentamente, porque no podía ser cierto que lo acababa de conocer y él ya tuviera ganas de coquetearle. JongIn tenía cierta reputación que mantener, de vez en cuando coqueteaba con todo ser humano que se le atravesara para divertirse, pero algo en el muchacho de mejillas gorditas le decía que no saldría lo que él esperaba si se animaba a coquetearle.

ㅡ Me llamo Kim JongIn, estudio una ingeniería.

JongIn sonrió con ciertos aires de coqueto, aunque sabía que seguramente sería mandado por un tubo al decir la carrera que estaba estudiando; ya saben... la suerte de los ingenieros.

ㅡ Oh... eso suena demasiado sensual.

JongIn no pudo evitar reírse nerviosamente y sin pensarlo se mordió el labio inferior, aclarándose la garganta segundos después, avanzando detrás del bajito que seguía su propio camino.

ㅡ ¿Tú crees?

ㅡ Me gustan las personas inteligentes. ㅡ KyungSoo asintió, deteniéndose afuera de una panadería. ㅡ Bueno, suerte en el camino, Kim JongIn.

ㅡ ¿Vives aquí? Es una panadería...

ㅡ Bueno, ayudo a mis padres la mayor parte del tiempo, yo atiendo a los clientes ㅡ KyungSoo se hundió de hombros como si con eso se le restara importancia al asunto.