Despertar

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Como cada mañana Sara se levantó de la cama,agarró con velocidad el cuaderno que guardaba debajo dela almohada y se lió a escribir como si no hubiese un mañana. Repasaba mentalmente a la vez que escribía todo lo que había soñado. No lo escribía de forma muy detallada, únicamente ideas generales que la hicieran recordar por si algún día olvidaba.

Comenzó: <<La ciudad, mucho frío, Alex, un edificio en ruinas, luz azul, gente corriendo, mucho ruido, un bebé grita, una sombra oscura lo arrastra, intento huir, me encuentro de frente con otra sombra, me despierto.>> Una vez que terminó de escribir bajó corriendo las estrechas escaleras que daban a su habitación. 

Su casa no era demasiado grande, pero tampoco podía decirse que fuera pequeña. Constaba de tres plantas, la última únicamente era una habitación, la de Sara, era la habitación más grande de la casa, pero a penas tenía veinte metros cuadrados y el techo iba bajando acompañando la forma del tejado, por lo que en la zona en la que el techo era más baja estaba colocada la cama y debía tener cuidado al levantarse para no darse en la cabeza, ya estaba acostumbrada; en el segundo piso estaba la habitación de sus padres Luis y María, más pequeña que la se Sara aunque no por mucho y al otro lado de un estrecho pasillo que a penas tendría tres metros, un pequeño cuarto de baño donde cabían justos: una ducha, un retrete y un lavabo, éste era el único cuarto de baño de toda la casa; finalmente en el piso principal, estaban la cocina, que disponía del espacio necesario solo para cocinar, pero que daba directamente a un hermoso salón, elegantemente decorado, no era mas grande que la habitación de Sara pero los muebles estaban dispuestos en la sala de tal forma que parecía un palacio, en esta planta también había una habitación de invitados en la que únicamente cabía una cama la cual había sido adueñada por Balboa, el perro, un american standford de diez años, negro completamente, parecía una pantera y en un fondo negro era imposible de distinguir. 

al despertarse, Sara solía ir primero al baño a lavarse la cara, pero aquella mañana era un día especial, era su cumpleaños, cumplía dieciséis años. Bajo por las escaleras a toda velocidad saltando los escalones de tres en tres hasta el piso principal. Allí esperaba una gran sorpresa preparada, pero no hubo nada.

-¿Has escrito en tu diario de sueños?- Le preguntó su padre sin levantar la mirada del periódico.

Sara asintió con la cabeza.

-Te he hecho una pregunta ¡Respóndeme cuando te pregunto!- Gruñó Luis.

-Sí- Respondió ella entonces.

Se sentía decepcionada con su padre, ¿a caso había olvidado que hoy era su cumpleaños? A demás la había tratado fatal. No era su culpa que él se hubiera levantado con el pié izquierdo, al menos aún le quedaba la esperanza de que su madre la tuviera preparada alguna sorpresa.

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⏰ Last updated: Nov 23, 2017 ⏰

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