Capítulo Inicial

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Si te preguntas qué necesitas para que alguien haga lo que tú quieras, entonces yo te responderé.

Primero debes acercarte, inocentemente, con la única promesa de establecer un lazo trivial de amistad e inofensiva comunión. Sonríe, sé amable y haz todo lo que puedas hacer para ayudar a esa persona. Enséñale cuán confiable eres y que puede contar contigo.

Paso dos, aprovecha los momentos débiles. En algún punto, algo irá mal en su vida y es allí cuando debes tomar ventaja. Qué conveniente sería tener cerca a alguien confiable cuando todo alrededor parece ir mal. Escucha, muéstrate afectivo y atento a sus palabras. Haz comentarios asertivos, siendo imparcial y en algún momento hazle saber lo que está haciendo mal; eso le demostrará que puedes ser la mente fría en una situación complicada.

Paso tres, para este punto ya tienes su confianza, es hora de utilizarla. Infíltrate, con sutileza, en su entorno. Conoce su alrededor, sus costumbres, sus gustos y sobre todo, qué es lo que más le importa en el mundo.

Paso cuatro. Ya lo tienes en tus manos, pero no es suficiente, aún no, es el momento de dominar a los que comparten con él cada día. Gánate la confianza del niño con dulces, regalos caros y sobre todo, por escuchar las infinitas quejas de sus padres. Luego sigue ella, la esposa excelente. Interésate por su trabajo y su prominente carrera, vuélvete una persona interesante para su mente aguda y sagaz y cuando lo hagas comenzará la verdadera tarea.

En el paso cinco, deberás borrar el límite de intimidad entre ambos. Créate una vida promedio; una historia de altos y bajos, la mundanidad de ese personaje hará que el último vestigio de confianza sea depositado en ti, porque eres alguien muy bueno y desinteresado, a pesar de todo por lo que has pasado. Luego es su turno. Inmiscúyete en la vida de ambos, hazlos creer que quieren contarte las cosas que tu deseas saber. Los problemas, el aburrimiento, la rutina, todo...

Paso seis. Crea un plan utilizando todo lo que has aprendido y asegúrate de sopesar cada margen de error para estar preparado. Recuerda que la precisión es lo que separa a un cirujano de un carnicero.

¿Te preguntas como sé esto? Pues es mí día a día. Mi nombre es Bruce Al Ghul, líder de la liga de los asesinos. Por muy divertido que pueda parecer, no lo es; para mí no hay enemigo en el mundo que resulte una amenaza. Excepto tal vez... por él, Superman, el hombre más poderoso del mundo. Seis meses atrás me enfrenté a él y aunque mostré mis mejores técnicas, la situación quedó en un empate ¡un empate!

Inaceptable. Para mí no existe ser en este mundo que pueda vencerme, ni saciarme. Los retos son lo único que hacen de mi vida algo menos... aburrida. Por eso debía planear una estrategia de atrapar al bendito Superman y hacerlo pagar por aquél combate. Sin embargo, aprender de tu enemigo es lo más importante y ahora sé, que no podría vencerlo en una pelea. Así que tal vez deba ser algo más creativo.

Convertí a mi ejército en un maldito harem con un único objetivo, saciar ese deseo incontrolable que había nacido producto de aquellos veinte minutos hace seis meses atrás. No obstante, no había hombre en la liga que pudiera satisfacerme, ni siquiera de a diez. Así que debía tomar cartas en el asunto y comenzar a pensar cómo es que conseguiría que Superman me follara.

Pasé por cada etapa. Cada paso realizado con extremo cálculo y frialdad. Un accidente auto-provocado y un Superman vino a "salvarme". Un pequeño dispositivo rastreador hizo el trabajo; así fue como conocí a Clark Kent, un burdo periodista proveniente de un asqueroso pueblito llamado Villa Chica.

Un club de deportes, varios días de charla y bebida hicieron el trabajo. Poco a poco, el muy tonto me dejó entrar en su vida y en la del pequeño Jonathan y la sagaz señora Lane. Aprendí mucho de ellos, eso es cierto. Son el tipo de familia ejemplar y amorosa, que cubre sus problemas bajo la cortina de la perfección.

Él, distraído por su responsabilidad de salvar al mundo y ella, demandante y brusca como lo exigía su profesión. No dudo que en su inicio, ambos fueran la pareja más adorable de todas, pero ya no era así. Tal vez el pequeño Jonathan era el único pegamento que unía la relación, pero no por mucho tiempo; en algún punto, uno de los dos dimitiría.

Y luego estaba yo. Bruce Wayne, el amigo de Clark. Bueno con Jonathan y muy generoso; le gustaban los deportes que a Clark le gustaban, aunque ambos apoyaban a equipos rivales. Sabía de cocina y nunca perdía la oportunidad para reemplazar a Lois cuando ésta tenía algún compromiso o reportaje importante que perseguir. Y poco a poco, Clark se acostumbró a mí de tal manera, que se atrevió a revelarme su identidad.

Esa fue la últimaprueba. El objetivo final. Por fin había logrado mi victoria, ahora era tiempode cobrar el premio.    

En las manos de Al Ghul [FanFic] [Yaoi] [Superbat]Where stories live. Discover now