El Gran Partido

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No podía creer lo que estaba viendo. Todo la hinchada del Parc de Princes rugía el nombre de el crack Brasilero, recien llegado al París Saint Germain, al primer momento que salió del túnel: -¡Neymar! ¡Neymar!- Mi hermano y yo no podíamos contener los gritos de emoción. Parecíamos dos personas que se habían ganado la lotería. -¡Lolo! ¡Lolo! ¡Mira a Neymar!- me exclamaba mi hermano entre los rugidos de la hinchada Parisina.

Era un Sábado por la tarde en París, con un sol increíble, el cual se reflejaba en el césped cortado en cuadrados. Ese solazo era el que también iluminaba a miles de hinchas Parisinos, hambrientos por una victoria en su primera fecha de Ligue 1 de la temporada. Estos llenaron el Parc de Princes con azul y rojo, los colores del PSG, y a una esquinita del estadio, la hinchada del equipo visitante, Amiens FC. Estos no hacían mucho ruido. "Deben estar intimidados con toda esta bulla" pensé. En mitad de todo este espectáculo, Neymar Jr estaba parado, rodeado de lo que se había vuelto su nueva hinchada, haciendo gestos de saludo con la mano. Mi hermano y yo disfrutabamos el espectáculo comiendo hamburguesas y tomando té frío de pêche.

Con la boca llena de hamburguesa, narraba este momento tan especial en un video en mi celular, para mandarle a mis amigos, no podía creer el espectáculo que está viviendo ese momento. Tras patear un montón de balones firmados por él a la gente del camerino, y regalarle su camiseta a una persona, el nuevo díez del equipo, medio desnudo, entró al túnel despidiéndose de los hinchas Parisinos, haciendo gestos con la mano, y mandando besos al público. -Marti, ¿tú te crees, que acabamos de ver a Neymar en vivo y en directo?- Le pregunté a mi hermano. -No Lolo, no me la creo.

Recuerdo que después de que Neymar salió de la cancha, sonó música por todo el estadio. Las barras se calmaron, y no hubo actividad por los siguientes 20 minutos. Bajo la calurosa tarde en París, a mí y a mi hermano se nos secaron las gargantas, y mandamos a mi papá a comprar más te frio.

Una voz masculina por los parlantes del estadio rompió la falta de emoción en el estadio. Comenzó a hablar francés, y yo no entendía. Reconocí dos palabras, las cuáles fueron Amiens FC. De repente, comenzó a salir humo del túnel, acompañado por los jugadores del equipo rival, los cuales salieron trotando y haciendo gestos de saludo al público. La hinchada Parisina, no los recibió de la misma manera. Al instante, el estadio entero rompió en insultos. -¡Buu! Se escuchaba de un lado del estadio. Otros gritaban groserías en francés, creo que eran groserías. Los de al frente hacían gestos con la mano, ¡Los cuales definitivamente no eran de saludo!- -¡Qué falta de respeto!- comentó mi mamá entre los insultos. Yo en cambio, comencé a gritar las groserías que me sabía en Español, cosa por la cual me regañaron.

Los jugadores del Amiens FC, con caras de susto, comenzaron a calentar y a pasar balones entre sí. ¡Parecían como si les estuvieran apuntando miles de metralletas a la cara! El pensamiento me hizo reír, y me atoré con mi té. Otro anuncio por los parlantes me volvió a dar aire. -(Francés), ¡París Saint Germain!- El anuncio me hizo saltar tres latidos de corazón. De nuevo, humo escapó del túnel, y los once jugadores más esperados por el 95% del estadio, aparecieron del túnel. Estos salieron corriendo al campo haciendo gestos, y aplaudiendo. Acompañados por las barras encendidas Parisinas. -¡Paris! ¡Paris ¡Paris!- rugía con potencia el Parc de Princes, y yo rugía con ellos esta vez. Tan duro sonaban los cantos de las gradas que los fans y jugadores del equipo rival, se tapaban los oídos.

Los jugadores del PSG cogieron balones y comenzaron a calentar: unos jugaban al bobito, otros estaban haciendo calentamientos y estiramientos dinámicos con un instructor físico, y al fondo, los arqueros entrenaban lo suyo. Mientras todo esto pasaba, yo le señalaba quién era cada jugador. -Allí está Dani Alves, al lado de allá esta Cavani junto a Di María, y ese arquero con la barba es Trapp.- Parecía como si estuviera nombrando a mis familiares. No podía creer en donde estaba en ese momento.

