La magia del vientre

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No hace mucho tiempo en un reino no muy lejano, o tal vez si, vivía un muchacho llamado Alex, aquel reino era llamado Hyrule, era un lugar de verdes prados, donde abundaban los bosques, montañas altas y de líneas regulares y ríos de los que emanaba un agua cristalina, todo parecía genial en aquel sitio, y es que mucha gente ya se había olvidado de la Guerra Civil que hubo anteriormente en aquel sitio, a pesar de todas las dificultades que pasaron sus habitantes el reino logró levantarse, se había dejado por un lado la sangre, las lágrimas de las madres que clamaban por sus hijos y la hambruna que empobrecía la economía. Todo parece perfecto, pero tal vez no sea todo así, en la capital de los Hylianos, situada por debajo de la montaña donde se ubicaba el Castillo de Hyrule, allí habitaba la raza mayoritaria del Reino, en esta ciudad vivía el protagonista de nuestra historia, Alex un chico que había perdido a su madre y a su padre cuando este apenas tenía 18 años, sus padres habían tenido a Alex en una relación de una noche, el padre era Hyliano, la raza principal de todo el reino, se enamoró de una Gerudo que sería la madre de Alex, con la que se acostó y a partir de aquella noche surgió el pequeño Alex. Una de las leyes de aquel reino impedía el mestizaje de razas debido a la arrogancia de los Hylianos ante las demás razas, pero eso no les impidió a estos jóvenes controlas sus deseos lascivos, siendo aun muy pequeño Alex sus padres fueron capturados a pesar de que cada noche lograban huir a la casa de una de las amigas de su madre, pero una vez durante una de estas incursiones fueron apresados y ejecutados en la plaza principal en la presencia de el joven que tendría entre unos 7 u 8 años, teniendo que sobrevivir en la calle y estudiando en la escuela hasta los 18 años. El gran problema de Alex fue nacer con el pelo negro, los ojos oscuros como la noche y una nariz aguileña, esto le impidió vivir normal como los demás Hylian, debido a que era un gran síntoma de mala suerte nacer con rasgos como los ojos oscuros o la nariz aguileña, era humillado en la escuela por los demás chicos por la forma de su nariz y sus ojos negros, mientras todos los demás eran seres rubios de ojos azules. Cuando terminó la escuela en su dieciochoaba primavera decidió marcharse, no aguantaba mas allí. Aquel día que se marchó, se llevo unas cuantas pertenencias en su mochila y se dirigió hacia el Oeste, donde se supone que era originaria su madre, recorrió los verdes prados de Hyrule. Durante el viaje le vinieron recuerdos a la mente, sobre como los demás chicos de burlaba de el, después de estos recuerdos le entraron unas ganas terribles de matar a todos aquellos que le habían hecho mal, pero reaccionó y prosiguió su viaje mientras miraba el azul cielo libre de nubes, despejándole la mente. Pasaron las horas y las horas cuando vio un sitio que le llamó la atención, era algo que nunca antes había visto, un lugar yermo, de suelo marrón y con una temperatura mas cálida de la que había en la zona de la Ciudad de Hyrule, a pesar de esto conservaba toda su ropa negra desabrochándose tan solo dos botones, se sentó en una piedra durante un instante mientras respiraba profundamente, se sentía muy bien a pesar de que a mucha gente Hyrule aquel sitio le parecía desolador, sobre todo por esos rumores que el oyó de una banda de ladronas sanguinarias que había en la zona. El chaval cruzó un puente que llevaba a una población, antes de entrar en ella vió a una chica con el pelo largo y rojo que brillaba junto a su piel bronceada y sus ojos amarillos que parecían dos enormes focos. Alex vio que esta chica llevaba su vientre expuesto no pudo evitar fijarse en aquel vientre bronceado y liso que iba seguido de unas curvas voluptuosas y un ombligo profundo y redondo, despertando una curiosidad en el por aquella parte del cuerpo, no pudo parar en quedarse mirándolo fijamente como si estuviese hipnotizado, a pesar de que la chica se percató de esto pareció sonreír al enterarse de ello, pudo ver Alex al levantar la cabeza como seguía sonriendo, un gesto que nunca había visto en la ciudad.

"Ven, tengo algo que te gustará" La chica cogió de la mano a Alex "Vamos a mi casa"

Lo llevó a su casa, pudo ver que las demás mujeres de la zona también exponían sus vientres al sol y bailaban danzas juntas sonriendo. La chica llevó a Alex a su cuarto tirándolo a la cama

"Creo que tengo algo que te gusta" Levantó sus brazos y movió su vientre acercándose cada vez mas al muchacho, pero este hizo caso omiso levantándose de la cama

"Espera, ¿Que te pasa adonde vas? Aaah eres vergonzoso ya veo, me llamo Rathika" Lo cogió de la mano sonriéndole y lo tiró a la cama mientras colocaba la otra sobre su vientre

"Es que... No quiero mentirte pero vengo de la ciudad" Casi no podía articular palabra, tragaba saliva y le temblaban las piernas como si fuera a matarlo todo el pueblo en ese instante, aquellas sanguinarias mujeres que le habían dicho en la ciudad, aquel falso axioma que la habían inculcado desde pequeño.

La cara de la chica pasó de sonrisa a cara de Poker "¿Que eres de la ciudad? ¿Me estás tomando el pelo? ¡Porque todo me pasa a mi!" Rathika se levantó de la cama y con sus brazos cogió a Alex haciéndole rebotar en la cama como una pelota mientras blasfemaba y gritaba que lo iba a matar, durante uno de esos revolcones en la cama se cayeron unos papeles

"¿Que es esto?" Rathika atónita vio un libro que cayó de el bolsillo de Alex, paró de zarandearlo y cogió aquel documento, en el estaba una trifuerza dorada con el águila, símbolo de los Hylian, lo abrió y comprobó algo "Alex... tu madre... se llamaba Ilish, es un nombre... Gerudo"

"Si... Así es..."

Rathika con el brillor de nuevo en sus ojos abrazo a su compañero de cama "Lo siento vale... es que... Tenía miedo de que fueras un Hylian al decir que eras de la ciudad, pero veo que tu madre era Gerudo, ahora estoy mas tranquila, mejor descansa algo anda" La pareja se abrazo con todas sus fuerzas y se quedaron dormidos. Alex se despertó antes que Rathika, podía ver como el vientre de la muchacha se movía mientras estaba respirando, acercó su mano con cuidado y empezó a acariciar su vientre, pudo ver como sonreía, no estaba dormida del todo, viendo que le gustó esto decidió usar su dedo índice recorriendo la piel de alrededor de su ombligo, su boca se levantó mientras sentía aquel tacto alrededor de su ombligo y podía notar como se metía dentro de su profundo y redondo ombligo. Como a su compañera le encantó aquello sintió que había llegado la hora de poner la boca en su ombligo dibujando líneas rectas alrededor de todo el abdomen con su lengua y enterrándola dentro de su ombligo. Alex se quedó en el Pueblo Gerudo donde seguiría teniendo todo tipo de actividades de este estilo con las habitantes del pueblo

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⏰ Last updated: Dec 03, 2017 ⏰

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Un cuento erótico (Inspirado en la saga de videojuegos zelda)Where stories live. Discover now