Bakugou, como había dicho hace un tiempo, se encontraba ayudando a Kirishima con el estudio. Estaban ambos sentados bajo una pequeña mesa en el suelo, a poca distancia y concentrados en su asignatura.
Pero Kirishima se aburrió, y «¿Qué mejor que molestar a Bakugou? Nada», eso pensaba él.
—Oi, oi Bakugou, ¿hagamos otra cosa? Algo más divertido~ —decía con un tono de voz risueño.
—¿Qué mierda dices? Vine acá para ayudarte porque eres un idiota, no a perder mi puto tiempo —estaba enojado y aprentando el lápiz en su mano.
—Pero no perderemos el tiempo, sólo lo usáremos en algo mejor —hizo un puchero, observando al rubio con sus ojos brillantes.
—No, deja de molestar y aprende por una puta vez.
—Vaaaamos~
El de cabello rubio le seguía dando indicaciones para terminar los ejercicios, pero el teñido quería jugar. Llevó su mano al estómago contrario y le hizo cosquillas, el otro se exaltó ante esto y lo miró de forma siniestra, lo quería matar en ese momento.
—Me vuelves a tocar y te juro que será lo último que hagas en tu jodida existencia.
—Eso no decías anoche —carcajeó al ver la confundida mirada de Katsuki.
—¿De qué carajo hablas, imbécil?
—Calma, sólo era una broma —con sus manos trataba de aminorar la furia de su amigo.
—Bien, continuemos.
—Uhm —lo miró triste—. ¿Te puedo abrazar?
—¿Para qué harías eso? —no se dignó a mirarle siquiera mientras le hablaba, seguía escribiendo más ejercicios.
—¡Para agradecerte y demostrarte mi amor! —se ruborizo un poco, ahora agradecía que no le pusiera demasiado atención.
—Mierda... Para —llevó su mano izquierda a su cara para que no se notara su leve sonrojo.
—Eres tan tierno, te has puesto rojito.
—Calla, maldito pelo punk.
Eijirou se le lanzó encima y lo abrazó apretándolo. Debido a ese acto sus pechos se pegaron, con sus corazones latiendo más rápido de lo normal, extasiándolos.
—Bakugou, sabes... yo, quería contarte algo.
—No me interesa —al decir eso, vió como al pelirrojo se le oscurecían los ojos, con melancolía en ellos—. Bueno, eh, cuéntame, te escucho.
—¿E-en serio? ¡Gracias por prestarme atención!
Bakugou le veía asombrado, con unas simples palabras que dijo, había hecho que Kirishima se alegrara tanto, lo que causo un vuelco en su corazón. Lo que lo sumió en felicidad y orgullo, provocando que una sonrisa se escapara de sus labios.
«Me encantan sus reacciones, es lindo de alguna forma» pensó, luego se dió cuenta de lo que se coló en su mente y quizo explotarse la cabeza ahí mismo, pero no alcanzó, porque Kirishima lo interrumpió para hablar.
—Emm, ya han pasado muchos meses desde que nos conocemos y somos amigos, ¿cierto? —Katsuki le iba a responder, pero el contrario habló antes—. Entonces... después de todo lo que hemos pasado y sentido, yo... ¡Creo que me gustas! —agachó la cabeza al decir eso, esperando que le golpeen o algo.
Bakugou quedó de piedra al oír tal confesión, lo que era raro, porque no es como si él fuera la primera persona que se le declarara, aunque sí era el primer hombre que lo hacía. No tenía idea de que hacer, ni de qué sentía por su amigo.