Luego de un buen calentamiento de parte de los dos equipos, desaparecieron una vez más dentro del túnel para tener un charla técnica antes del partido. -Papi, ¿cuánto crees que queda el partido?- Le pregunté a mi papá. -Lore, teniendo en cuenta que este es un equipo recién promovido de la segunda división, creo que vamos a presenciar una goleada en favor nuestro-, dijo con toda seguridad.

Los veintidós jugadores salieron del túnel una última vez, ambos ya uniformados, y hambrientos por una victoria. Mientras el resto de los jugadores tomaban posiciones, los capitanes de los dos equipos fueron adonde los tres jueces para decidir quien sacaba con una moneda. Se ganó el primer saque el PSG. Los líderes de cada equipo se dieron la mano, e igual con los tres árbitros. La bulla de las barras bravas del PSG cantaban con fuerza, mi hermano se mordía las uñas, y yo miraba el balón colocado en la mitad de la cancha, con el sentimiento de mariposas en el estómago. "¡Que emoción!" Pensé. Ya con todos los jugadores listos, y los dos delanteros listos para sacar, hubo un momento en que se calló el estadio completo, cosa imposible si has visto las barras bravas Parisinas. Fueron unos tres segundos de silencio absoluto, hasta que fue interrumpido por el pito inicial al partido, dado por el árbitro. Se resumieron los cantos, los gritos, los insultos. La acción había comenzado.

Con solo unos minutos de juego, podíamos ver la superioridad del PSG sobre el Amiens. Hacían unas paredes que lo mareaban a uno. Tenían al arquero amenazado con bastantes jugadas peligrosas, una incluyendo un golpe al poste de arriba. Los pocos ataques que tuvieron los visitantes, eran frenados fácilmente por los defensas como si fueran niños de tres años. No recuerdo claramente ningún tiro a favor de ellos en el partido. -Ese PSG tuyo Lore resultó ser muy bueno- me dijo mi papá con la boca abierta.

Luego después de un montón de amenazas de gol, llegó una en especial que resaltaba entre las otras. Centro peligroso de Dani Alves, el cual Cavani recibió con el muslo derecho, esquivó al defensa, y definió el balón al ángulo inferior derecho. El estadio cobró vida. No se escuchaba nada pues el estadio entero gritaba en felicidad, -¡Gooool!- La gente daba brincos de felicidad, se abrazaban entre sí, se conocieran o no. Yo y mi hermano nos abrazábamos, saltando y gritando ¡Gol! Debajo nuestro el marcador del gol celebraba, mientras el estadio entero cantaba su nombre -¡Edinson! ¡Cavani! ¡Edinson! ¡Cavani!- En ese momento, me di cuenta que era tenerle amor a un equipo de fútbol.

El segundo gol no tardó en llegar. Pase filtrado para Cavani, quien le hace un centro rastrero a Pastore quien la define con clase, al ángulo derecho de abajo. Mi hermano y yo, acompañados por todo el estadio entero, nos enloquecimos con el segundo gol. -¡Javier! ¡Pastore! ¡Javier! ¡Pastore!- cantábamos en coro con el resto de los hinchas Parisinos. Tras el alboroto, volteé a mi izquierda para ver a los pocos hinchas del Amiens. La expresión de decepción en sus caras me dio lastima. -Pagaron el boleto para ver a su equipo perder-, le comenté a mi hermano. El se rió de mi comentario.

Mi hermano se mordió las uñas como si fueran chicles, hasta que el árbitro le dio el final al partido. A esto le siguió un montón de gritos de victoria y cantos de felicidad en francés, los cuales no entendía. Pero podía entender la alegría que expresaba el estadio entero, y su agradecimiento a los jugadores, por conseguirles sus primeros tres puntos en la Ligue 1 esa temporada. -¡Ganamos!- le grité a mi hermano.

Saliendo del estadio, me voltee a echarle una última mirada al interior del Parc de Princes, y apreciarlo por unos últimos segundos: El césped cortado en cuadrados, las gradas de color azul y rojo, y el solazo que lo iluminaba todo. Inmediatamente le di un abrazo a mi papá. -¡Gracias por traernos a ver este espectáculo!-, le dije.

Desde ese día en adelante, aprendí que uno tiene que valorar cada momento en su vida, sea bueno o malo, y dar gracias por los privilegios únicos que me da la vida, como ese partido, que fui uno de los muy pocos privilegiados de estar allí.

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⏰ Last updated: Oct 30, 2017 ⏰

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