cita

500 40 14
                                    


El horizonte se teñía de una paleta de colores: azul pálido, naranja, amarillo. Las nubes se combinaban con el cielo amarillento y la luna quería hacer ya su aparición. Sus manos estaban unidas, paseaban sin importar quien los viera. La brisa pegaba en sus caras.

Era sábado, así que el día que seguía no se preocuparía si no por estar juntos.

Entraron a una tienda. Apenas pasaron la puerta, escucharon un tintineo de una campanita; pidieron mesa para dos. Le cedieron un lugar junto a la ventana. La chica, que al parecer era la mesera principal del lugar, les ofreció el servicio. Pidieron unos postres y unas tasas de té. La muchacha se inclinó en reverencia y se fue.

Los chicos se quedaron viendo por la ventana conversando de cosas triviales y unas más importantes. El trabajo como héroes era cada día más pesado y el tiempo no les daba para salir juntos. Tenían unos asuntitos que resolver como pareja. Cuando el tiempo paso casi 15 minutos, la chica del servicio trajo sus órdenes, las dejo y se retiró. Ellos tomaron él te de una manera lenta y siguieron la conversación que dejaron hace unos minutos pendiente.

—Kirishima, dime que si —rogó el rubio.

—Hombre, sabes que es difícil —Dijo resignado el pelirrojo.

—Geez, no me quieres te da pena, ¿cierto? —hizo un puchero el chico eléctrico.

—No, no me da pena. Solo que no quiero que anden tomando fotos de nuevo. Tuvimos que venirnos a un lugar distinto para tener una cita normal.

Kaminari no respondió ignoro lo que su novio, de tantos años, le decía. Movió sus manos y comenzó a comer su postre. Él sabía que solo a kirishima le daba algo de pena que los vieran muy enamorados. La prensa aún era muy pesada con este tipo de relación; el pan de cada día era Deku y Katsuki. Ellos eran el de vez en cuando de las revistas de moda del momento. Suspiro, estaba cansado de que tuvieran que pasar por esto.

El pelirrojo lo miraba de reojo no le gustaba que su novio estuviera así, pero una cosa era que se tomaran de manos a que se pusieran meloso en público. Tomo todas sus fuerzas, levantó el rostro del chico que aún tenía algo de crema en sus labios y lo beso. Lenta y lánguidamente.

Sintió un flash.

Mierda, era alguien que les tomo una foto. No le importo y siguió saboreando los dulces labios del rubio. No iba a arruinar una cita que llevaban planeando un mes por algún estúpido paparazi. Era mejor tener a Kaminari feliz que enojado...

.

.

.

Lo que no sabían era que quien les tomo una foto era una Fujoshi. Sin mencionar que era su mecerá.

FIN.

Drabbles  KIRIKAMI - KAMIKIRIWhere stories live. Discover now