Su nombre era Todoroki Shouto, y su trabajo siempre había sido el mismo.
Matar
En un mundo de fantasía habitado por humanos y desagradables monstros, el trabajo de los cazadores, como él, era exterminarlos, limpiar el mundo de esas pestes a las que muchos temían.
Su reino era uno de los más conocidos y famosos en el continente, no solo por su gran producción, sino también por su gran cantidad de monstruos habitantes en él, bestias que, sin razón, asesinaban niños y mataban mujeres. Ahí fue cuando nacieron los cazadores, los mejores pagados y tratados como héroes. Pero no todos podían serlo, tenías que tener talento en ello y haber sido aceptado en la academia de la capital.
Su madre patria estaba regida por marcadas clases sociales, y por eso, un plebeyo estaba obligado a vivir toda su vida en la miseria, y la única forma de evitar ese cruel destino, era convertirse en cazador. Shouto tenía suerte de haber nacido con un talento para ello, e incluso se convirtió en el cazador más joven en graduarse en aquella prestigiosa academia.
Una de las cosas que más odiaba él eran los monstruos, por eso le desagradaba el festival más grande en su reino, el que solo se celebraba siete días anualmente y servía para burlarse de las bestias. Consistía en disfrazarte de cualquier monstruo a tu elección, y divertirte a lo grande con los juegos. Eso era todo, y Todoroki lo encontraba molesto.
Pero ése año fue diferente, e incluso se preguntó por qué el festival solo duraba siente días.
En aquella gran fiesta, a la que llamaban Halloween, conoció al amor de su vida.
Se chocó con él por accidente, y a pesar de querer reclamarle en un principio, cuando lo vio quedó totalmente impregnado de sus adorables pecas y revoltosos cabellos. Su nombre era Izuku, eso fue lo primero que le preguntó, su traje le llamó la atención; una manta blanca de mesa que parodiaba la traslucidad de un fantasma y un adorable sombrero de copa algo gastado. Simple, pero perfecto.
Hablaron, bailaron, comieron, pasaron juntos toda la noche. Todoroki no entendía cómo ni por qué, en qué momento se había enamorado del pequeño chico.
Ambos se despidieron cuando se escucharon las doce campanadas, la fiesta tocaba fin y las personas regresaban a la seguridad de sus moradas. Se dieron un abrazo, y con una efímera promesa juraron verse a la siguiente noche.
Durante las siguientes 5 noches, formaron una especie de rutina, se encontraban en la fuente donde se habían conocido, caminando tomados de la mano pasaban el resto de le noche juntos. Disfrutaban de toda la feria, y cuando las doce campanadas resonaban por todo el reino, se separaban para prometerse verse una vez más.
La última noche fue algo diferente, esa última fiesta marcó la vida de ambos seres. Una vez terminado el festival, la luna se posicionó en la parte más alta de la oscuridad, y el fantasma se negó en dejar ir la mano de su amado.
Ahí mismo, con solo el bosque y las bestias de testigos, se dieron un tímido beso que significó una explosión de sensaciones en el joven cazador.
Se había enamorado tanto, que en ningún momento se dio cuenta de que aquel chico tan dulce y tranquilo, le disparó una bala de plata en su cabeza.
"Nosotros también tenemos sentimientos, nosotros no somos monstruos, tú si lo eres"
Midoriya Izuku, era un fantasma de verdad, el cual fue el único que se armó de valor para acabar con la vida de la pesadilla de las bestias. El mismo que acabó con la vida de su preciada madre.
Notas del autor:
Holi :v
Ahora si me gustó como quedo xD
Solo eso quería agregar <3
Ah, la imagen que uso de portada no es mía. La encontré por casualidad vagando en google imágenes, quería poner el nombre del autor, porque la verdad el dibujo tiene firma, pero no se puede ver. Bueno, la cosa es que no logré encontrar el nombre del autor xd Así que si alguien sabe, ¿ me podría decir? Y si no, créditos a su respectivo autor :'u
