DEATH RACE. El juego es la realidad

PRÓLOGO

-¡Burke, cubre el flanco derecho! – grita el capitán.

Burke salta y se cubre tras una columna, él avanza con su arma en mano y vigila el flanco derecho como se lo ordenaron.

En ése momento llegan los terroristas, disparan sin cesar y el equipo de Burke contraataca. Entonces el capitán de Burke derriba al segundo al mando de los terroristas, consiguiéndoles más terreno para avanzar.

Burke da todo de sí, disparando y cubriéndose cuando lo atacan, el capitán le grita una orden justo antes de recibir un disparo en la pierna. Burke se ve obligado a correr al puesto que el capitán ocupaba, al frente del grupo...

Está por acertar un disparo al jefe terrorista cuando de pronto todo a su alrededor se congela.

-¡Dwight! – grita una voz femenina. - ¡Dwight Burke! ¡Ven aquí ahora mismo!

-¡Estoy haciendo algo importante! ¡Es la última batalla! ¡Espera un momento!

-¡No voy a esperar ni un segundo más! ¡Te he dicho que vengas, ya! – grita la madre de Dwight con furia.

Dwight suelta un suspiro de exasperación y se quita el casco de realidad virtual de un tirón. Él deja el casco sobre el buró de su cuarto y sale en busca de su madre.

-¡Ayer Owen limpió su cuarto! ¿Cuándo se supone que tú limpiarás el tuyo?

-Ya te había dicho que lo haría cuando terminara la campaña. – dice Dwight con la mayor calma posible, gritarle a su madre solo empeoraría el castigo. – Estoy por terminarla y una vez que lo haga limpiaré...

-¡NO! ¡Quiero que lo limpies ya! – grita ella, desde algún lugar escaleras abajo que Dwight supone será la cocina.

-Bien. – gruñe Dwight y vuelve a su cuarto a regañadientes.

Al entrar se da cuenta de que el cuarto es algo semejante a la mezcla entre un basurero y una bodega abandonada. Había estado tan concentrado en los últimos niveles del juego que ni siquiera se había percatado de su alrededor.

-Pero siempre es lo mismo. "Owen ya hizo... Owen ya fue." ¡Demonios! – gruñe Dwight para sí mismo mientras levanta un montón de ropa sucia del suelo.

Siempre ha odiado que lo comparen con su hermano, y siempre ha sido lo mismo. Se llevan menos de un año de diferencia, aunque muchos piensan que Owen es el mayor cuando la realidad es lo opuesto.

-¡Y cuando termines quiero que bajes a lavar toda esa ropa que dejaste en el patio desde hace una semana! – grita su madre.

-¿Y por qué no lo haces tú? Solo hay que levantarla y ponerla en la lavadora, así de sencillo. – murmura Dwight en voz baja mientras furiosamente acomoda la ropa limpia en los cajones.

Dwight le da una breve mirada a la pantalla plana antes de continuar con sus tareas, pero algo lo hace volver a mirar. Hay una pequeña X plateada que gira en una esquina del panorama del juego.

El juego se quedó pausado justo cuando Dwight iba a disparar, se ve a todos los terroristas en modo de pausa y el arma de Dwight apuntando al líder.

Sin embargo esa X no es parte del juego en absoluto. Dwight deja lo que estaba haciendo para acercarse lentamente al casco, cuando se lo pone él vuelve a entrar en el panorama de realidad virtual.

Todo sigue estático, pausado, así que Dwight recorre su alrededor con la mirada en busca de la X. Solo que no es visible en ningún lado

-¿Qué estás haciendo Light? – una voz de chico lo hace dar un respingo y quitarse el casco de inmediato.

Owen está de pie en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados sobre el pecho y mirando a Dwight con una sonrisa burlona.

Son tan parecidos entre sí que incluso podrían llamarlos gemelos, su cabello rubio y su complexión atlética los hacen ser muy parecidos. La única diferencia notable es que Owen tiene una nariz recta y Dwight la tiene ligeramente respingada, eso y que el cabello de Dwight es ondulado.

-Cállate, idiota. – gruñe Dwight. – Gracias a ti ahora tengo que limpiar.

-Pues que bueno. Comienza a apestar a muerto por aquí. – dice Owen y arruga la nariz, luego vuelve a su sonrisa burlona. - ¿Jugando Death Race? Yo lo acabé más o menos hace un mes, por si no lo sabías, y...

Pero entonces él se queda en silencio, su sonrisa cae y su ceño se frunce ligeramente. Sus ojos grises estudian con curiosidad la pantalla plana de Dwight y murmura: - ¿Qué es eso?

-No tengo idea. Estaba intentando averiguarlo cuando cierto pequeño inútil llegó a interrumpirme.

Pero Owen ignora las palabras de su hermano y entra al cuarto, él se pone de pie frente a la pantalla y está por tocar la X cuando Dwight lo toma del antebrazo para detenerlo.

-¿Estás loco? Podría ser un botón de reinicio o algo parecido. – gruñe Dwight, de pronto asustado.

-No. Conozco éste juego mejor que la palma de mi mano, jamás había visto eso. – dice Owen, completamente convencido.

-Tal vez es un error del juego.

-Lo dudo. Sospecho que es algo importante, algo que pocos descubren del juego. Incluso podría ser un final alternativo. – murmura Owen, ahora entusiasmado por la idea.

Sus ojos grises se encuentran con los de su hermano en una interrogación, pidiendo permiso para entrar al juego con él. Dwight suspira antes de decir:

-Trae tu casco.

-No creo que necesitemos el casco. – dice Owen, acto seguido toma del brazo a Dwight y toca la X con su mano libre sin decir más.

Un brillo plateado los deslumbra y un segundo después los chicos han desaparecido del cuarto de Dwight, de la casa de sus padres y de nuestra dimensión.