I

4 0 0
                                    


Lo primero que piensas, lo primero que sueñas, lo primero que lloras, lo primero que dices, lo primero que haces, incluso cuando todo haya tenido un momento en tu vida, recordar el orden de cada primera vez es imposible, lo cual es irónico ya que cada primera vez define tantas cosas que olvidarlas debería ser un pecado. Pero no lo es, olvidar es tan natural, tanto que a veces da miedo, aunque muchas veces sea el camino correcto.

Lamentablemente nosotros no decidimos que cosas olvidar, tantas cosas que merecen ser borradas, tantas personas que merecen desaparecer, tantas palabras que nunca debieron ser dichas, y aun así parecen estar forjadas y encadenadas a tu memoria, como un castigo, una auto-flagelación. No olvidar es casi tan natural como hacerlo. No olvidar es tan doloroso como hacerlo.

Cada camino, cada decisión, cada momento y situación,  te llevan al punto en el que has llegado en el presente, a un presente donde en mi caso solo escribo una carta, una carta que no tiene destino, una carta que no tiene propósito, una carta que será un recuerdo y que pronto sera olvidada. Una carta que puede ser una vida. Una vida sin propósito. Una vida sin destino. Una vida que sera un recuerdo y pronto sera olvidada. Cuanto me alegro de no ser esta carta... O esa vida, al menos aun.

¿Cuanto tiempo tendrá que pasar para que mi vida tenga ese destino?

¿Acaso seré tan débil?

¿Lo soy ahora?

Cartas sin destinoWhere stories live. Discover now