Velo

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Yusei se encontraba en un problema, no tenía nada que ver con su trabajo ni con sus amigos, se trataba de su pareja Jaden Yuki.

Su pareja era un chico, si, bienvenido al nuevo siglo, además de que se trataba de uno de los chicos más lindos que había conocido en su vida, con ese suave cabello castaño y esos vivaces ojos marrones, también tenía un cuerpo atlético y una personalidad brillante.

Eran pareja desde hacía tiempo, Yusei no podía recordar cuánto pues desde que tenía al castaño a su lado cada día era tan feliz que el tiempo se le escapaba, podía sonar cursi y absurdo pero eso era lo que sentía.

También esa era una de las razones por las que se daba cuenta de que algo había cambiado en su pareja, teniendo tantos años juntos y siendo tan observador como era Yusei notaba que a pesar de que su novio sonreía, en ocasiones miraba a la nada perdido en sus pensamientos, Yusei no podía adivinar aún a que se debía, y eso le preocupaba.

Fue una noche en la que estaban compartiendo su tiempo después de un agitado día de trabajo que se dio cuenta. Habían decidido ver una película que estaban pasando en la televisión, ambos estaban sentados uno al lado del otro en el loveseat tomados de la mano, simplemente disfrutando la compañía cuando el teléfono de Yusei había sonado.

Yusei soltó un momento la mano de su pareja y contestó la llamada, sin embargo en algún momento durante la conversación su mirada volvió a su pareja y lo notó, el brillo en sus ojos al ver esa escena de la película, cuando la novia besaba al novio al final de la boda.

Entonces Yusei se enfrentó a un duro obstáculo, amaba a su pareja con locura pero una boda para ellos era impensable en ese estado o en el país para el caso, aun así, no pudo evitar notar como el asunto afectaba a su pareja.

Notaba el brillo en sus ojos marrones cada vez que pasaban por una tienda de artículos para bodas, cada vez que veía un vestido en alguna revista o una noticia en la televisión, su novio tenía un profundo anhelo en su corazón, un deseo puro que nunca mencionaría en voz alta. Sin embargo Yusei estaría condenado antes de permitir que su pareja permaneciera así por más tiempo.

Así fue como Yusei inició su misión, tenía que ser discreto y veloz, tenía que ser perfecto para su pareja aunque sabía que nunca sería suficiente, no cuando se trataba del dueño de su corazón.

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Jaden estaba agotado, por alguna razón los clientes de la tienda donde trabajaba habían estado siendo más irritantes de lo normal y su jefe no había ayudado en nada cargándolo de tanto trabajo que había sido obligado a llegar un poco más tarde de lo usual a casa, esperaba que su novio Yusei ya hubiera cenado algo porque sabía que el hombre no se dormiría sin él.

Yusei podía ser un hombre de aspecto fuerte y muy serio pero la gente tendría un poco de diversión si se enteraban de que el hombre no podía dormir solo, por las noches se volvía un gran oso que gustaba de abrazarlo hasta quedarse dormido, ah sí, tenía un novio espectacular, para él Yusei era perfecto en todo sentido.

Por eso no podía evitar sentirse como un egoísta codicioso cuando veía esos hermosos eventos de bodas, no era tanto por los vestidos pues él no era una chica, ni tampoco por los regalos o las cosas costosas, era por el acto en sí de unir una vida con la de la persona amada.

No, no dudaba del amor de Yusei pero no podía evitar anhelar algo de eso, un lugar y momento donde pudiera decirle al mundo entero "este es mi novio, lo amo con todo mi corazón y le entrego todo de mí"

Jaden suspiró mientras dejaba su mochila y su chaqueta en el sillón y caminaba en dirección a la cocina, esperaba encontrar algo de comida pues moría de hambre y su novio era muy bueno cocinando. En su camino se sintió un poco más miserable por anhelar "aquello" aún y cuando era suficiente lo que tenía con su amado Yusei hasta que se topó con la escena en el balcón.

The Most Beautiful BrideWhere stories live. Discover now